La transformación digital de la educación es lenta pero imparable. En Economía 3 nos hemos preguntado: ¿cómo será la educación dentro de 10 años en términos de digitalización? ¿Y dentro de 50? Para llegar a imaginarlo, primero debemos analizar cómo es el sector educativo actualmente y, sobre todo, cómo está evolucionando: qué cambios se están produciendo y a qué ritmo.
Para responder a todas estas preguntas, hemos contactado con dos startups que están desarrollando importantes mejoras tecnológicas aplicadas a la formación. Una de ellas, Leemons, se dedica a la creación personalizada de plataformas educativas. La otra, Ucademy, propone un servicio más concreto: la formación 100% digital orientada a aumentar las probabilidades de éxito a la hora de acceder a la universidad o aprobar unas oposiciones.
Leemons: diseño de experiencias formativas basadas en datos
Leemons es una plataforma de diseño de experiencias de aprendizaje para colegios, universidades y empresas. Centran su propuesta de valor en «el uso de metodologías modernas de enseñanza, el uso del dato como medio informado para la toma de decisiones y la atención a la diversidad».
Lula de León, CEO y socia fundadora de la compañía, nos cuenta cómo nació este proyecto: «Surgió durante el COVID, cuando tuve que ayudar a mi hija a estudiar durante el confinamiento. Yo llevaba más de 20 años diseñando grandes proyectos para empresas del IBEX 35 en mi agencia Diga33! y me sorprendió mucho la calidad de la tecnología que estaban usando y su ineficiencia».
«Hice un ‘benchmark’ para encontrar una plataforma más adaptada para proponer a su colegio. El resultado fue que no encontré un producto que tuviera los niveles de calidad y servicio que yo conocía bien en otros sectores como ‘ecommerce’, CRM, ‘travel’ o ‘fintech’…», relata Lula, que, ante estas carencias, en mayo de 2021 decidió dar el salto y fundó la compañía junto a Johan Sosa, CTO de la startup.
Al ser un proyecto de código abierto, la barrera de entrada es baja: cualquier usuario puede probar Leemons sin necesidad de pagar. Lula concreta cómo funciona: «La comunidad de desarrolladores puede extender la plataforma ilimitadamente y también contamos con ‘partnership’ con terceros. Actualmente estamos levantando nuestra tercera ronda de inversión para desarrollar la versión SaaS de la plataforma, que será de pago».
Como plataforma modular, la gran ventaja de Leemons es que se adapta a las necesidades del centro educativo mediante la activación o no de diferentes módulos para crear un entorno a medida. La fundadora lo explica con el siguiente ejemplo: «Si eres una empresa a lo mejor necesitas tener un módulo que te cubre FUNDAE, mientras que un colegio necesita el módulo de recogida de alumnos». La plataforma también es escalable: «Crece a medida que lo hace el centro educativo, atendiendo a 100 alumnos o a 100.000 con la misma eficiencia».
Entre otras cosas, la plataforma permite digitalizar la gestión de conocimiento; la creación y almacenamiento de contenido en la nube; la organización de las tareas, entregas y deadlines; la planificación de los recorridos de aprendizaje; el establecimiento de objetivos; y la evaluación y certificación del conocimiento. También cubren otra necesidad: la comunicación entre los diferentes actores de la comunidad educativa: profesores, alumnos, padres y centro. Y en el caso de las empresas, entre docentes, directores de área, departamento de RRHH y empleados.
Aunque Leemons ha salido al mercado en enero de este año, ya ha cerrado varios acuerdos de gran volumen y estima cerrar el año con medio millón de facturación. En el corto plazo, se marcan como objetivo cerrar la ronda de inversión en la que se encuentran inmersos. En el medio plazo, tienen previsto lanzar la plataforma SaaS y un marketplace de contenido para alimentar la plataforma con materiales de terceros.
¿Qué retos plantea la digitalización de un centro educativo?
La directora ejecutiva de Leemons destaca la gran resistencia al cambio que que existe en los centros educativos: «Los profesores tienen poco tiempo para aprender a manejar plataformas educativas y eso hace que se aferren a sus modos de hacer tradicionales. Y es una pescadilla que se muerde la cola, porque si los profesores no utilizan las herramientas digitales, los centros no ven un retorno de sus inversiones en tecnologías educativas. Por eso se anclan al precio mucho más que en otros sectores».
¿Qué peculiaridades tiene cada tipo de centro a la hora implantar la tecnología?
En Leemons trabajan con colegios, universidades y empresas. Resaltan varias diferencias a la hora de afrontar un proceso de digitalización: «Los colegios son muy resistentes al cambio. Cuentan con una digitalización básica: sistema de gestión de alumnos y comunicación interna. Las universidades ven más necesidad de contar con plataformas como la nuestra y la exigencia de los alumnos es mayor, ya que están más digitalizados y ellos mismos son los que pagan su formación, por lo que miden muy bien lo que reciben a cambio. Mientras que las empresas delegan mucho en terceros sus campus online y son un mercado muy amplio».
Ucademy, la plataforma que ayuda a opositores y estudiantes a conseguir sus objetivos
Ucademy es otro de los proyectos que están apostando por la innovación educativa. En su caso, se centran en mejorar, a través de la tecnología, las posibilidades de ingreso en la universidad o de obtención de plazas públicas. Con su propuesta han ayudado a conseguir sus objetivos a más de 2.000 estudiantes que se presentan a oposiciones, exámenes de acceso a la universidad y pruebas de acceso a formación profesional.
El método de Ucademy se basa en vídeo-lecciones acompañadas de simulacros de examen y tipos test con inteligencia artificial que se adaptan a las respuestas y los conocimientos de cada alumno. Además, todos reciben asesoramiento en el estudio y no tienen que preocuparse por seguir el ritmo del resto de alumnos, ya que cada uno avanza según su disponibilidad, sus conocimientos y su estilo de vida.
Todos los alumnos de Ucademy obtienen acceso al temario actualizado de la formación para la que se preparan. Además, pueden ver vídeo-lecciones de repaso, disfrutar de un asesoramiento personalizado, recibir asesorías, practicar con exámenes de otros años, formar parte de una comunidad de alumnos con la que compartir opiniones y preguntar dudas a través de un chat activo 24 horas.
En cuanto a servicios más solicitados, desde la academia indican que «ahora mismo los exámenes de acceso a la universidad y las oposiciones de educación son lo más demandado». «Bien es cierto que depende de la época del año y las fechas de las convocatorias de cada prueba», puntualizan.
Según explica la startup a Economía 3, Ucademy aspira a ser la academia de referencia en España en preparación de pruebas de acceso y oposiciones. Además de en España, están presentes en varios países de Latinoamérica y tienen como foco más importante la internacionalización de la empresa.
La transformación digital de la educación: una prioridad
El surgimiento de este tipo de plataformas y soluciones tecnológicas está transformando un sector, la educación, en el que la digitalización lleva un retraso considerable. Las escuelas y universidades se adaptan a los cambios y avances tecnológicos que se están produciendo, pero lo hacen siempre a remolque.
En Leemons lo ven con cierto optimismo pese a los problemas existentes: «Los tiempos cambian y la digitalización del aprendizaje era algo que tenía que ocurrir. El sector va 10 años por detrás de otras industrias. Lo que sí es cierto es que la educación debe evolucionar y plataformas como la nuestra permiten personalizar el aprendizaje, dar cabida a necesidades especiales de enseñanza y aprender a enseñar mejor manejando datos que hoy en día ni se recogen».
Lula de León remarca las dificultades de los centros para encontrar un proveedor adecuado: «Aunque la UE está empujando son sus objetivos para el 2027, es un punto del dolor importante para los gestores de centros educativos encontrar a un proveedor que les ayude, se lo haga fácil, barato y les acompañe en la adopción de la tecnología para sacar rendimiento de ella».
Desde Ucademy afirman que el recorrido es todavía extenso: «Es verdad que muchas universidades y colegios a raíz del Covid han hecho avances, pero aún quedan muchas cosas por hacer». Señalan además la necesidad de que los cambios tecnológicos tengan en cuenta la diversidad: «Es una realidad que el sistema educativo debe evolucionar. No todos aprendemos igual y por eso mismo no todos deberíamos estudiar igual. Cada alumno tiene unas capacidades y habilidades que se desarrollan de una forma totalmente distinta a la persona de al lado. Por eso mismo apostamos por la personalización y la máxima adaptación posible a esas diferentes necesidades que puede tener cada uno».
¿En qué ámbitos formativos hay más carencias digitales?
Desde Economía 3 nos preguntamos también en qué sectores o tipos de formaciones se observa un mayor atraso en términos de digitalización y uso de la tecnología.
Lula señala los colegios públicos como el tipo de centros en los que más carencias se observan: «La tecnología se toma como un fin y no como un medio. No está integrada en los procesos que digitaliza. Aprendes Word para aprender Word, no para crear documentos más fácilmente. Lo ideal sería que la educación estuviera digitalizada y su uso fuera una cuestión de eficiencia, como nos ocurre a nosotros en el día a día: tú compras un billete de avión y no tienes que aprender cómo comprarlo».
La fundadora de Leemons añade que «todavía hay una curva de aprendizaje demasiado larga en las plataformas, no son intuitivas, no son flexibles, les dicen a los profesores cómo enseñar en vez de proporcionarles modos para ser mejores profesores sin esfuerzo».
En Ucademy destacan las oposiciones como un ámbito en el que se requiere una transformación: «Los opositores son un perfil que normalmente compagina el estudio con trabajar y necesitan. Existe una necesidad de personalizar la forma de estudio para que puedan optimizar las horas de estudio y organizar mejor su horario», comentan. También consideran obsoleta la forma de preparar la selectividad: «Siendo una generación tan joven, resulta sorprendente que sigan estudiando cómo se lleva haciendo desde hace muchos años».
¿Cómo será la educación dentro de 10 años?
«Si me tengo que imaginar un futuro para la educación, pasa por desligar el aprendizaje infantil de los procesos de memoria, evolucionar hacia modelos más constructivistas, colaborativos, que preparen a nuestros hijos para lidiar con un futuro incierto y cambiante», reflexiona Lula.
La experta en digitalización educativa agrega algo importante sobre la universidad: «Debe bañarse más en el mercado laboral. Menos doctores y más profesionales en las aulas. Una universidad más abierta, líquida, moderna y plural que se preocupe menos por la normalización de un currículo, la certificación de un conocimiento plano, y mucho más por la vigencia de sus contenidos y sus docentes, por su respuesta real y efectiva a las necesidades del mundo actual».
Ante la misma pregunta, desde Ucademy conjeturan cuatro cambios: «Habrá un mayor uso de tecnología en la educación, como la inteligencia artificial y la realidad aumentada o virtual para crear experiencias educativas más personalizadas e interactivas. También habrá un mayor enfoque en habilidades prácticas y habilidades socioemocionales, como la resolución de problemas, la colaboración y la empatía, para preparar a los estudiantes para el mundo laboral y social. Aumentará la importancia de la educación a distancia, lo que permitirá a los estudiantes acceder a educación de alta calidad desde cualquier lugar y en cualquier momento. Y también habrá una mayor diversidad e inclusión en la educación, con una mayor representación de diferentes culturas y perspectivas en el currículum y en la enseñanza en general».
¿Y dentro de 50?
Desde Ucademy se atreven incluso a imaginar cómo será la educación a 50 años vista: «Habrá un mayor enfoque en la educación personalizada, donde los estudiantes tendrán la capacidad de elegir sus propios planes de estudio y rutas de aprendizaje que se adapten a sus intereses y habilidades; será más importante la educación en habilidades de pensamiento crítico y habilidades creativas, para fomentar la innovación y el desarrollo de nuevas ideas; y existirá una mayor colaboración entre instituciones educativas y empresas, para garantizar que los estudiantes estén adquiriendo habilidades que sean relevantes para la industria laboral y que los empleadores estén recibiendo trabajadores altamente capacitados y listos para trabajar».