Viernes, 05 de Diciembre de 2025
Pulsa ENTER para buscar
INFONIF Club Empresas Podcast Rankings Eventos Revistas
Cuidar el seu futur

L’Olivera, medio siglo de vino e inclusión social desde Vallbona de les Monges

La presidenta de L’Olivera defiende un modelo cooperativo que combina vino, inclusión social y arraigo al territorio.

L’Olivera, medio siglo de vino e inclusión social desde Vallbona de les Monges

Clara Griera, presidenta de la cooperativa L'Olivera. Imagén: @jordirullo

Publicado a 13/09/2025 19:20

Clara Griera, enóloga de la bodega de Vallbona de les Monges y socia trabajadora de la cooperativa desde 2007 y también presidenta de la cooperativa L’Olivera, reivindica un modelo que une inclusión social, sostenibilidad y vino de calidad.

Nuestra protagonista fue elegida recientemente presidenta de L’Olivera un puesto por el que se mostró muy ilusionada porque le ofrece la oportunidad de profundizar más en el ámbito societario y, al mismo tiempo, es un reto, «ya que atravesamos un momento de transición que hay que gestionar”.

– El lema de L’Olivera es «Cultura de Márgenes». ¿Qué significado tiene esta frase para la cooperativa, tanto en su sentido físico como en el simbólico?

Cuando hablamos de márgenes lo hacemos de forma simbólica y textual, porque estamos en una zona, en el Vall del Corb, de Vallbona de les Monges, uno de los espacios donde trabajamos, está llena de márgenes, de piedra en seco, de piedra que se ha trabajado manualmente para hacer estos márgenes que hacían los payeses para aprovechar al máximo la tierra de cultivo. En un momento de escasez y en un sitio donde no hay agua, los márgenes permitían ganar tierra fértil para cultivar.

KPIloliveral

Estamos en una zona de márgenes donde el esfuerzo manual Y donde este tipo de agricultura de subsistencia es un símbolo de nuestra zona. A la vez trabajamos en esos márgenes simbólicos y humanos, donde la materia primera son las personas y donde sus capacidades y sus dificultades los sitúan, muchas veces, en esos límites entre lo que esta normalizado, lo que es exclusión, lo que es aceptación o lo que es rechazo. Nosotros trabajamos con personas que a menudo están en tesituras de rechazo, dificultad de inclusión y de relacionarse con el mercado laboral, pero también con la sociedad.

Cooperativa de trabajo

– Os definís también como una cooperativa de integración social. Vuestra historia comenzó en 1974. ¿Podrías definir en qué consiste este modelo y cómo se diferencia de una empresa tradicional?

No hay muchos territorios que se puedan mimetizar con el nuestro, de secano, terreno poco trabajado, abandonado incluso. Dentro de la España vaciada podemos ser similares a muchos territorios o pueblos, donde con los que además hemos hecho red con ellos. Se trata de territorios que se vaciaron en su momento porque no había capacidad para ejercer una actividad económica suficiente para la vida.

Son proyectos donde han influido muchísimo la voluntad, la inquietud política y la intencionalidad de las personas que en su momento gestaron estos proyectos. L’Olivera nace como un proyecto de colectividad para transformar. En un primer momento incorpora personas con algún tipo de dificultad, con discapacidad intelectual inicialmente y con la voluntad de crear una comunidad donde todas las personas fueran iguales.

En su raíz, este proyecto nace también de gente religiosa que creía, en ese momento de posfranquismo, en transformar el mundo y en hacer una sociedad más justa e igualitaria. En ese contexto nace la Olivera.

Olivera_Verema_2025_@jordirullo

Imagen: @jordirullo

Desde entonces, ahora nos encontramos amparados por la normativa de los centros especiales de empleo, de centros ocupacionales y estamos concertados por la Generalitat de Cataluña para ejercer esta labor social.

Igualmente, somos una cooperativa de trabajo, que además de tener esta capacidad y voluntad de inclusión social en nuestros estatutos, se basa precisamente en incluir personas con discapacidad y con dificultad en el proyecto. Esta fórmula jurídica no es muy frecuente y menos en el sector agrario.

– ¿Quiénes forman parte de la cooperativa, además de los trabajadores?

A ellos se suman los socios colaboradores, que son personas que han trabajado con nosotros y no quieren perder el vínculo con la cooperativa y aquellos que quieren estar en el proyecto de una forma u otra, pero no trabajan con nosotros.

Identificar la eficiencia

– Producís vinos y aceites ecológicos. ¿Cómo integráis la discapacidad en vuestro día a día?

Estamos convencidos de que todas las personas son válidas para cualquier trabajo y, lo más importante es saber dónde somos más eficientes o estamos más capacitados.

Tenemos un centro especial de empleo que apoya y respalda a personas que tienen más dificultades para realizar algunas tareas. En este ámbito integramos técnicos de campo o de bodega, que acompañan, asesoran y tutelan el trabajo de esas personas en su día a día. En la bodega, su labor principal es el etiquetaje, el encajado, la paletización, entre otros.

De todas formas, creemos firmemente que, en función del perfil de la persona, puede desempeñar una labor u otra.

Otro espacio en el que colaboran también estas personas, desde hace dos o tres años, es en el apartado de enoturismo y en concreto atendiendo al público.

Por ejemplo, en el espacio que tenemos en Barcelona desde 2010, en Can Calopa, una masía situada en el Parque Natural de Collserola, hay un área gastronómica donde la empresa de inserción busca formar personas en riesgo de exclusión en funciones de cocina, trato con el público, servicio de mesas, etc.

En el campo, por ejemplo, tenemos técnicos que acompañan a esas personas en labores como la poda o la vendimia. Justo en este momento del año, donde trabajamos con muchas personas externas, priorizamos la colaboración con entidades que trabajan con personas en riesgo de exclusión.

Can Calopa, viñedos, enoturismo…

– ¿Tenéis dos espacios?

L’Olivera, un poco antes del 2010, firmó un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona  para gestionar la finca agrícola Can Calopa, en el Parque de Collserola. En ella hay una masía antigua del siglo XVI que querían revitalizar desde el punto de vista agrícola para potenciar la historia agraria de esta zona geográfica.

Desembarcamos en esta zona, que cuenta con una residencia que construyó el Ayuntamiento, con el objetivo de restaurar y arreglar la masía. Empezamos trabajando con 14 personas que vivían en este espacio residencial y un centro especial de empleo en el que se formaban estas personas y trabajando la viña. Además, gestionamos otra finca más gracias a un convenio que establecimos con el Ayuntamiento de Sabadell.

El Ayuntamiento nos encomendó también que elaborásemos el vino de Barcelona.

A día de hoy hemos apostado fuertemente por una transición hacia una vida más autónoma lo que nos ha llevado a gestionar cinco pisos de alquiler con acompañamiento en la vivienda para aquellas personas que van abandonando la residencia.

En Can Calopa gestionamos también una vinoteca, cuya actividad se desarrolla a través de una empresa de inserción. En ella hacemos enoturismo, catas, alquileres de espacio, etc.

En L’Olivera, que es el espacio inicial donde comenzó el proyecto en el 74, también hay una residencia, tres viviendas para personas más autónomas que vamos acompañando; y la bodega en la que convertimos en vino más de 200.000 kilos de uva que entran cada año.

Actualmente gestionamos 22 hectáreas y compramos una parte importante de la uva. No tenemos suficiente para elaborar todos los vinos que vendemos. Por ello, establecemos convenios con agricultores de la zona a quien compramos cada año.

Olivera_Verema_2025_@jordirullo-03

Imagen: @jordirullo

Sobrevivir

– ¿Cómo conjugáis actividad social con rentabilidad económica?

El éxito está en sobrevivir. Los objetivos pasan por poder seguir desarrollando nuestra actividad, realizar las inversiones imprescindibles para seguir elaborando productos de calidad, obtener beneficios para invertir en la residencia y en el bienestar de las personas que viven con nosotras y, sobre todo, y si se puede, incrementar la oferta de vinos para poder llegar a más personas que necesitan nuestra atención.

Para nosotros, el éxito no está en ganar más dinero. Nos gustaría ofrecer sueldos un poco más elevados, aunque ya están por encima del mercado, pero para nosotros es insuficiente. De hecho, se nos va gente muy buena porque los sueldos no responden a sus necesidades actuales. Para nosotros este es un grave problema. Por ello,  nuestra obsesión pasa porque la gente que está en este proyecto pueda tener una vida digna y sus sueldos estén acorde a sus necesidades.

Por ello, luchamos porque  la actividad sea viable y podamos hacer las inversiones necesarias. En el sector primario, donde nos encontramos, es necesaria mucha inversión y el beneficio siempre es muy equilibrado.

Además, estamos en un sector como el del vino, donde hay una competencia salvaje y estamos obligadas a hacerlo muy bien. A pesar de todo, es difícil tener unos precios justos para mantener el proyecto y a la vez que sean competitivos como para acabar con el producto que tenemos en el almacén y se venda todo. Por ello, tenemos que encontrar un equilibrio y de ahí que haya una tensión siempre entre lo comercial y lo humano o el ritmo de trabajo que quisiéramos tener para las personas.

Hasta Japón y Corea

– ¿Hasta dónde llegan vuestros vinos?

Desde hace dos años llegan hasta Japón y Corea donde tenemos clientes que se enamoraron de nuestros productos. Aunque mayoritariamente vendemos en Cataluña.

– ¿Cómo captáis a las personas que se integran en este proyecto?

Es muy diversa. Funciona mucho el boca-oreja, redes sociales, entidades sociales con las que colaboramos sobre todo personas en riesgo de exclusión social y a través de la Administración.

En Can Calopa la vía de entrada es diferente ya que se trata de un convenio con el Ayuntamiento de Barcelona.

– ¿Qué planes tenéis para el futuro?

Uno de nuestros principales objetivos pasa por poder retribuir mejor al socio y al trabajador.

Por otra parte, crecer en volumen no es nuestra prioridad. Nuestra prioridad es atender mejor a las personas, con lo que si se da la oportunidad de realizar más  actividades para dar trabajo a más personas, bienvenida sea. Pero, sobre todo afianzar un proyecto que con los años ha ido creciendo mucho.

También tenemos en mente diversificar porque la actividad agrícola ligada al vino en un momento en que el consumo del vino ha ido a la baja. Tenemos previsto comenzar un plan estratégico en enero de 2026-2030 donde nos plantearemos estas preocupaciones y ver qué herramientas encontramos para seguir adelante.

Firma
Fotografía de Gemma JimenoGemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.
Artículos relacionados
Camara de Comercio de Castellon Energias renovables
Últimas Noticias
Camara de Comercio de Castellon Energias renovables
Artículos destacados
112
finanedi
Formacion HUB E3 Lego Serious Play
Alcati celebra tu evento
Cuentas Anuales Infonif
El Debat
Cuentas Anuales Infonif