Miércoles, 24 de Abril de 2024
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E. Martín (Ibidem): “Elche debe pasar de la manufactura a la mentefactura”

E. Martín (Ibidem): “Elche debe pasar de la manufactura a la mentefactura”

Si un discurso merece ser escuchado por su claridad de ideas y de expresión en el ámbito empresarial alicantino, es el de Enrique Martín, abogado experto en propiedad industrial, expresidente de Coepa y de la Asociación del Terciario Avanzado y ahora impulsor del proyecto IngeniaElx, que en forma de libro y ciclo de conferencias ofrece una perspectiva diferente de la significativa historia económica ilicitana a través de las marcas que, en los últimos 125 años, han representado lo mejor de una ciudad creativa y dinámica como pocas.

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– ¿De dónde nace la idea de IngeniaElx?

– Esto nace del área de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de Ibidem, con la voluntad de ilustrar o de comunicar a la sociedad la importancia de la propiedad industrial; de la mano de una compañía que nace en Elche y tiene una gran implicación con el tejido industrial ilicitano. Es una iniciativa de RSC, trabajamos mucho en eso, con el Museo Pusol, con el Misteri y con otras instituciones, y esta era una manera de contar la historia de la ciudad de Elche a través de la propiedad industrial.

– ¿Qué pretende el proyecto?

– Con IngeniaElx conseguimos varias cosas: primero, ponemos en valor la importancia de la propiedad industrial, no se obtienen ventajas competitivas consolidadas en el tiempo si no hay propiedad industrial. En segundo lugar, presentamos la historia de la ciudad de una manera curiosa e inaudita, lo que nos permite poner el foco en los empresarios ilicitanos que crearon nuestra ciudad, y que además tenían un fuerte componente innovador. El libro habla de cifras, pero habla de sagas familiares. Y, finalmente, la protagonista de la obra es la ciudad de Elche, que sigue siendo la capital de la propiedad industrial de la provincia.

– Dice usted que estos empresarios crearon la ciudad actual.

– Es que en la década de los 60, la ciudad comienza un periodo de transformación brutal que permite multiplicar su población por 2,5 en apenas dos décadas y eso ha sido gracias a los emprendedores que han creado una industria con capacidad para traer trabajo. De hecho, el gran reto que tiene la ciudad es que jamás volverá a tener una industria tractora que genere tanto empleo como fue el calzado en el pasado, que cada día atraía a decenas de familias que llegaban procedentes de toda España a buscar una oportunidad, y tenemos que buscar sectores tractores para que la ciudad siga siendo atractiva.

– Pero la primera patente registrada está relacionada con el vino.

– Sí. La primera patente es una máquina para pisar uva, lo cual es normal, porque todas las revoluciones industriales se producen con los excedentes de capital que genera la agricultura. El primer industrial era alguien que dejó de meter dinero en el campo para comprar máquinas.

– El proyecto muestra el pasado, pero mira al futuro.

– Sí. Contar el pasado es una manera de mirar al futuro de la ciudad, que será distinto, porque la industria del calzado no volverá a crecer en volumen de ventas, aumentará en valor, quedarán probablemente menos compañías, pero con apuestas por I+D+i, por marca… y el tejido industrial se hará más sofisticado, habrá una apuesta por los servicios avanzados, porque las empresas cada vez externalizan más áreas que no consideran de su core business y también va a haber una diversificación hacia industrias de la nueva economía: ingeniería, informática, robótica… esta es una ciudad que pasa de un paradigma de manufactura, lo que se hace con la mano, a otro de mentefactura, lo que se hace con la mente. Y para eso tenemos que dar un gran salto. Conseguir que nuestras universidades pongan el foco en el tejido productivo y que nuestras empresas lo pongan no en las tareas de menor valor, sino en los empleados de mayor talento y en las tareas que aportan mayor valor añadido. En eso, la propiedad industrial juega un papel fundamental: si uno tiene una idea pero no la protege, la está regalando a los competidores. En el management se habla del mar azul, un océano inexplorado y sin competidores, en ese territorio no puede entrar un competidor, una patente es un terreno reservado para ti, son clientes cautivos…

– ¿No cree que en entornos como este en el que se encuentra Ibidem, Elche Parque Empresarial, ese futuro ya está forjándose?

– Claro. El cambio ya está aquí, solo hay que verlo. Y desde el punto de vista de las instituciones públicas solo hay que generar los incentivos adecuados. Todos los agentes sociales ilicitanos tienen que implicarse para que existan esos incentivos. Yo siempre explico que Elche tiene una milla de oro del emprendimiento: nace en el CEEI, pasa por el centro municipal del apoyo al emprendimiento, la sede de la Cámara de Comercio, la Fundación Parque Empresarial de la Universidad Miguel Hernández… ya tenemos un clúster de apoyo al innovador muy potente y solo hay que ponerlos a trabajar de una manera más coordinada. Pero el cambio ya se está produciendo. Elche ya no es una ciudad zapatera, es una ciudad de I+D+i y marcas, que es lo que pretende defender este proyecto.

– IngeniaElx es un libro, pero no solo eso.

– No. Es un proyecto de difusión de la propiedad industrial como herramienta de competitividad, habrá conferencias con cocineros, emprendedores jóvenes… se trata de que durante un año, Elche se reencuentre a sí misma como lo que es: una de las grandes ciudades de este país.

– A usted, que conoce bien las instituciones empresariales y económicas de la provincia, ¿le preocupa que Alicante no esté a la altura que le corresponde en esos ámbitos?

– La posición de Alicante como provincia solo tiene una explicación cabal: y es que la capital no ha sabido ejercer su liderazgo; pretendía ser Valencia sin ser Valencia. En una provincia como esta, la capital tendría que haber pactado con Elche y otras ciudades industriales para generar acuerdos y consensos básicos que permitieran defender nuestros derechos. Solo puede liderar un proyecto de provincia la capital si acepta la naturaleza peculiar de Alicante y negocia de igual a igual con las ciudades industriales de la provincia. Alicante solo no lo puede hacer, necesita crear equipo; es evidente que tiene que lucir el brazalete de capitán, eso no se lo puede discutir nadie, sería absurdo discutirlo; pero el partido lo juegan once. Si no entendemos que el partido lo juegan once, la provincia estará sometida a la hegemonía valenciana y será completamente irrelevante.

– Así que la capital es responsable.

– Cuando digo que la mayor responsabilidad la tiene Alicante, lo digo porque solo puede ser generoso el que tiene, y cuando hablas con los ciudadanos de Elche te das cuenta de que tenemos la sensación de que la Diputación es el segundo Ayuntamiento de la ciudad y que las pocas migajas que han llegado de los presupuestos del Estado y de Valencia se quedan mayormente en Alicante… y no es con mezquindad, sino con sentido de generosidad y de conjunto como se va a resolver el problema de la provincia.

– ¿Pero Elche no ha eludido a veces un papel más activo?

– Elche tiene un tipo de industria que no vende a la Administración y no tiene amplias capas de población funcionaria o del sector servicios, vendemos a todo el mundo, el impacto que tienen las políticas y las regulaciones administrativas sobre nuestra industria es pequeño, por eso es cierto que no hemos generado lobbies, hay un instinto de autosuficiencia que en el fondo perjudica a la ciudad. La política sí influye en sectores como el Turismo y en las inversiones que se producen en el sector, por eso una pequeña ciudad como Benidorm ha llegado a tener incluso un presidente de la Generalitat: necesitaban unir familias, dinastías e influir en las políticas públicas. Sin embargo, nada de esto significa nada en Elche. Somos una ciudad de primera o segunda generación de empresarios, no hay un número suficiente de sagas familiares y nuestro modelo de negocio no es la provincia, ni siquiera el país, es el mundo; lo que ha hecho que la gente se sienta relativamente autosuficiente, lo cual es un horror porque frena mucho la reivindicación de infraestructuras necesarias para la ciudad y no se han constituido lobbies ni se han integrado en los que han existido en la provincia.

– Me dicen que tras IngeniaElx planean IngeniaAlacant.

– Sí. Queremos ampliar el proyecto a la provincia para mostrar que Alicante es una provincia que emprende e innova. La provincia muere por exceso de riqueza. Como cuando venía el oro gratis de América: mientras sea tan fácil vender sol, playa y metro cuadrado barato, no existirá una presión para cambiar el modelo económico. Y es el momento de hacerlo porque, en caso contrario, quedaremos excluidos de la historia económica de la Comunitat y de España.

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