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El Club de Encuentro Manuel Broseta contribuye a que haya una tribuna libre en Valencia

El Club de Encuentro Manuel Broseta contribuye a que haya una tribuna libre en Valencia
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Francisco Puchol-Quixal, presidente del Club de Encuentro Manuel Broseta (Foto: Senchermés)

Un total de 368 socios y cerca de 400 actividades entre conferencias, mesas redondas y desayunos de debate con importantes personalidades del mundo de la política, la economía, la cultura y, en definitiva de la sociedad en general y de ámbito nacional avalan la trayectoria del Club de Encuentro Manuel Broseta, un referente de opinión no solo en la Comunidad Valenciana sino en todo el territorio nacional. Todas estas cualidades han propiciado que ECONOMÍA 3 les haya concedido el galardón a la Trayectoria Cívica.

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Después de 30 años de existencia, el Club de Encuentro Manuel Broseta, se ha convertido en uno de los foros de opinión más prestigiosos de la Comunidad Valenciana.

No en vano e incluso desde sus inicios, en sus actividades han participado personajes influyentes –políticos, periodistas, arquitectos, abogados, escritores, filósofos, médicos, economistas– tanto de la sociedad valenciana como más allá de nuestras fronteras… En total, el Club ha realizado, a lo largo de su historia, casi 400 actividades.

El Club de Encuentro vio la luz en junio de 1984 de la mano de José Luis Boronat, Benigno Camañas, Iñaki Zaragüeta, Fermín Artagoitia, Manuel Tarancón, Federico Moreno, Vicente Garrido y su actual presidente, Francisco Puchol-Quixal.

Desde 1986 y hasta 1992, el Club fue presidido por el catedrático Manuel Broseta, hasta que fue asesinado por ETA. En honor a su recuerdo, la Asamblea acordó cambiar su denominación por la de Club de Encuentro Manuel Broseta.

Con la puesta en marcha del Club se pretendía “crear un foro donde la gente se encontrara para poder reflexionar y donde cupieran todas las ideologías, siempre y cuando se respetara la Constitución”, subraya Francisco Puchol-Quixal.

En la historia del Club, tal y como afirma su presidente, “jamás se ha dicho a nadie que no puede ser miembro. A pesar de todo, no tendrían cabida aquellas personas que no estén a favor de que haya una tribuna libre en Valencia, una persona que no le guste encontrarse con gente de diferente ideología a la suya y, sobre todo, que no le guste escuchar”.

Del mismo modo y “a pesar de que no existe ningún código de conducta, uno de los principios básicos es el respeto a los demás. Por lo tanto, aquella persona que forma parte del Club que lanza un exabrupto o que no acata el turno de palabra o que incluso monopoliza la conversación y no acepta las llamadas al orden, el caso se expondría a la Junta Directiva para pedir su expulsión”, aclara Francisco Puchol-Quixal. De todas formas, –continúa– “esto no ha pasado nunca. Lo que sí que ha pasado es que hay personas que se han dado de alta en el Club porque han pensado que se trata de un sitio donde hacer contactos o networking y cuando han comprobado que no es así, se han dado de baja”.

Hay que tener en cuenta, que “la actividad propia del socio, después de la conferencia, sería intervenir en los debates posteriores que se producen durante la cena y los desayunos” aclara Francisco Puchol-Quixal.

2015-enero-Club-de-Encuentro-Manuel-Broseta-conferenciaActualmente, el Club está integrado por 368 socios y “no llevamos a cabo ninguna campaña de promoción. Después de una conferencia, un 10% de los socios que han asistido se quedan a la cena. En mi opinión, más de 30 personas para cenar ya es mucha gente. Si somos pocas personas, el diálogo es mucho más rico y los conferenciantes están más relajados. Además, la conversación que se mantiene durante la cena con el conferenciante es privada, no pueden acceder los medios de comunicación, al contrario de lo que ocurre con la conferencia propiamente dicha”. A juicio del presidente del Club, “es necesario dotarse de espacios donde haya cierta intimidad y se puedan comentar las cuestiones que afectan a nuestra sociedad en otro tono distinto”.

Del mismo modo, reitera Francisco Puchol-Quixal, “casi todo el mundo que tiene un puesto de responsabilidad en la Comunidad Valenciana forma parte del Club porque son personas que, en el fondo, quieren contribuir a que haya una tribuna libre en nuestra Comunitat y que no esté patrocinado por ninguna empresa”.

Por otra parte y a pesar de que el Club de Encuentro no pretende ni ha pretendido influir en nada, “con el tiempo nos hemos percatado de que sí influye. Al final, es una mota de arena en toda el Sáhara y no debe ocupar el espacio de otras organizaciones. En mi opinión, es una de las instituciones más influyentes que hay actualmente en la sociedad valenciana porque ha sido y ha demostrado ser absolutamente independiente y además lo ha sabido hace con cierta mano izquierda”, acentúa Francisco Puchol-Quixal.

En esta misma línea, recalca que el Club “no puede ser revolucionario y tirar de la sociedad valenciana. Este es un papel que deben asumir las instituciones pero teniendo en cuenta que la cuerda se puede romper”.

Francisco Puchol-Quixal destaca también que sí que han tomado partido en una serie de cuestiones de la sociedad valenciana como “la falta o la necesidad de liderazgo de los políticos de la Comunidad Valenciana”. A su juicio, “es necesario trabajar más la sociedad para que se produzca ese trasvase de personas a la política”. Por otra parte, el Club también se ha posicionado a favor del Corredor Mediterráneo, “mucho antes de que fuera un tema de actualidad como lo es ahora”.

En definitiva, puntualiza Francisco Puchol-Quixal, “el Club ha ido tomando partido en muchas cuestiones que afectan a la Comunidad Valenciana con escenificaciones. En concreto, hemos puesto la pista de baile para que bailen otros y lo seguimos haciendo sin ningún afán de liderazgo o de salir en la foto”.

El Club de Encuentro Manuel Broseta, a pesar de sus treinta años de existencia, está presente en redes sociales –Facebook, Twitter y Linkedin–. Su página web está viva, gracias a la responsable de prensa, Paula Ponsque hace un trabajo excelente”, subraya el responsable del Club.

Por otra parte, las 14 o 17 actividades que organiza el Club a lo largo del año, son los propios miembros los que se encargan de contactar con el conferenciante o los expertos que se han elegido en la Junta Directiva de forma unánime. “Basta con que un miembro de la Junta Directiva no esté de acuerdo con el conferenciante propuesto para que dicha alternativa se eche atrás”, incide Francisco Puchol-Quixal.

Para este año 2015 tienen previsto organizar una mesa redonda sobre la Acadèmia Valenciana de la Llengua y el 26 de enero, recibirán la visita del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Las cuentas del Club

Los miembros del Club pagan a lo largo del año 140 euros, repartidos en cuatro trimestres. La participación en cenas y desayunos se abona aparte. Además, desde hace 14 años, no se paga a ningún conferenciante por intervenir, “solo se le abonan las dietas por desplazamiento”, matiza Francisco Puchol-Quixal.

El Club cuenta para 2015 con un presupuesto de 66.680 euros, de los que 49.680 son ingresos por cuotas de socios. Además, se han contemplado 15.000 euros para las cenas y 2.000 euros más para los desayunos.

Entre los principales gastos fijos a los que hace frente el Club se encuentran la nómina de la secretaria técnica, Inmaculada Lópezque lleva con nosotros desde el año 2000 y que es una de las mejores decisiones que he tomado desde que presido el Club” resalta el presidente; la persona que lleva la comunicación a tiempo parcial; y el fotógrafo que cubre los eventos. “Se trata de una estructura muy simple y optimizamos mucho los recursos económicos”, añade.

Un club de ámbito nacional

En cuanto a la idea de crear un club de ámbito nacional, “esta era una cuestión en la que estaba trabajando Manuel Broseta cuando lo asesinaron. Pienso que es una opción interesante pero no lo tengo claro del todo”, reflexiona Francisco Puchol-Quixal.

A su juicio, podría ser bueno crearlo pero “es necesario estar convencido de que el que se ponga al frente del mismo no tiene un excesivo afán de protagonismo y no utilizará esa posición  como trampolín para conseguir otros objetivos”.

Además, añade, “el Club no tiene pretensión de crecimiento fuera de la Comunidad Valenciana. Nuestra misión está en enseñar nuestra autonomía y para ello no hace falta que vayamos a Madrid”.

Por otra parte, “el modelo del Club de Encuentro sí que ha sido imitado pero cuentan con patrocinadores con lo cual su independencia está limitada”, recalca Francisco Puchol-Quixal.

En definitiva, para el presidente del Club, a pesar de estar satisfecho porque este se ha convertido en un referente en la Comunidad Valenciana, “habría que poner el acento en otras cuestiones relacionadas con lo social y lo cultural”.

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