Mujeres al Timón
Melilla es una sorpresa enclavada en el corazón de la región del Rif, limita por mar con el Mar de Alborán (al este) y con Marruecos por tierra. Su cultura y su actividad económica no pueden escapar a la historia de esta ciudad autónoma, que está marcada por la convivencia de cristianos, musulmanes y judíos desde el siglo XIX. Conocemos esta ciudad como parte del recorrido por los mejores destinos que estamos visitando en Economía 3.
El patrimonio arquitectónico de mayor valor de esta urbe, situado en el Ensanche, es uno de los mayores exponentes del estilo modernista español de principios del siglo XX, junto con Barcelona y sin nada que envidiar a Madrid o València. A la suma de culturas que han enriquecido a esta ciudad a lo largo de su historia, con los importantes legados de fenicios; romanos; vándalos; bizantinos y árabes, hay que añadir que Melilla cuenta con más de 900 edificios modernistas y ‘art decó’.
Melilla, el principal centro modernista de África
Al igual que ocurre en otras ciudades, con Barcelona como máxima exponente, destaca en Melilla la perfección de su trazado urbano y la monumentalidad de su arquitectura. La ciudad autónoma es el principal centro modernista de África y el segundo de España, después de Barcelona.
Un discípulo de Gaudí, el arquitecto Enrique Nieto, es el responsable de la esencia modernista que inunda el Ensanche melillense. A principios del siglo XX desarrolló lo que había aprendido y toda su visión arquitectónica en las calles de esta ciudad norteafricana. Entre las obras en las que Nieto dejó su huella destaca la principal sinagoga de Melilla; la Mezquita Central y varios edificios para la Iglesia Católica.
Financiado por el propio Ayuntamiento de Melilla y en un contexto de creciente industrialización, que impulsaba su desarrollo, Enrique Nieto formó parte de la nueva concepción del diseño y la arquitectura de la ciudad, que se vio inmersa en una vorágine urbanística. La diversidad de culturas y la influencia del modernismo que despuntaba en Cataluña el pasado siglo hacen de Melilla un lugar tan exótico como interesante.
