Atalaya refuerza su papel como socio tecnológico de los grandes patrimonios

Atalaya se consolida como socio tecnológico —y humano— de referencia para family offices y familias empresarias en España. La firma, fundada en Valencia, quiere ser el aliado que ayuda a poner orden, ganar claridad y profesionalizar la gestión del patrimonio en un momento de cambio histórico en la industria del Wealth Management, marcado por una gran transferencia de riqueza y por la irrupción de nuevas generaciones con mayores exigencias en tecnología, transparencia y agilidad.

«Estamos viviendo la mayor transferencia patrimonial de nuestra historia. Las familias necesitan claridad, no complejidad. Y necesitan un socio, no un proveedor», subrayó Santiago Reyna, CEO de Atalaya, durante un encuentro en el que participó este medio. «Somos el referente en España en atraer family offices. No somos una gestora: les damos la tecnología, la claridad y, con ello, conforman su criterio».

Un sector en plena redefinición

La industria de la gestión de grandes patrimonios afronta una década decisiva. A escala global se prevé una transferencia de riqueza de 124 billones de dólares en las próximas décadas, el mayor traspaso de la historia reciente. A ello se suma que el 85 % del crecimiento neto del patrimonio procede ya de generaciones más jóvenes, mucho más exigentes en tecnología, transparencia y agilidad en la toma de decisiones.

En España, Reyna cifra en más de 120.000 millones de euros el volumen que podría cambiar de manos en los próximos años, lo que anticipa una transformación profunda del Wealth Management: «Las dinámicas de trabajo cambiarán en los próximos cinco años». Ese relevo está acelerando la profesionalización de los family offices y sociedades patrimoniales, especialmente en familias empresarias que se enfrentan a la venta de su compañía o a un cambio generacional complejo.

«Las familias tienen un vacío: suele estar el director del family office, el padre… y el hijo trabajando por ahí. De repente venden la empresa y se encuentran con mucho dinero y sin saber cómo gestionar esa situación», apuntó el directivo.

Tecnología que ordena, relaciones que acompañan

El núcleo de la propuesta de Atalaya se resume en una idea: la tecnología es el medio, pero el valor real está en la relación con las familias. Su plataforma combina un sistema de integración y depuración de datos patrimoniales con herramientas de analítica que generan informes automáticos y comprensibles para los equipos de gestión. El objetivo es reducir el trabajo manual, dejar atrás la dependencia de hojas de cálculo y ofrecer una visión unificada y actualizada del patrimonio.

«Nuestra tecnología parte de algo muy sencillo: cada familia es un mundo y la herramienta tiene que adaptarse a su realidad», explicó Reyna. «Si una familia tiene todo su patrimonio en excels, lo podemos traspasar y digitalizar. El objetivo es que dejen de vivir esclavos de las hojas de cálculo».

A diferencia de plataformas puramente digitales, la firma pone énfasis en el acompañamiento: escucha activa, comprensión del contexto familiar, protección del legado y continuidad generacional. Atalaya nace «de familias para familias» y se ha diseñado para convivir con los bancos, asesores y despachos que ya trabajan con los grandes patrimonios, no para sustituirlos.

Cobalt: comunidad y dealflow para más de 200 family offices

El otro gran pilar del proyecto es Atalaya Cobalt, la comunidad privada que la compañía ha construido alrededor de sus clientes. Cobalt reúne ya a más de 200 family offices y sociedades patrimoniales en España y se ha consolidado como la mayor comunidad independiente de grandes patrimonios del país.

«Trabajamos para crear encuentros de alto valor y oportunidades de inversión offmarket», señaló Reyna. En este espacio se comparten operaciones, se accede a expertos y se diseñan programas específicos para las nuevas generaciones, desde formación financiera hasta foros de emprendimiento e inversión alternativa.

Métricas: 3.000 millones bajo dato y eficiencia operativa

En términos de métricas, la compañía ha consolidado en 2025 una base creciente de clientes de alto patrimonio y multi-family offices. Atalaya supera los 3.000 millones de euros en patrimonio estructurado y monitorizado en su plataforma, ha logrado reducir alrededor de un 60 % el tiempo que los equipos patrimoniales dedican al reporting y ha incrementado en torno a un 25 % su eficiencia operativa gracias a la automatización de procesos.

Reyna recordó que estos resultados llegan después de “cuatro años pregonando en el desierto que los family offices debían profesionalizarse y digitalizarse”. Hoy, sostiene, esa evangelización se ha traducido en confianza y en un estándar tecnológico que muchos equipos patrimoniales empiezan a considerar imprescindible.

Nueva etapa: IA Agent y expansión del ecosistema

Atalaya encara ahora una nueva fase de crecimiento. La firma trabaja en la presentación pública de su IA Agent, un agente especializado en Wealth Management que se apoya en el entramado de datos de la plataforma para sugerir escenarios, anticipar riesgos y acompañar a los equipos en la toma de decisiones.

Esta hoja de ruta incluye también la ampliación del ecosistema Cobalt, nuevas alianzas con entidades financieras, firmas de inversión y compañías tecnológicas, así como el despliegue de nuevas interfaces para facilitar un acceso en tiempo real al patrimonio familiar.

Mirada desde la Comunitat Valenciana: emprendimiento y capital paciente

Durante el desayuno, el CEO de Atalaya también quiso poner el foco en la Comunitat Valenciana, donde ve «un caldo de cultivo del emprendimiento muy fuerte, fruto de lo que se ha generado en los últimos años». A su juicio, el reto ya no es tanto la aparición de nuevos proyectos como incrementar el volumen de inversión que los acompañe en fases de crecimiento y consolidación.

En este contexto, plataformas como la de Atalaya y comunidades como Cobalt aspiran a conectar el patrimonio de las grandes familias empresarias con el nuevo tejido innovador, cerrando el círculo entre legado, inversión y nuevas oportunidades.