Destinos: Budapest, la magia de la ciudad del agua
Hay algo en esta ciudad húngara que hace que muchos la consideren una de las ciudades mas bonitas de Europa. Y no les falta razón, además de contar con muchos lugares patrimonio de la humanidad, hay una cosa que la hace única.
Ya en 1934 la ciudad fue bautizada como «Ciudad de Balnearios», y es que se trata de la capital con mas pozos de aguas medicinales y termales del mundo. Cuenta con 80 manantiales geotérmicos, y el mayor sistema de cuevas termales del mundo. Estas aguas, que brotan entre los 21 y los 78 grados centígrados, lo hacen a través de 118 fuentes naturales y una infraestructura de pozos artificiales que llegan a contabilizar mas de 70 millones de litros diarios aflorando a través de ellos.
Esto ha hecho que la ciudad cuente con algunos de los baños termales mas famosos del mundo y que seguramente hemos visto muchas veces en fotografías o incluso en anuncios de publicidad donde se utiliza alguna de sus salas. El Balneario de Széchenyi -el mas grande Europa-, el Balneario Gellért, el Balneario Lukács, el Balneario Rudas, el Balneario Király o el Balneario Rác.
Salud y belleza en sus aguas
Más allá de que sus aguas efectivamente son medicinales, y en muchos casos son usadas por prescripción médica, viajar a Budapest implica disfrutar de sus balnearios, entrar en ellos, adentrarse en sus aguas y el relax que los envuelve. Algunos de ellos mas orientados a la ingesta de agua para tratamientos, como es el caso del baño termal Lukács, cuya puesta en marcha en 1937 se hizo orientándolo hacia el tratamiento de problemas digestivos.
Otros cuentan con salas realmente preciosas, como el Balneario Rudas. Especialmente su piscina octogonal y una gran cúpula turca soportada por unos pilares de hormigón y pequeños orificios que permiten que la luz entre por ellos desde la parte superior. Inevitable la visita. También el mas moderno jacuzzi que instalaron en su azotea y que permite además una preciosa vista del horizonte de «Pest».
Creo que cada lugar, cada destino, tiene sus fortalezas, sus señas de identidad, aquello que lo diferencia, y esta sin lugar a duda es la de Budapest. También seria bueno dedicar un día a comentar la diferencia entre balneario, centro termal, talasoterapia y spa. Esta fue una polémica muy interesante en los años 90, cuando el uso de las aguas trascendió el uso medicinal para ser algo que formara parte de la parte lúdica y de disfrute en un viaje.
Una joya a orillas del Danubio
Desde luego Budapest ofrece mucho más, además de la belleza extraordinaria de la ciudad, su propia ubicación a orillas del Danubio la hace muy especial. El Parlamento de Budapest es uno de esos edificios que marcan la diferencia, o cruzar el Puente de las Cadenas, sencillamente precioso -pese a que es una reconstrucción ya que fue destruido en la segunda Guerra Mundial-.
Desde aquí podemos caminar hacia la calle interior Váci Utca, una singular calle peatonal y la más comercial (con preciosas tiendas y calles aledañas dignas de recorrer y «saborear»), cuyo origen en la Plaza Vorosmarty termina en el Mercado Central, el más grande del país. Uno de los lugares que resume esa belleza para mi es el Café Central, o también el New York Café, que está ubicado en el interior del hotel Boscolo.
Algo que le da un encanto especial a la noche es navegar por el Danubio, disfrutar de una cena a bordo escuchando música y visualizando sus orillas, sus puentes. Y por supuesto disfrutar de su gastronomía en los «Ruins Bars», el Koleves, cerca de la Sinagoga (si estamos por el barrio judío) es ideal para probar el goulash, el codillo o el pato. Puedes ir también al Szimpla Kert, el más conocido y además pionero de este tipo de bares.
Pero como vamos de balnearios, es indispensable ir al Parque Varosliget, y disfrutar del Balneario Széchenyi, sin lugar a duda el más popular, y hacerlo en invierno en una de sus magnificas piscinas al aire libre, sumergido en el agua, con un clima gélido en el exterior, es una sensación muy especial.
Al terminar el día subir al Castillo de Buda, y cerca el Bastión de los Pescadores, en la misma colina, es el mejor lugar desde el cual ver todo Budapest.