Cumplido el primer mes tras la entrada en vigor del impuesto medioambiental sobre todos los envases de plástico no reutilizables, Economía 3 ha querido analizar cómo está siendo la implantación de la tasa en las empresas del sector. Aunque todavía es pronto para conocer las consecuencias a largo plazo del nuevo gravamen, ya se están notando dejar alguna de las problemáticas de un impuesto que ha cogido a muchos con la guardia baja.
El nuevo impuesto se enmarca dentro de la llamada «fiscalidad verde» y fija un tipo impositivo de 0,45 euros por kilogramo de plástico no reutilizable. Este impuesto será de obligado cumplimiento en todas las importaciones y forzará la trazabilidad del producto para asegurar que sea reciclado.
Según explica el director general de la Asociación Española de Industriales de Plásticos (ANAIP), Luis Cediel, hay empresas que han podido prepararse de cara a la llegada del impuesto, pero también muchas otras que no lo están, con dudas muy razonables y «sin respuesta de la Administración».
¿Un incentivo suficiente?
La impresión de muchas de las empresas en este primer momento de la entrada en vigor es que desde la Administración están dejando «un periodo más laxo». Hay empresas que llevan desde que se hiciera el anuncio preparándose para la entrada en vigor de la tasa. Sin embargo, no todas las empresas están planteándose dar el paso al plástico reciclado.
«Muchos clientes continúan trabajando con el plástico virgen porque es mucho más económico que el reciclado. Les compensa pagar el impuesto a utilizar el material reciclado, hay 800 euros de diferencia por tonelada entre uno y otro. Muchas empresas se plantean continuar como hasta ahora hasta que les obliguen a cambiar en 2025», explica Almudena Imbernon, directora de procesos e I+D+i en Caiba, empresa especializada en la fabricación de envases.
Uno de los objetivos principales de este impuesto es el de fomentar el uso del plástico reciclado por encima del tradicional. Sin embargo, avisan desde ANAIP, lo que está provocando es todo lo contrario, ya que el aumento de demanda de reciclados puede provocar el encarecimiento de un material ya de por sí más caro.
Encarecimiento de precios
Para el director general de ANAIP, el encarecimiento de los precios es automático desde que se factura el impuesto. El primer adquiriente, explica, debe decidir si lo repercute en costes o no. Para quien más representa en términos porcentuales es para el fabricante del envase, pero el verdadero coste del impuesto, afirman las empresas, son todos los trámites administrativos y burocráticos que está provocando.
«Quienes compran el envase de plástico habrán notado una diferencia respecto a lo que estaban pagando antes. Los clientes que ponen el envase en el mercado lo tienen que poner a un precio superior, las grandes superficies están asumiendo esa subida del plástico, que acabará por pagar el consumidor», explica Imbernon.
En este sentido, Cediel avisa de que «este incremento de la demanda de producto reciclado va a desatar los precios. Ha pasado toda la vida y va a volver a pasar. Al final una medida que se hace para tratar de incentivar el consumo del material reciclado se puede terminar por volver en contra».
Adaptarse al cambio
Reunión Industrial es una de las empresas que lleva varios años trabajando para tratar de reducir al máximo el consumo de plástico. Las nuevas sensibilidades medioambientales de los clientes, así como las oportunidades de mercado que la situación genera, han hecho que cada vez sea mayor el interés de las empresas por adaptarse.
«A día de hoy hemos reducido el consumo de plástico casi un 50% independientemente del impuesto. Se ha visto un aumento de costes con respecto a lo que pagábamos hace dos o tres años, ahora estamos pagando el doble consumiendo la mitad. A pesar de eso, a nosotros no nos ha afectado tanto porque ya habíamos hecho el cambio», explica Luis Franco Mengual, director de desarrollo de negocio de la firma.
Y apuntilla: «El problema que estamos teniendo es que no se han desarrollado todavía las tecnologías que permitan disminuir más aún el consumo de plástico. Todo se hace en plástico y hay ciertos envases que sí o sí tienes que ir a morir al plástico. No hay otra alternativa para hacer producción masiva».