El safari siempre nos ha parecido un tipo de viaje apasionante. Tal vez por el enorme contraste que representa respecto de nuestra vida cotidiana, nuestro día a día. Cada parque, cada día, cada salida, es una aventura; encontrar a los animales en su hábitat natural, localizarlos, observarlos, es todo un reto. Y no siempre es fácil encontrar la pieza que deseas; desde luego sorprenderlos en un momento de caza, es todo un lujo.
[masinformacion post_ids=»35304″]
Kenia, Tanzania, Botswana, Namibia y Sudáfrica son, desde nuestro punto de vista, los países que se llevan la palma para realizar un safari interesante.
Parque Kruguer
En Sudáfrica, el Parque Kruger es desde luego un paraíso para recorrer buscando escenas propias de alguno de los maravillosos reportajes que estamos acostumbrados a ver sobre el mundo animal.
Un territorio enorme, con más de 400 kms de longitud de norte a sur, y más de 2 millones de hectáreas; una extensión casi igual al territorio de la Comunidad Valenciana. El territorio del parque se ha distribuido en concesiones, donde diferentes organizaciones y empresas tienen asignadas áreas determinadas.
Su fauna es espectacular. El 80% de los rinocerontes blancos de África se encuentran en esta reserva (el censo habla de unos 5.000), pero también hay datos de más de 12.000 elefantes, 9.000 jirafas, 2.000 leones, etc. Cifras todas ellas contundentes.
De la extensión total, tal vez la parte más interesante para recorrer es la que va desde la mitad del parque hacia el sur, porque allí es más fácil encontrar a los animales y disfrutar de algunas manadas que permiten sacar imágenes que no se olvidarán.
En un safari todo es imprevisible, pues se trata de la naturaleza en su estado puro, y tienes que estar atento. Salir a diferentes horas, rastrear, seguir, esperar. Al final, siempre llega la recompensa a esa constancia y las imágenes no te defraudan.
“Cheetah» caza con sus hijos
Habíamos accedido al Parque por el sur, por ‘Cocodrile Bridge’, y durante días buscábamos a “cheetah”, el nombre en inglés del guepardo, el animal más rápido sobre la faz de la tierra, en ocasiones saliendo del “lodge” (alojamiento) a las 6 de la mañana, cuando al amanecer buscan agua o cazan.
Aquella mañana recorríamos el territorio y de pronto, por la emisora de radio, otro vehículo que también estaba rastreando la zona, nos advirtió que habían avistado una familia de guepardos en un enclave determinado. Salimos rápidos hacia el punto.
Efectivamente, allí estaban una madre con sus dos hijos, tranquilamente sentados sobre un promontorio, relajados y observando el entorno. Nos detuvimos y empezamos a observarlos con la esperanza de conseguir algunas imágenes espectaculares…, y la suerte nos ofreció una escena maravillosa, muy difícil de repetir.
No llevaríamos más de 20 minutos frente a ellos, cuando uno de los hijos se levantó y observo que a unos 300 metros por detrás de nuestro vehículo había una pequeña manada de facóqueros, el animal que encarna al personaje ‘Pumba’ en la película de Disney “El rey león”, parecido a un jabalí.
El joven guepardo salió sigilosamente bordeando nuestro vehículo por la parte delantera, mientras los otros dos rodearon el vehículo por la trasera, dejándose ver. La manada de facóqueros solo vieron a estos dos segundos, y mientras se mantenían atentos a ellos, el primero fue rodeándolos sigilosamente hasta que lanzó un ataque a una velocidad impresionante.
El guepardo alcanza los 120 kms por hora en segundos. La escena fue estremecedora: la coordinación y astucia con que actuaron, la estrategia, la velocidad, todo estaba ocurriendo en un instante delante de nuestros ojos. La cacería terminó con éxito. La escena había valido la pena y compensó muchos de los momentos de paciencia y búsqueda.