Retos de futuro para el modelo Benidorm
Joaquín Valera (MundoMar y Aqualandia). Las empresas privadas han hecho los deberes, pero habría que preguntarse qué ciudad turística ha renovado tanto la planta hotelera. Ninguna como Benidorm. Pero la inversión pública no acompaña a la privada. Una ciudad excepcional requiere una Administración excepcional y Benidorm no la tiene. Las empresas podemos invertir mucho, pero necesitamos un apoyo público. Tenemos asignaturas pendientes en materia de inversión pública relacionada con comunicaciones, AVE, infraestructura urbana, etc., y son fundamentales para seguir consolidando el destino turístico, porque la coyuntura internacional favorable que ahora tenemos no va a durar siempre.
En materia de marca tenemos que hacer una inversión importante para redefinirla porque es lo que vende. Una cosa es que seamos una buena oferta, pero también debemos parecerlo. Estoy convencido de que hoy somos más de que lo parecemos.
Antonio Mayor (Hosbec). Entre la Marina Alta y Marina Baixa hay casi tanta población como en toda la provincia de Castellón, pero el turismo, a la hora de la verdad, nunca se ha considerado como una industria estratégica de España y seguimos así. Ese es el gran reto. Está claro que tenemos futuro y tenemos los datos que así lo indican, pero no nos consideran una industria estratégica, aunque los políticos lleven diciendo lo contrario toda la vida. Lo cierto es que aquí no llega la autovía y tenemos un tren que viene de Alicante y que ahora tarde media hora más que hace 70 años.
Pere Joan Devesa (Hoteles Poseidón). Como actividad económica, el turismo se da en la periferia y fuera de las capitales de provincia y no se le ha tenido en cuenta. De hecho, los estudios de Turismo dependían del Ministerio de Trabajo y pasaron a ser estudios universitarios en los años 80. Esto refleja la importancia que se da a este sector económico. En el PIB, el turismo aparece en el epígrafe de servicios; se pierde.
Y otro de los retos que tenemos por delante es la mal llamada economía colaborativa, que antes llamábamos economía sumergida. Estamos en un momento en que la libre competencia no existe con este sector, porque compite se trata de un sector muy regulado con otros sin ningún tipo de regulación o con una muy escasa. Esto debe resolverse sin complejos: sea por el camino de establecer las normativas que deben cumplir este tipo de alojamientos o quitando regulación a los hoteles para que podamos competir en igualdad de condiciones con esta nueva oferta.
David Devesa (Grupo Centauro). Los empresarios de turismo tenemos la percepción de que estamos muy solos, porque la concepción dominante a la hora de abordar el Presupuesto del Estado es primar la proporcionalidad, cuando el criterio a primar debería ser la rentabilidad. Benidorm debería estar primado en la inversión pública porque aquí la inversión genera riqueza.
El mayor reto de futuro que tiene Benidorm y la Costa Blanca es vender el intangible que tenemos. Benidorm lo tiene todo: buena temperatura, estamos cerca de todo, tenemos unos hoteles renovados, con estructuras profesionalizadas, parques fantásticos, playas… El mayor reto es conseguir que ese intangible salga al mercado, ponerlo en valor y venderlo al precio adecuado.
Yolanda Pickett (IMED Hospitales). Desde una perspectiva empresarial, un reto para el futuro es mejorar los canales de venta. Hasta ahora, el turismo de Benidorm ha sido muy dependiente de los turoperadores, aunque es cierto que los hoteles están espabilando mucho y fomentando más la venta directa. Para mejorar la rentabilidad necesitamos productos turísticos diferenciados, orientados a satisfacer las necesidades del turista.
Nuria Montes (Hosbec): La actividad turística no tiene importancia para los políticos porque no da ni quita votos; nadie va a votar a un partido u otro por su estrategia turística. Por eso se crean las tasas turísticas que en esta Comunidad también han salido a la palestra: se trata de un impuesto sin ningún coste electoral, porque no lo paga quien vota, sino quien nos visita.
Con relación al tema del posicionamiento de marca, es una cuestión de dinero. Lo mismo que tenemos hoteles extraordinarios porque se gastan diez millones de euros cada diez años en reformar todas sus instalaciones, tendremos que gastar diez millones de euros en nuestra marca. No sé si en uno, dos o tres años, pero tarde o temprano habrá que hacerlo.
Para reposicionar la marca tenemos que partir de un presupuesto importante, con un plan a diez años y con una inversión mínima de un millón de euros al año.
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