Ineca valora en 1.200 millones las pérdidas que ocasiona la sequía en la agricultura alicantina
Las bajas precipitaciones y elevadas temperaturas producen, junto a otros factores, que la provincia de Alicante se encuentre en gran medida bajo unas condiciones de escasez de agua estructural. La actual sequía que afecta de manera extraordinaria a la cabecera del Tajo ha traído consigo el travase 0 en el mes de mayo y junio, y todo parece indicar que la situación continuará así hasta el otoño.
La falta de agua es un factor limitante para nuestro crecimiento y desarrollo económico. La aportación al PIB de la provincia de Alicante del sector agroalimentario del Trasvase Tajo-Segura es superior a los 1.200 millones de euros al año y esta importante actividad económica, en la que trabajan más de 40.000 personas, podría perder competitividad si no se implementan nuevos recursos hídricos. Si cae la producción de productos hortofrutícolas por la falta de agua se reduce también la cantidad que debe ser transportada y esto iría en detrimento del sector del transporte. Recordemos que la provincia de Alicante tiene la segunda mayor flota de camiones de España.
Trasvase, reutilización de aguas y desalinizadoras
La situación de escasez estructural de agua es evidente en la provincia de Alicante. El presidente de Ineca, Perfecto Palacio, considera que solucionar el déficit hídrico de Alicante requiere de una conjunción de iniciativas de consenso para traer agua de otras cuencas, consolidar el trasvase Tajo-Segura, reutilizar aguas regeneradas y emplear agua desalinizada a precios competitivos para el sector agroalimentario.
Palacio insiste en que “la sequía obliga a tomar medidas con carácter de urgencia y a proyectar mejoras en las infraestructuras hídricas de la provincia”. Para el presidente de Ineca, la sequía daña de manera directa a uno de los sectores productivos más importantes y estratégicos de la provincia de Alicante, lo que impide el desarrollo de todo su
potencial económico que, a su vez, genera sinergias entre los sectores del transporte, de la transformación agroalimentaria y del turismo.
Un déficit del 50% de las necesidades
El director de Proyectos de Ineca, Joaquín Melgarejo, ha explicado que las demandas totales de la provincia de Alicante ascienden a unos 1.300 hm3, mientras que la totalidad de los recursos disponibles, sin contar la sobreexplotación de acuíferos, ascienden a 655 hm3. Tenemos por tanto un déficit estructural de 645 hm3, que se agudiza en épocas de sequía, como el que se sufre desde 2014.
La oferta de recursos disponibles, además de escasa y limitada, está sujeta a intenso aprovechamiento, lo que ha desencadenado en graves problemas de sobreexplotación,
degradación y contaminación tanto de las aguas superficiales como de las subterráneas. En la provincia de Alicante hay una demanda hídrica de 1.300 hm3/año y una oferta real de 1.066 hm3/año, a la cual hay que sumar la utilización de 165 hm3/año, procedentes de aguas subterráneas no renovables. El balance, por tanto, es de un déficit hídrico de 399 hm3/año.
Reutilización de las aguas
El director de Proyectos de Ineca señala que los recursos superficiales disponibles generados en la provincia en embalses y ríos autóctonos son muy escasos, unos, 15 hm3 al año y que éstos, unidos a los del Segura ascienden a unos 194 hm3/año. Los recursos medios subterráneos renovables de la provincia ascienden a 472 hm3 anuales. Del total de los recursos explotados, unos 165 hm3/año corresponden a reservas no renovables.
La provincia de Alicante empleó un 42% del agua que se depuró el año pasado En 2016 se depuraron unos volúmenes totales de 139,5hm3, de los cuales se reutilizaron 59,1 hm3 y se vertieron una vez tratados al mar 80,4hm3. A juicio de Melgarejo, estas cifras demuestran la capacidad de reutilización que existe en la provincia, “aunque aún hay un potencial de reutilización muy apreciable de unos 50 hm3, sobre todo en L´Alacantí y Bajo Vinalopó, para ello es preciso que se realicen inversiones en infraestructuras y acuerdos económicos-financieros con los usuarios”.
En 2016, la provincia de Alicante tenía una capacidad instalada para producir agua desalinizada de 165hm3/año: Mutxamel-Campello produjo 18 hm3/año; Torrevieja 80 hm3; Alicante I y II, 48 hm3; y, Jávea y Dénia un total de 19 hm3 al año. El problema fundamental que esta medida complementaria precisa, además, de algunas infraestructuras, es la reducción del precio de la energía, que lo hace inviable para la agricultura.
Para el director de Proyectos de Ineca, a corto plazo se podrían facilitar en torno a los 210- 220hm3/año de caudales complementarios para el sector agroalimentario de la provincia de Alicante -que es el que mayor problema tiene para el desarrollo de su actividad- con medidas económicofinancieras e infraestructuras de conducción y conexión: re-dotación del Trasvase Tajo Segura con 78 hm3, trasvase Júcar-Vinalopó con 45 hm3, reutilización de aguas depuradas 50 hm3, uso de agua desalada entre 20 y 40 hm3 y la cesión de derechos con 17 hm3.
Este problema sólo puede ser corregido a través de varias soluciones que pasan necesariamente por la traída de aguas de otras cuencas; el mantenimiento y consolidación del trasvase Tajo- Segura; el trasvase Júcar-Vinalopó, con agua de calidad y precio viable; la reutilización de aguas depuradas regeneradas y la cesión temporal de derechos. Si todo ello se aplicara, se restauraría el equilibrio hídrico y se abriría la solución al principal problema ambiental, económico y social que en estos momentos tiene la provincia de Alicante: el déficit de recursos hídricos.