Riesgos comerciales en el comercio exterior
Por lo tanto, al realizarse la exportación o importación hay que extremar las medidas para asegurarse que aquello que se va a obtener o llevar al país de destino llegará en las condiciones pactadas en el plazo previsto. Las operaciones intracomunitarias o de exportación e importación presentan una serie de pasos y dificultades mayores, tales como:
- Duración del viaje más largo: por una simple razón de distancia geográfica, el tiempo durante el cual la mercancía estará viajando es superior que en una operación a nivel estatal. Por lo tanto, el riesgo que sufra algún daño o que surja cualquier imprevisto es mayor.
- Necesidad de usar más de un tipo de transporte: en la mayoría de casos, no basta con utilizar solamente un tipo de transporte. Por ejemplo, para entregas dentro de un país, muchas veces con transportar el material por carretera basta. Ahora bien, si es preciso cruzar las fronteras de algún país y, también, para que llegue antes, lo más normal es que sean necesarios diferentes medios. Por ejemplo, en caso de realizarse un transporte de mercancías marítimo, primero habrá que llevar la mercancía desde el lugar de producción hasta el puerto. Normalmente, para ello, se utiliza un camión. Una vez allí, habrá que colocar los paquetes en la embarcación y, en la llegada a destino, repetir la misma acción pero en el orden inverso. Por lo tanto, es una dificultad añadida.
- Exigencia de mecanismos de control: no es lo mismo tratar con una empresa más próxima que con otra de un país diferente. La propia cultura o forma de comerciar y de llegar a acuerdos puede ser muy distinta, hecho que marca la propia relación comercial. Es por ese motivo que es imprescindible recabar una cantidad importante de documentos para asegurarse que, en cada momento del tiempo, se están siguiendo los pasos adecuados y pactados. Para ello, hay documentación relativa a seguros, pasos de aduanas o comprobación de bultos que hay que exigir.
- Legislaciones diversas de cada país: cada país puede tener leyes propias que sean más o menos severas respecto el comercio de determinados productos. Así pues, hay que realizar la vigilancia e inspección correcta de todo el material, ya sea para adaptarlo a las exigencias y preferencias del otro país en caso de exportación, o para asegurarse que cumple con los requisitos propios de aquí si se trata de una importación.
- Necesidad de conservar o embalar el material de forma más específica: las exigencias para conseguir que la materia llegue a su destino de forma que no sufra ningún daño son mayores en caso que el transporte sea más complicado, como es el caso. Por lo tanto, las necesidades en términos de conservación o embalaje serán mayores y el coste a afrontar, consecuentemente, también.
- Menor conocimiento de la otra empresa: por muchas referencias que se puedan tener de la empresa con la cual se realiza el intercambio, nunca habrá una certeza tan absoluta como si fuera del propio país. Dentro de un sector, las empresas se conocen mucho entre ellas y las referencias que tienen las unas de las otras son muy parecidas. Ahora bien, están información es más difícil de conseguir en caso de compañías extranjeras. Por lo tanto, el riesgo de ser engañados o de comerciar con alguna empresa con una forma inadecuada de comerciar es más alto.
¿Cuáles son los riesgos más habituales en el comercio exterior?
Los riesgos más habituales a afrontar por parte de una empresa cuando se lanza al mercado internacional son los siguientes:
- Impago: ocurre en aquellos casos que el importador no realiza el pago al exportador una vez ya ha recibido la mercancía. La mayoría de transacciones, al ser de valores importantes, no se pagan al contado. Entonces, para asegurar el pago, lo más adecuado es contratar un crédito documentario con la entidad financiera con la que operamos. El impago puede ser consecuencia de una morosidad que dura mucho tiempo (de hecho) o por derecho, cuando la empresa que tendría que abonar el importe ha entrado en suspensión de pagos.
- Fraude: se produce cuando alguna de las partes realiza un engaño a la otra de forma consciente con la finalidad de conseguir algún tipo de beneficio de forma ilegal.
- Mala calidad y servicio: puede ser que la mercancía no cumpla con las condiciones que se habían pactado como resultado de la negociación y acuerdo previos. Para que no ocurra un problema de este tipo, es importante pedir certificados de calidad o algún tipo de inspección que verifique el contenido del transporte.
- Riesgos durante el transporte: como ya se ha comentado, el hecho que se utilicen diferentes medios de transporte y la propia distancia que hay que recorrer provocan que el riesgo por rotura de la mercancía se incremente respecto a un intercambio dentro de un mismo estado. Para no tener que soportar estas posibles pérdidas, se acostumbra a contratar una póliza de seguro.
- Variaciones en los tipos de cambio: en caso que la transacción se realice entre países de distinta moneda, se utiliza la de uno de los dos (en la mayoría de los casos, el dólar o el euro). Ahora bien, entre el momento que se cierra la operación hasta que se realiza el cobro, el tipo de cambio puede haber cambiado, hecho que provoca que la cantidad de dinero recibida no sea la esperada en un primer momento. Las fluctuaciones pueden ser en positivo o negativo. Igualmente, para que este aspecto no afecte al resultado final esperado, se contratan seguros de cambio para conocer antes el valor final de la divisa extranjera.
- Riesgos legales: las leyes respecto una misma temática pueden ser distintas entre países. Así pues, lo que en un país es permitido, puede que en otros no. Además, los estados pueden tender a imponer medidas proteccionistas con la finalidad de proteger determinada industria propia. No lo pueden hacer de forma directa, ya que nos encontramos en un contexto de libre circulación, pero sí mediante leyes o exigencias que hagan muy complicada la entrada de nuevos productos de fuera. Además, la experiencia ha constatado que es más complicado conseguir sentencias judiciales positivas fuera que en el propio país. En esta línea, entonces, cada una de las partes intenta que la ley a aplicar sea la de su propio país. Finalmente, en caso que no haya acuerdo, se aplica arbitraje internacional.
- Riesgo de pago aplazado: puede pasar que el importador no pague en los plazos acordados. Para evitarlo, utilizar el crédito documentario.
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