El nuevo mercado laboral reclama un perfil global poniendo el foco en las competencias y los valores
La evolución y rapidez en el cambio en la que se encuentra inmersa la sociedad global actual está generando que surjan nuevas profesiones al calor, sobre todo, de las nuevas tecnologías, entre otras. Teniendo en cuenta que los conocimientos técnicos sufren una obsolescencia rápida, el nuevo mercado laboral que está emergiendo necesita egresados proactivos, flexibles, adaptables al cambio, innovadores y creativos, entre otras cualidades, competencias que ya han incorporado a sus programas formativos universidades como la Universidad Europea de Valencia (UEV) y que permitirán que los recién egresados se adapten al nuevo mercado laboral sin problemas.
Además de los propios conocimientos en la materia por la que se han decantado, los nuevos egresados deberán reunir otras cualidades para poder incorporarse a un mercado laboral en continua evolución y en el que los empleadores valorarán además otras competencias como trabajo en equipo, habilidades comunicativas, flexibilidad, adaptación al cambio, proactividad…
Analizar esta nueva coyuntura ha reunido en torno a una mesa debate, organizada por la Universidad Europea de Valencia (UEV) y Economía 3, a Enrique Fernández, rector de la UEV; Alberto Gutiérrez, director general de Aquaservice; Isabel Bonilla, socia directora de Bo Growth; y Luis Rico, network operator en DHL Exel Supply Chain.
La primera cuestión abordada por los participantes fue definir qué está demandando tanto el mercado laboral actual como en un futuro en cuanto a perfiles, habilidades o competencias, teniendo presente la profunda crisis que hemos padecido.
En opinión de Isabel Bonilla, la crisis ha provocado una paralización general que ha transformado las preocupaciones de la sociedad y que va a generar que, a partir de ahora, «profesiones slow, relacionadas con el medioambiente, las energías renovables, la agricultura ecológica, la educación, el bienestar social orientado o nuevas formas de ocio y entretenimiento, entre otras, vayan en aumento”.
Para Enrique Fernández, también surgirán nuevas titulaciones y las que ya existen se irán modificando y adaptando, un hecho que influirá tanto en las profesiones como en los profesionales. Sin embargo, «todas ellas requerirán una mentalidad global”, puntualizó. Con lo que «el activo que las universidades debemos dejar en nuestros egresados son las competencias –idiomas, flexibilidad, capacidad de adaptación y de innovación, movilidad, iniciativa…– ya que estas les van a servir a lo largo de toda su vida profesional”.
Enrique Fernández concretó algunas áreas donde cree que en los próximos años va a haber una actividad importante en cuanto a creación de empleo como todo aquello que tiene que ver con la economía creativa y del conocimiento. En concreto, «profesiones de gran valor añadido relacionadas con el mundo de las TIC, las nanotecnologías, el diseño o la publicidad tienen un gran futuro a corto y medio plazo. Por ello, nuestros gobiernos deberían apostar por estos sectores de gran valor añadido donde la mayoría de los países desarrollados están muy bien posicionados”.
El egresado de la UEV, Luis Rico, estaba totalmente en línea con el rector. En su opinión, los perfiles que se están demandando hoy en día en el mercado laboral no van tan enfocados a los títulos universitarios. Aunque sí consideró esencial tener una titulación. «La persona que se incorpora al mercado laboral debe ofrecer algo más como son las competencias –trabajo en equipo, dotes de liderazgo, proactividad, habilidades comunicativas…– que son claves y que deben enmarcarse también dentro de un perfil internacional”, matizó.
Para ilustrar su postura, Luis Rico describió la situación que se da en DHL. En concreto, especificó, «somos profesionales que desarrollamos un mismo trabajo con formaciones académicas diferentes pero todos sabemos trabajar en equipo, somos bilingües, nos adaptamos a entornos cambiantes y somos resolutivos”.
A este respecto, Alberto Gutiérrez aludió a la transformación digital que están viviendo las empresas. De hecho, deberán aprender a vivir en el nuevo mundo 3.0 y, para ello, necesitarán perfiles como ingenieros informáticos y programadores de iOS y Android y todo aquello que tenga que ver con el marketing digital”. A pesar de todo, matizó, «hay perfiles de toda la vida que aún son necesarios como comerciales, expertos en logística o white collars (administrativos, ventas…)”.
Alberto Gutiérrez valoró, al igual que Luis Rico y Enrique Fernández, la importancia de las actitudes ya que «la aptitudes las vemos en el currículo”. También matizó que «en los próximos años surgirán perfiles nuevos tanto para los nuevos egresados como para los trabajadores actualmente en activo que tendrán que reinventarse”.
En esta misma línea, apuntó que «las nuevas tecnologías darán paso a nuevas profesiones y de una forma cada vez más rápida. Por ello, los responsables de las empresas debemos estar muy atentos si queremos ser competitivos”.
¿Competencias o conocimientos técnicos?
Las nuevas tecnologías y la dinámica del mercado, en un horizonte a corto plazo, van a alumbrar profesiones que ni nos imaginamos, planteando un nuevo reto a las universidades. Ante esta tesitura, ¿dónde ponen el foco desde la universidad: en competencias o en capacidades?
Para avanzar hacia el futuro en cuanto a capacidades, –incidió el rector de la UEV–, «debemos trabajar de la mano de los que están diseñando ese futuro y que están en el tejido productivo, una política que ya aplicamos desde la UEV y que debería hacerse en todas las universidades del país. Es decir, el éxito y la buena formación del egresado pasa porque colaboren el tejido productivo, la universidad y la propia Administración”.
Aunque, instó, «debemos incorporarlas al aula de manera inmediata y no esperar a que se produzca la demanda en el mercado laboral y acabe siendo la propia empresa la que forme al trabajador en capacidades que bien se podían haber adquirido en la universidad. De esta forma, seremos competitivos desde el primer día”.
En concreto, –precisó Enrique Fernández– «en la universidad sabemos bien cómo llevar a cabo el proceso de aprendizaje ya que contamos con las metodologías adecuadas. La cuestión está ¿en qué formamos técnicamente? Para resolver esta cuestión debemos colaborar con las empresas ya que estas nos darán las respuestas a sus necesidades presentes y futuras”.