Damián Frontera, presidente de Redit

La Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana ha elaborado el argumentario “La visión de Redit sobre la I+D+i en la Comunidad Valenciana” en el que realiza un diagnóstico sobre la situación de la región en esta materia y propone un conjunto de líneas de actuación para mejorar la competitividad empresarial. El estudio se está presentando a patronales, sindicatos, partidos políticos y otros agentes con el objetivo de trabajar de manera conjunta por el crecimiento sostenible a través de la innovación.

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La Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit) ha publicado un informe que analiza la situación de la I+D+i en nuestra región, comparándola con otras referencias nacionales y europeas y constatando la evolución de los últimos años, tanto en materia de inversión pública como privada. El documento también recoge un amplio conjunto de medidas y líneas de actuación como propuestas al gobierno de la Generalitat con el fin de mejorar la competitividad empresarial a través de la I+D+i.

La Comunidad Valenciana, en términos de gasto en I+D+i relativo al PIB, está por debajo de la media española y a gran distancia de la europea. En 2013, su gasto en I+D fue del 1,02 % del PIB, mientras la media española estaba en el 1,24 % y la europea en el 2,02 % del PIB.

Mayor apoyo público

Según el informe, esta situación tiene su origen en el menor gasto, tanto público como privado, que la región destina a la I+D+i. En el ámbito del gasto público, nuestra Comunitat ha sufrido una importante desinversión en el sistema de innovación regional en los últimos años, “especialmente grave”, según el informe, en cuanto al apoyo del Ivace a los proyectos de innovación de empresas e institutos tecnológicos.

El estudio apunta a la necesidad de diseñar políticas que potencien la innovación empresarial focalizadas a las pymes, un ámbito en el que los institutos tecnológicos han destacado por su eficacia y su cercanía al tejido industrial. En este sentido, Redit propone una serie de medidas de carácter general, así como otras relativas al sistema de financiación y gobernanza de las ayudas a empresas y agentes, al igual que otras propuestas específicas en relación con los institutos tecnológicos.

“El objetivo final es garantizar la continuidad del apoyo a la I+D+i de forma duradera en el tiempo, con independencia de los cambios que se produzcan a escala política, tal y como ocurre en otras regiones y países europeos. Para ello, se aboga por evitar que las restricciones presupuestarias afecten a un área de vital importancia para la competitividad y el futuro de la región como es la I+D+i”, insiste el estudio.

El informe destaca la necesidad de recuperar los presupuestos del Ivace y trabajar en la simplificación de los procedimientos administrativos de gestión de las ayudas.

Redit también considera fundamental la aprobación de la Ley de Institutos Tecnológicos, que reconozca jurídicamente la figura de estos centros, establezca un marco de actuación y financiación plurianual estable y permita fortalecer su situación patrimonial, entre otras cuestiones.

También se propone que los institutos tecnológicos, como agentes estratégicos de la política industrial de la región y como prescriptores en el ámbito de la innovación empresarial, estén presentes con voz y voto en los principales espacios de debate sobre la materia.

Desde Economía 3 hemos querido abordar con el máximo responsable de Redit, su presidente, Damián Frontera, cuál sería el camino más adecuado a seguir:

– ¿Cree que con este informe queda patente la importancia de mantener la Red de Institutos Tecnológicos?

– En este mundo global, la innovación se ha convertido en un eje fundamental para la competitividad y la internacionalización de las empresas. Nuestro tejido industrial está compuesto por microempresas y pymes que, normalmente, no cuentan con recursos propios para abordar en solitario estos procesos, por lo que necesitan la ayuda de agentes externos para innovar. Además, el apoyarse en organismos como los institutos tecnológicos, les permite algo muy importante: compartir los riesgos inherentes a cualquier proyecto de innovación. Por eso, es fundamental la existencia de políticas públicas estables de apoyo estratégico a estos centros, ya que han demostrado ser los agentes más efectivos en la I+D+i empresarial.

– ¿Considera viable la Red?

– El modelo está más vigente que nunca: solo hay que ver los indicadores. Trabajamos para 11.100 empresas clientes y 5.300 asociadas para las que desarrollamos, el año pasado, 788 proyectos de I+D+i. Hemos ingresado 87 millones de euros. Y todo esto teniendo en cuenta que la financiación pública ha bajado de manera sustancial en los últimos años. Los problemas que hemos tenido no han sido de modelo, sino de falta de financiación, ya que se han incumplido durante demasiado tiempo los compromisos de pago. Ahora es necesario recuperar las inversiones en I+D+i, fortalecer el Ivace y apoyar sin fisuras la misión de los institutos tecnológicos como organismos tractores de la innovación empresarial.

– ¿Cómo avanzan las estrategias de concentración entre los centros?

– Yo no hablaría de estrategias de concentración a escala general. El modelo valenciano de instituto tecnológico es el más apropiado a nuestra realidad económica, con una predominancia de empresas pequeñas, una importante diversificación sectorial y gran peso de sectores manufactureros, así como una fuerte dispersión geográfica a lo largo del territorio.

Lo que existe actualmente en marcha es un proceso de fusión por decisión propia de dos de nuestros centros: Aidima y Aimme. El proyecto va avanzando y aunque es un proceso complejo, hay una fuerte implicación de ambos institutos junto con sus sectores empresariales, e iremos sabiendo más en los próximos meses.

En cuanto al resto, hay colaboraciones desde hace décadas. Existen alianzas estratégicas para determinadas áreas de conocimiento, laboratorios y ensayos compartidos, servicios y formación en colaboración, así como cooperación en proyectos regionales, nacionales y europeos.

– ¿Qué papel juegan los institutos en el cambio de modelo productivo?

– Sin duda un papel fundamental. El cambio de modelo productivo está íntimamente relacionado con la capacidad de innovación de las empresas. Como comentaba antes, nuestras empresas necesitan agentes externos para innovar. Los institutos son el primer agente de cooperación para la I+D+i de las empresas valencianas. En ninguna otra comunidad autónoma las empresas confían tanto en sus centros tecnológicos para llevar a cabo sus actividades de innovación. Y, además, sabemos que la colaboración con los institutos es útil para ellas: su productividad es un 9 % superior y el valor de sus exportaciones fuera de la UE, está un 17,2 % por encima.

Los institutos también apoyan a las pymes en sus procesos de internacionalización. De hecho, cumplimos un destacado papel en este ámbito, ya que entre 2010 y 2014, los institutos han contribuido a captar unos 74 millones de euros anuales de programas nacionales y europeos para nuestras empresas y nuestra región.

Esto demuestra que el modelo es efectivo y eficaz y que la apuesta por los centros es rentable, tanto para las empresas clientes como para la Comunidad Valenciana.

– ¿Qué decir cuando se habla de supuestas irregularidades en algún centro? ¿Los considera transparentes?

– Desde Redit no controlamos la gestión de los diferentes centros que conforman la Red. Sin embargo, somos los primeros interesados en que se aclare lo antes posible cualquier indicio de irregularidad. Los institutos recibimos más controles que cualquier empresa ya que, como beneficiarios de apoyos públicos, las administraciones nos someten cada año a múltiples auditorías que garantizan el correcto uso y justificación de cada ayuda.

– ¿Cómo afrontan el cierre de Aido?

– Pues sin duda con una gran tristeza, ya que se trata de un centro que ha servido muy bien a su sector durante más de 25 años. El año pasado, 60 personas trabajaron en 50 proyectos de I+D+i para más de 500 empresas cliente y se ingresaron casi 4 millones de euros. Los avances de Aido en campos como la óptica y la fotónica han tenido reconocimiento internacional. Además de los trabajadores, no olvidemos que los grandes perjudicados serán las empresas pues se van a quedar sin instituto de referencia para llevar a cabo sus ensayos, proyectos de I+D+i e iniciativas de innovación.   

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