De Navarro a Lafuente: nueva etapa en la CEV con gobernanza coral y neutralidad
El presidente de Femeval releva a Salvador Navarro y apela a la cohesión territorial, el diálogo social y la independencia política como brújulas de su mandato.
La Asamblea General de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) ha escogido a Vicente Lafuente Martínez como nuevo presidente de la organización en sustitución de Salvador Navarro. La jornada marcó también el relevo en las presidencias provinciales, con Eva Blasco al frente de CEV Valencia, Luis M. Martí en CEV Castellón y César Quintanilla en CEV Alicante, en un movimiento que consolida la vertebración territorial del proyecto y fija una hoja de ruta de colaboración entre niveles.
En su intervención, Lafuente subrayó que la nueva etapa será una evolución y no una revolución. Reivindicó una CEV horizontal, participativa y abierta al diálogo, continuista en aquello que ha demostrado funcionar y valiente para actualizar lo que precise mejora.
«No queremos una organización en la que estén todas las empresas, sino una organización en la que todas las empresas quieran estar», afirmó, con un mensaje de utilidad y pertenencia para grandes, pymes y autónomos.
Hoja de ruta: liderazgo coral, neutralidad e impulso territorial
El nuevo presidente enfatizó la autonomía de las organizaciones provinciales, coordinada con la estructura autonómica, para que las necesidades de Alicante, Castellón y Valencia se atiendan con sensibilidad a sus particularidades. Defendió, además, una presidencia «coral» y un estilo de gobierno que escuche activamente y genere sentimiento de pertenencia: «las presidencias corales dejan hacer a los órganos de gobierno y a los equipos; así se construyen organizaciones participativas», expuso.
En ese marco, avanzó un acercamiento estable a universidades, formación profesional, centros tecnológicos, cámaras de comercio y organizaciones empresariales y sindicales, con la intención de ampliar la base de diálogo y anclar la acción de la CEV en la economía real y el conocimiento.

Lafuente situó tres ideas fuerza como guía del mandato: aprovechar lo que ya funciona con autocrítica constructiva; impulsar un proyecto no presidencialista que represente la economía real; y preservar la independencia y la neutralidad política.
«Será un proyecto continuista en lo que se ha hecho bien, y valiente en lo que necesite evolucionar», señaló. Y añadió: «la defensa inquebrantable de la neutralidad y la independencia política… principios irrenunciables, parte de nuestro ADN».
En un contexto de ruido y polarización, el nuevo presidente reivindicó el consenso como método: «El progreso no se impone, se acuerda. Y el consenso no es una renuncia: es una forma inteligente de avanzar». Con ese espíritu, marcó como ejes la coordinación provincial, la capilaridad comarcal y la colaboración con agentes de conocimiento para reforzar la influencia y el arraigo de la CEV en todo el territorio.
Agenda económica: infraestructuras, presupuestos y talento
La agenda reivindicativa llega cargada de urgencias y compromisos a medio plazo. Lafuente reclamó avanzar en los corredores ferroviarios Mediterráneo y Cantábrico–Mediterráneo, modernizar infraestructuras portuarias y feriales, asegurar el abastecimiento hídrico y energético, y acelerar la reconstrucción de las zonas afectadas por la DANA: «Esa reconstrucción es urgente, es justa y debe quedar fuera de cualquier batalla política».
En el plano fiscal, abogó por un marco «predecible y competitivo», por ayudas que incentiven la inversión tecnológica y medioambiental y por una solución a la infrafinanciación autonómica, con una llamada a que los partidos «piensen y actúen en clave valenciana».
Sobre la gestión pública, pidió previsibilidad y ejecución: «Lo que cuenta no es lo prometido, sino lo cumplido», dijo, exigiendo presupuestos en tiempo y forma, capacidad de ejecución al 100 %, transparencia y rendición de cuentas. Recalcó, además, que las partidas para la DANA deben quedar blindadas ante la disputa política. En el frente del capital humano, advirtió de una brecha persistente entre formación y necesidades empresariales, y asignó a la CEV un papel activo para «conectar empresa, educación y formación».
El diálogo social será otro de los vectores del mandato. Lafuente rechazó decisiones «al margen del diálogo social» y defendió tres planos de trabajo: fortalecer la mesa autonómica; orientar la negociación colectiva sectorial y provincial hacia un modelo bipartito con protagonismo de agentes sociales; y recomponer el clima estatal, hoy «roto por completo». «El partidismo político no debe marcar el paso de la sociedad. Debe ser la sociedad quien marque los tiempos de la política», remarcó.
Un balance y un listón: el cierre de etapa de Salvador Navarro
El relevo llega tras el balance de Salvador Navarro, que defendió que la CEV sale de su presidencia como «una marca consolidada, posicionada y respetada», y como «la casa de todos», desde autónomos a grandes empresas, pasando por cooperativas, startups y colegios profesionales. Recordó hitos de modernización organizativa y financiera, el aumento de la presencia femenina en los órganos de gobierno y una interlocución institucional reforzada. «Unidad para ser más», subrayó como idea-fuerza para mantener la cohesión del empresariado.

Navarro señaló, no obstante, retos que siguen sobre la mesa: la reforma de la financiación autonómica, el absentismo, la falta de talento y vivienda, la sostenibilidad y la necesidad de que Alicante mejore su posición en inversiones estatales.
Lanzó también un mensaje a la política: «No conviertan a los habitantes de esta Comunidad en actores principales cuando tenemos que votar y en actores de reparto cuando pasan las votaciones».
Gobernanza y equipo: nueva Secretaría General y funciones reforzadas
Tras la Asamblea, la Junta Directiva completó el organigrama con vicepresidencias y vocalías, y designó la representación ante la CEOE. En el plano ejecutivo, Inmaculada García Pardo fue nombrada Secretaria General, en sustitución de Esther Guilabert Bordonado, culminando una trayectoria interna que incluye responsabilidades en el área técnica, relaciones empresariales y la dirección general.

La hoja de ruta inmediata de Lafuente pasa por fortalecer los mecanismos de diálogo social en el ámbito autonómico, evolucionar los procesos de negociación colectiva con protagonismo real de organizaciones empresariales y sindicales, y exigir que los presupuestos se aprueben en tiempo y se ejecuten plenamente. «Presidir la CEV no puede tener otro sentido que defender con firmeza la libertad de empresa y el orgullo de ser empresarios y empresarias», afirmó, antes de cerrar con una llamada a la colaboración: «Es nuestro momento».
Con este enfoque —continuidad en lo que funciona, liderazgo coral y neutralidad— la CEV inicia una etapa orientada a la cohesión interna, la representación territorial y la interlocución estable con el conjunto del tejido productivo.
Borja RamírezGraduado en Periodismo por la Universidad de Valencia, está especializado en actualidad internacional y análisis geopolítico por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en las ediciones web de cabeceras como Eldiario.es o El País. Desde junio de 2022 es redactor en la edición digital de Economía 3, donde compagina el análisis económico e internacional.
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