Después de Rio 2016 ¿Qué pasará con Brasil?
El paro en Brasil, la mayor economía de América Latina ya es de 11.4 millones de personas, en un clima donde la recesión no da una tregua y el número de parados puede que crezca cuando terminen la Olimpiada en agosto.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) dependiente del gobierno ha informado que ha aumentado el paro en el trimestre marzo-abril-mayo de 2016 en 3,2 millones frente a las cifras de 2015. La población que trabaja es de 90.8 millones de personas con unos ingresos que han caído de media el 2,7% frente a 2015.
La gente cada vez tiene menos dinero, lo que hace que circule menos y ayuda a que se produzca el llamado círculo vicioso de caída del comercio y de la construcción. Si analizamos los sectores se puede observar que la industria es el sector que más está sufriendo las consecuencias, ya que de mayo de 2015 a mayo de 2016 se despidieron 1,4 millones de personas que tenían contratos permanentes. Incluso el número de despidos en la industria sería mayor si se tomasen en cuenta a los tercerizados que perdieron sus puestos.
Después de los Juegos
A corto plazo no existen síntomas de que haya noticias buenas para el mercado laboral. El PIB (Producto Interior Bruto) representa algo más del 40% de América Latina va a sufrir una recesión del 3,8% en 2016, parecida a la caída que se observó en 2015, todo según las proyecciones más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI).
No son pocos los analistas que piensan que el paro aumentará una vez acaben los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que van a celebrar entre el 5 de agosto y el 21 próximos. Hasta final de julio van a continuar en su actividad los trabajadores para las obras de infraestructuras y movilidad urbana, caso de la línea 4 del Metro Carioca, pero luego estos puestos van a desaparecer.
A esto debemos sumarle que se acabarán miles de contratos temporales, la mayoría en el sector servicios como los hoteles, turismo y restaurantes.
Alto nivel de desocupación
En otro orden de cosas, el área metropolitana de San Paulo, el motor a nivel económico brasileño, cuenta con un nivel de paro del 17,6%. En el cuadro general de Brasil, además de que existen más ciudadanos sin un puesto de trabajo, también ha aumentado el número de los que emigraron hacia el mercado informal. En lo que va de 2016 ya son 448.000 las personas que han pasado a este mercado, tanto en relación de dependencia careciendo de contrato o como ex empleados estables que han invertido sus ahorros o el seguro desempleo para micro-emprendimientos.
Como hemos podido ver las perspectivas actuales no son muy esperanzadores para Brasil, pero el peligro de un empeoramiento puede llegar al terminar unos juegos. Realmente es una pena que un país con tanto potencial como el brasileño no pueda crecer como debería de ser y que se haya visto inmerso en unos episodios de corrupción y de falta de saber gestionar unos años de bonanza que la llegaron a poner muy arriba en el panorama internacional.
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