Eusebio Moro, el ecoemprendedor de las 22 patentes

Eusebio Moro, el ecoemprendedor de las 22 patentes

Eusebio Moro es un inventor empedernido que ya ha firmado 22 patentes y que, con varios de sus inventos, ha llamado la atención incluso a investigadores de la NASA, cuya preocupación medioambiental más acuciante son los gases y humos que se producen en las misiones espaciales de larga duración.

Empresas de Estados Unidos, México y otros países de América Latina están interesados desde hace tiempo en el eco-MMotion y en el árbol artificial.

«El eco-MMotion es un dispositivo que, instalado en la parte baja de los automóviles, permite que éstos puedan contribuir a depurar el aire sin ningún gasto adicional de gasolina», dijo Eusebio Moro.

Este dispositivo está diseñado de forma que cuando el vehículo está en movimiento o parado en un semáforo se encuentre realizando la función para la que ha sido diseñado: «purificar el aire ambiente».

El aire con los contaminantes es recogido por la parte delantera del vehículo a través de unas toberas que reparten ese caudal por una red de conductos encargados de depurar. El objetivo es retener los contaminantes y expulsar el aire tratado a través de otras toberas situadas en la parte trasera del vehículo.

Moro afirmó que «este dispositivo conseguiría depurar un caudal sobre el orden de 1.500 metros cúbicos/hora por vehículo».

El funcionamiento del árbol limpio consiste en que el aire atmosférico pasa desde la parte inferior de la torre a la parte superior, donde se encuentra un ventilador que genera una corriente a través de catalizadores.

El inventor explicó que «estos catalizadores realizan una captación de los gases contaminantes tales como el CO2, flúor, benceno, arsénico y diferentes gases que normalmente son los que están diluidos en el ambiente».

A pesar de su tamaño y envergadura, «el árbol artificial podría modificar su estructura en función del lugar donde se ubique y su entorno, de esta manera no solo realiza el trabajo de los árboles naturales, sino que además constituye un elemento ornamental para incorporar al mobiliario urbano», señaló Moro.

Según el inventor español, «dependiendo del estilo arquitectónico del lugar y el tipo de mobiliario público, estos árboles podrían tener carcasas diferentes que combinaran con el entorno».

«Este equipo puede aspirar un caudal de aire de entre 2.000 ó 4.000 metros cúbicos, -aseguró Moro- con lo que se alcanza la capacidad de absorción de entre 90 y 100 eucaliptos«.

En cualquier tipo de árbol, la capacidad de absorción es muy lenta en el tiempo. El inventor explicó que «en este prototipo hay un paso canalizado que empuja un caudal a gusto del consumidor, dependiendo del tipo de habitáculo en el que se vaya a instalar».

Otra de las ventajas de estos árboles artificiales, señaló Moro, es que «en un árbol natural el óxido de nitrógeno, el azufre y las demás partículas en suspensión contaminantes que viajan en la corriente de aire afectan muchísimo a su vida y la lluvia ácida lo deteriora y lo mata».

Estas situaciones no afectan a los árboles artificiales y, al contrario que los naturales, «en lugar de emitir polen, lo capturan», indicó Eusebio Moro.

Los árboles naturales aportan oxígeno, pero por la noche cambian el ciclo y emiten CO2, dióxido de carbono, función que no realiza el árbol limpio. Además, en aquellos «las partículas contaminantes se adhieren a las hojas y, cuando llueve, se expanden en el ambiente, y van a caer sobre los cultivos», concluyó Eusebio Moro.

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