El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado Gonzalo Gortázar que han presentado los resultados de la entidad en València donde el banco mantiene con «vocación de permanencia» su sede social, han estimado que este año el impuesto a la banca supondrá para la entidad unos 400 millones de euros y algo más para el año que viene.
Preguntados por las opiniones de miembros del Gobierno que justifican la necesidad de este impuesto temporal vistas las ganancias de los bancos en 2022, Goirigolzarri ha subrayado:
“Cuando una persona ve estos 3.145 millones de beneficio puede pensar que es una cifra realmente enorme y lo es; pero por eso es importante contextualizarla porque todas las cifras referidas a CaixaBank son realmente enormes”.
En este sentido ha mencionado que con los resultados de 2022, el principal accionista de la entidad a través de Criteria, la Fundación Bancaria “la Caixa” recibirá una retribución cercana a 550 millones de euros que se orientarán a impacto social como sus más de 11.500 viviendas de alquiler social; o los 300 millones que recibirá el segundo mayor accionista de la entidad el FROB, es decir “el Estado y por ende todos los contribuyentes”.
Si bien, Goirigolzarri ha querido poner algunos ejemplos más de las “enormes” magnitudes de la entidad, como el volumen de crédito otorgado a empresas el año pasado –más de 40.000 millones–; la financiación a particulares –más de 25.000 millones en 2022, doblando la producción hipotecaria de un año antes–, o los fondos propios –del orden de 36.000 millones–.
«Recuperar» parte de la rentabilidad que no se ha generado en los últimos diez años
Al hacer referencia a contextualizar, José Ignacio Goirigolzarri ha manifestado: “tenemos que ser conscientes de dónde venimos: venimos de una situación que, desde 2016 con tipos de intereses negativos en toda Europa, las entidades financieras han tenido una rentabilidad muy por debajo del coste de capital –esto es, el rendimiento mínimo que exige un inversor, es decir la rentabilidad mínima exigida por el accionista–. Esto se traduce en que los inversores pagan un precio inferior a los fondos propios; con una cotización por debajo del valor de libros”.
Con la subida de tipos de interés la situación según Goirigolzarri se va “normalizando”.
“Que la rentabilidad de la banca suba es una buena noticia para los accionistas y una extraordinaria noticia para todos los españoles, una banca que no sea mínimamente rentable y sólida es un problema para la sociedad. Yo lo he vivido en Latinoamérica, pero también lo hemos vivido aquí en España, cuando en 2009-2010-2011 el sistema financiero español no pudo apoyar a las familias porque estaba extremadamente débil”, ha insistido.
Por el contrario, ha subrayado que la razón por la cual en 2020 la banca española ha podido hacer frente a las moratorias y a los préstamos ICO es porque “tenía músculo”.
“Solo una banca rentable va a permitir que se financie una sociedad. La banca es un sector cíclico, a la banca le va bien cuando a la economía le va bien y al contario. La economía real necesita una banca potente, es el círculo virtuoso, los objetivos están alineados, intentar contraponer esos objetivos no corresponde a ninguna razón basada en los hechos”, ha insistido.
Además, el consejero delegado, Gonzalo Gortázar ha añadido que se vislumbran para este año algunos signos de alarma tras el frenazo que se espera desde el 5,5% de crecimiento estimado del PIB de 2022 al 1,3% de 2023. Entre ellas el alza de la morosidad previsible y el aumento de los costes de la entidad y de las provisiones; junto con una contracción del crédito.
Respecto al incremento de los costes, la previsión apunta a un crecimiento de entre un 5 y un 6,4%, hasta los 6.400 millones de euros este año, ha precisado Gortázar.
Espera que, como consecuencia del aumento moderado de la morosidad, el coste de riesgo aumente del 0,25 % al cierre del año, para situarse hasta un máximo por debajo del 0,40% a final del ejercicio. En 2022 el banco cerró con un nivel histórico de morosidad del 2,7%.
¿Recurrirán el impuesto?
La entidad abonará el nuevo impuesto que supondrá unos 400 millones de euros y lo computará en el primer trimestre. No obstante, CaixaBank estudia «si tiene sentido impugnar o no este gravamen» desde el punto de vista jurídico, pero ha insistido en que el consejo de administración aún no ha tomado ninguna decisión al respecto.
Balance «redondo»
«Cerramos un año excelente, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo desarrollando un modelo diferencial», ha empezado la intervención el presidente. Para los máximos responsables 2022 se ha traducido en un año “redondo” en el que “el número de clientes vinculados aumentó en 77.000 a lo largo del año”, y manteniendo su compromiso de “servicio y cercanía”.
Así, ha detallado el presidente que favorecen la “inclusión desde el punto de vista geográfico – con el compromiso de no abandonar ningún municipio donde no haya ninguna otra entidad (470) y 17 ofibuses que dan servicio a 626 municipios–; desde el punto de vista edad –cumpliendo los compromisos con los clientes sénior– y desde el punto de vista de la vulnerabilidad a través de MicroBank«.
Solo el pasado año, MicroBank concedió mil millones de crédito destinados a 85.000 familias con rentas inferiores a 21.600 euros al año y a 18.000 negocios.