Mark Zuckerberg fundó Facebook, la red social más exitosa del mundo, con sólo 19 años. Michael Dell, creador de Dell, uno de los modelos de negocio más rompedores dentro del sector informático, fue aún más precoz: lanzó su negocio con sólo 18 años.
Las empresas vinculadas a la tecnología parecen caldo de cultivo perfecto para los emprendedores imberbes: Steve Jobs fundó Apple con 21 años, y Bill Gates (20) y Paul Allen (22) no le van a la zaga en Microsoft.
Fuera de la informática también hay casos de éxito arrollador entre los jóvenes. Thomas Burberry lanzó su firma de moda con 21 años, Jack Cohen emprendió sus supermercados Tesco con 21, y Arthur Davidson fundó Harley-Davidson con 22, la misma edad que tenía Walt Disney cuando empezó a crear su imperio de animación.
Pero, ¿significa eso que debo olvidarme de emprender si he sobrepasado la frontera de los 30 ó 40 años? Claramente no. En el extremo opuesto, empresas que hoy son multinacionales importantes fueron fundadas con emprendedores de edad avanzada, algunos de ellos verdaderamente ‘mayores’.
Mayores de 50 años
Ideas empresariales que automáticamente vincularíamos al público más joven, sin embargo, fueron lanzadas por emprendedores de mediana edad. Es el caso de Starbucks, que fue fundada por Gordon Bowker con 51 años.
Algunas multinacionales de renombre tienen fundadores en esa misma franja de edad: es el caso de Nestlé –creada por Henri Nestlé con 52 años, Nissan –fundada por Yoshisuke Alikawa con 53 años y Estée Lauder, que creó su negocio con 54 años.
Aún tenían una edad más avanza Sheldon Adelson –conocido por el proyecto frustrado de Eurovegas en Madrid- cuando creó Las Vegas Sands con 55 años, un año más tenía Ferdinand Porsche cuando fundó Porsche con 56 y Kawazaki Shozo fundó la marca de motocicletas con 59 años.
¡Y mayores de 60 años!
La barrera de los 60 años tampoco es infranqueable para algunos emprendedores. A una edad en la que (se supone que) un profesional ya debe tener la vista puesta en la jubilación, Amadeo Giannini creó Bank of America, y Charles Flint fundó IBM, una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, con 61 años. Todo un golpe contra el tópico del jovenzuelo en el garaje de sus padres.