Los microcréditos en Rumanía se adaptan con la tecnología a las necesidades de los clientes y empresas de Europa Occidental, las cuales no pueden en muchas ocasiones acceder al crédito que tradicionalmente ofrecen los bancos.

Normalmente, tanto Microcrédito como microfinanzas suelen ser términos que solemos asociar con países subdesarrollados o en vías de desarrollo. En Europa también pueden tener su lugar y su potencial para poder llenar el vacío existente en los servicios financieros, los cuales necesitan tanto empresas como gente de bajos ingresos.

En los países pertenecientes a la Europa del Este, como es el caso de Rumanía, las microfinanzas se están convirtiendo en verdaderos salvavidas, que han tenido años para ir madurando por la falta de acceso a la banca tradicional. Si vamos a datos de los últimos años, en 2013 se concedieron en Rumanía 47.000 microcréditos, de los que casi 9.000 fueron a empresarios con una media de menos de 7.000 euros cada uno.

En Europa Occidental existen también las microfinanzas, con la diferencia de que las sumas son más altas, pero en el Este, pese a ser los créditos más reducidos, pueden beneficiarse de ellos más personas, marcando la diferencia.

Algo que está claro es que para todos los que se benefician, las microfinanzas son un impacto económico beneficioso importante, ya que logran sobrevivir. La supervivencia es lo primero, ganarse la vida de manera correcta, logrando su desarrollo a partir de poca cantidad.

Progresivamente logran ir aumentando su desarrollo en el plano profesional, económica y un día se dan cuenta que son rentables. Debemos tener claro que las microfinanzas no solo son créditos. Si una persona tiene hambre, le solemos dar alimento, pero si queremos que coma siempre, lo normal es enseñarle a cazar o a pescar.

Muchas de las instituciones se esfuerzan en proporcionar formaciones a sus clientes para que su proyecto pueda contar con mayor viabilidad. Todos sabemos que las microfinanzas por sí mismas no van a lograr que crezcan exponencialmente las economías de la Europa del Este, pero para bastantes empresarios, unos miles de euros han hecho que puedan hacer realidad sus proyectos.

Para el director general del Fondo Europeo de Inversiones, Pier Luigi Gilibert, lo que cambia la naturaleza de verdad en el mercado fue la crisis de 2007/2008, en la que mucha gente no encontraba trabajo en los sectores tradicionales optó por hacerse autónomo. Este tipo de profesionales contaban con pocas posibilidades de acceso a los canales de crédito bancario. Este tipo de situación, después se amplió a los parados, mujeres empresarias y tal vez hoy o mañana a los inmigrantes. Como podemos ver es bastante útil.

En la actualidad puede decirse que es complicado pedir dinero prestado a los bancos para las pequeñas empresas y personas que están poniendo el foco en juntar recursos privados. Esto cambia la manera de pensar de las instituciones financieras y de microfinanzas, así como la tecnología que está ayudando a abrir nuevas fronteras, caso de la financiación participativa.

Las microfinanzas como hemos visto tienen un buen número de razones para haber recibido el visto bueno del público. Los bancos en esta gran crisis mundial no solo demostraron en buen número que no tenían escrúpulos, lo ratificaron ante la nula capacidad de ayuda y solidaridad con los clientes.

Con situaciones como esas, los ciudadanos decidieron optar por otro tipo de alternativas, algo que en la vieja Europa está haciendo bastante por facilitar los proyectos, sueños y objetivos emprendedores de todas aquellas personas que no se conforman con ir de oficina en oficina pidiendo trabajo y deciden ser jefes del suyo propio. Las microfinanzas, toda una alternativa con pasado, presente y mucho futuro…