Pues bien, hoy vamos a analizar las otras dos, esto es, los Fondos de Inversión y las SICAVs.
FONDOS DE INVERSIÓN.
Gestión.
Los Fondos de Inversión, de la misma forma que los ETFs, pueden ser también pasivos, a pesar de que la mayoría de ellos tienen una gestión activa, la cual es decidida en base a una política de inversión.
Operativa.
De los tres, son los que tienen un acceso más complicado, puesto que se deben contratar en la gestora que posteriormente realice las inversiones o bien mediante comercializadoras que tengan la opción de ofrecerlos. Es por ello que puede ser que el inversor se encuentre que no puede contratar un Fondo en concreto y necesite abrir otra cuenta distinta para hacerlo o bien que no pueda tener acceso porque los mínimos establecidos sean muy elevados.
Liquidez.
A pesar de tener unos coeficientes de liquidez para poder afrontar los reembolsos, en el caso de los ETFs se da un paso más y se exigen que tengan Proveedores de Liquidez, con el objetivo de que siempre se pueda comprar o vender títulos con mercado abierto.
Tienen un sistema liquidatorio diario, de la misma forma que las SICAVs.
Fiscalidad.
A diferencia con las ETFs, los Fondos de Inversión son traspasables sin tener obligación de tributación, esto es, en el caso de vender participaciones de uno para comprar de otro, con independencia de la política de inversión y la gestora, no se declara, sino que los beneficios se van arrastrando y acumulando hasta el momento que decida el inversor. Por tanto, podemos destacar que hay un diferimiento temporal en la tributación.
SICAVs.
Gestión.
A diferencia de las anteriores y aunque existe la figura de un gestor, que es quien en muchos casos realiza la toma de decisiones, los accionistas tienen mucho poder, tanto en la definición de la política de inversiones, así como de la gestora que va a realizarla como en el consenso con el gestor respecto a decisiones concretas.
Operativa.
Su funcionamiento es el mismo que en el caso de los ETFs, aunque debemos puntualizar que no cotizan en Bolsa, sino en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
Liquidez.
El funcionamiento es el mismo que para los ETFs. No obstante, en el caso de las SICAVs tiene un valor liquidativo diario, el cual es publicado al día siguiente o al cabo de dos días después del cierre.
Fiscalidad.
El funcionamiento es el mismo que para los Fondos de Inversión. No obstante, deben cumplirse una serie de condiciones: debe tener mínimo 500 accionistas. De lo contrario, la SICAv puede ser destino de un traspaso pero no origen. En caso de no cumplirse, quien quiera vender, incluso aunque se trate para reinvertir, deberá tributar.
En conclusión, las tres figuras tienen ventajas en común, tales como facilidad de diversificación, seguridad para el inversión, gestión profesionalizadas, entre otras. Además presenta algunas concretas, lo cual puede hacer decantarse por una de las tres, en función de las necesidades y objetivos que tenga el inversor. También pueden ser complementarios en vez de sustitutivos, pudiendo formar parte los tres de una cartera de inversión.