A diez minutos del centro de Bilbao y a quince minutos del aeropuerto de Loiu, se encuentra Portugalete, situado en la desembocadura del Nervión, en la margen izquierda de la ría. Su casco histórico fue declarado Conjunto Monumental, en el año 1996 y atesora rincones, calles y plazas de gran solera. Recorrer las calles Coscojales, Víctor Chávarri, popularmente conocida como calle del Medio y la calle Santa María nos descubre la antigua Villa medieval. De estas calles destacan sus empinadas cuestas y su pavimento empedrado, realizado con piedras llamadas “rebollos”. Este sistema supuso una mejora de la viabilidad urbana a mediados del siglo XV.

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El inicio de la industrialización en la segunda mitad del siglo XIX en Vizcaya, fue particularmente intensa en esta zona de la margen izquierda de la ría del Nervión. De este período de rápida industrialización destacar ejemplos de ingeniería como el muelle de Hierro, del año 1887 y obra del ingeniero Evaristo Churruca. Se trata de una prolongación del muelle, de más de 800 metros de longitud, construido en hierro y piedra. Gracias a esta obra se resolvió el problema del banco de arena que cegaba la desembocadura de la ría y que dificultaba la navegación. Otra obra adelantada a su tiempo fue la construcción entre 1891 y 1893 del Puente Colgante o también llamado Puente Palacio (del nombre del ingeniero que lo diseño, Alberto del Palacio y Elissague). Puesto en actividad en 1893 fue el primer puente transbordador del mundo de su tiempo. A fines del XIX, enriquecido Portugalete por sus indianos y por los magnates de la burguesía capitalista vizcaína, se configuró como zona residencial y localidad turística de moda, famosa por sus playas (hoy ya desaparecidas) y por su balneario.

Ubicado en el paseo de la Canilla se encuentra Rialia Museo de la Industria, un espacio testigo del pasado, presente y futuro de la ría del Nervión. Con la ría como protagonista, la exposición del museo, ofrece una visión de la transformación social, productiva y paisajística que tuvo lugar entre los siglos XIX y XX. (www.rialia.net).

Después de este reencuentro con el proceso industrial, la visita a Portugalete puede terminar en el muelle Viejo, donde todavía, algunas mañanas, llegan barcas con pescado fresco para vender. Desde este lugar existe la posibilidad de pasear por La Ría en embarcaciones turísticas. Es una forma amena y cultural de conocerla.