A pesar del momento agridulce que atraviesa el sector de la construcción, la patronal prevé un crecimiento del sector del 4%. Entre sus quejas, la histórica falta de mano de obra que, unida al alza de precios, está provocando que a fecha de enero de este año hubiera 500 obras desiertas, lo que supone un agujero de 230 millones de euros.
Hablamos con Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC).
La situación del sector
¿Cómo valoraría la situación económica del sector teniendo en cuenta la coyuntura actual? En 2021 se preveía un crecimiento del 10,4 %, ¿se ha cumplido esta cifra? ¿Y 2023?
Es prematuro aún manejar datos para 2022 debido a la incertidumbre e inestabilidad política y económica global. Vivimos un momento agridulce en el sector del que, a pesar de las subidas de precios y de la energía, debemos salir más fuertes. La inflación, que atenaza a todos los sectores de la economía, afecta desde hace dos años a los materiales de la construcción, como ya veníamos advirtiendo entonces. Es cierto que se han aprobado tres reales decreto-ley para revisar los precios de los contratos, pero sus requisitos siguen discriminando a la gran mayoría de las obras.
En cualquier caso, la construcción será clave para la transformación económica de España. El crecimiento del sector, en línea con las previsiones de primavera de la Comisión Europea, seguramente supere el 4 %. Pero podría haber resultado mucho mayor.
Buscar obreros
– Hace un año, por estas fechas, nos comentaba que al sector le hacían falta 700.000 trabajadores. ¿Cómo ha evolucionado esta cifra? ¿Han puesto en marcha alguna iniciativa para atraer a nuevos trabajadores?
Seguimos necesitando esa cantidad de trabajadores, con el problema añadido de que los fondos europeos no están llegando a las empresas. Y eso está empeorando aún más el número de obras desiertas, que venimos denunciando desde enero pasado, cuando presentamos un informe indicando que al menos había medio millar de obras sin empresas que acudiesen a la licitación al no poder asumir los importes, un agujero que superaba los 230 millones de euros. Hoy en día la situación se ha agravado.
En cuanto a las medidas adoptadas, sindicatos y patronal aportamos antes del verano la mejor iniciativa posible para atraer a nuevos trabajadores, especialmente los jóvenes: la rúbrica del VII Convenio General del sector, que incluye el primer plan de pensiones sectorial de la historia de nuestro país, establece incrementos salariales del 4 % para 2022, del 3 % para 2023 y del 3 % para 2024 y refuerza la paz social que caracteriza a nuestro sector en aras a la creación de empleo.
Sobre la incorporación de nuevos trabajadores, los datos demuestran que somos una fuente de empleo estable y de calidad: entre agosto de 2021 y el de este año, el paro en la construcción se redujo en 40.000 personas (39.516). La afiliación a la Seguridad Social en ese periodo creció un 3,1 % en el sector, hasta 1,3 millones de empleados. Son cifras prometedoras que podrían ser mejores de aprobarse las medidas que indicamos.
Los fondos europeos no llegan a las empresas
– En esta misma línea, estáis reclamando al Gobierno un plan de choque para ejecutar los fondos europeos y formar a trabajadores en el sector de la construcción, especialmente a jóvenes y mujeres. ¿Habéis tenido alguna respuesta?
Efectivamente, hace falta un Plan de Choque en la construcción para formar, como mínimo, a 200.000 alumnos al año a través de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC), que forma a 80.000 alumnos al año, pero podría multiplicar esa cifra por más de dos en estos momentos. Para ello, necesitamos un impulso del Gobierno, pero también de las autonomías. Estamos a la espera.
– Hace un año comentaba que el sector canalizará 7 de cada 10 euros de los fondos. ¿Se ha dado esta situación o seguimos esperando a que lleguen esos fondos?
Mantenemos esa cifra. Los fondos NextGenerationEU apuntan a la transformación económica de España, y esto pasa necesariamente por la construcción, ya que el dinero implica la creación de centros tecnológicos de big data, redes modernas de comunicación y de transporte, centros hospitalarios y educativos, desaladoras, depuradoras, redes de transporte modernas… Un ejemplo: para reducir la dependencia energética de España en momentos como el actual en los que el gas o la electricidad cobran tanta importancia, la construcción es vital a la hora de erigir plantas de energías limpias o renovables. También será determinante para acometer las necesarias obras de rehabilitación energética que pueden reducir el consumo de energía en un contexto de crisis e incertidumbre.
No obstante, hay que apuntar que, aunque los fondos europeos están llegando a España, no están siendo recepcionados por las empresas. El Gobierno sí los está transfiriendo a las autonomías, pero después el dinero no fluye entre estas y los ayuntamientos ante la ausencia de iniciativas. En última instancia, no llegan a las firmas. Necesitamos agilizar urgentemente la canalización de NextGenerationEU.
Los decretos aprobados por el gobierno no se pueden aplicar
– Vemos también que el número de disoluciones en el sector llegaba a 3.187 hasta agosto. ¿Vamos a seguir viendo disoluciones de empresas en los próximos meses?
En estos momentos, es importante decirlo, hay muchas empresas al borde de la asfixia, incluso trabajando a pérdidas en su cuenta de resultados debido a los sobrecostes en los precios de los materiales.
De ahí nuestra insistencia al Gobierno para que apruebe un Real Decreto-ley ambicioso y sin condicionantes que incluya, en la aplicación de la revisión de precios, el sumando de la energía y ajuste otros extremos que dificultan notablemente su aplicación práctica.
El Ejecutivo central ha aprobado tres reales decretos-ley sobre la revisión de precios, pero no se pueden aplicar, lo que provoca que estas medidas sigan siendo insuficientes para contener la sangría. Necesitamos que aquí se actúe con urgencia. De no ser así, cuando llegue el dinero de Europa, será tarde.
– Según Fomento, el coste de los materiales en mayo estaba un 38 % por encima de los niveles de 2020 y ha seguido creciendo. ¿En cuanto se ha incrementado el precio de los proyectos? ¿Está provocando que las empresas no acudan a licitaciones?
Por supuesto. Nuestro sector ha registrado un encarecimiento de los costes de las obras superior al 30 %, una hemorragia que se traduce en cada vez más licitaciones desiertas debido a la incertidumbre en torno a los precios que golpea a las empresas. Un fenómeno que llevamos un año denunciando. Eso sí, constatamos que las administraciones están sensibilizadas con nuestra situación y están modificando el presupuesto de los proyectos.
A pesar de todo, sigue habiendo muchas licitaciones que no actualizan el precio de salida ni tienen en cuenta los sobrecostes del sector. Cada día nos despertamos con noticias sobre licitaciones públicas desiertas en cualquier punto de la geografía española, impulsadas por todo tipo de administraciones. De no actualizar los proyectos, la viabilidad de los fondos europeos se verá seriamente comprometida.
– El Banco de España ha alertado de que el Plan de Rehabilitación de Vivienda y Regeneración Urbana – dotado con 6.820 millones de euros procedentes de los fondos europeos- puede provocar tensionamientos adicionales en los costes del sector y trasladarse a los precios. ¿Está usted de acuerdo con esta afirmación del Banco de España?
Hasta donde hemos leído, el Banco de España dice cosas razonables. Sobre los tensionamientos, el supervisor pide «una implementación de los fondos más dilatada en el tiempo de este programa que la contemplada en la actualidad”, concretamente hasta 2025. El BdE advierte también del “considerable repunte en los costes de los materiales y la creciente escasez de mano de obra en el sector de la construcción, que está llevando a la ralentización e incluso paralización de algunas obras en marcha, podrían producir aumentos adicionales en el precio de la vivienda nueva durante el presente año». Como hemos dicho antes, son amenazas que ya existen.
Viejos fantasmas
– ¿Es posible una burbuja inmobiliaria?
No, no compartimos ese escenario. El número de visados de obra nueva en 2006 fue 863.766. En 2021, el número de visados fue de poco más de 100.000. Por su parte, la compraventa de vivienda nueva en 2005 llegó a las 434.335 operaciones y, en 2021, se produjeron menos de 113.000 según los registradores de la propiedad. Igualmente importante es resaltar que, 15 años después de marcar el récord en 2007, el precio por metro cuadrado de la vivienda nueva continúa por debajo de su mejor registro. Y venimos de un contexto de tipos de interés a cero durante muchos años, lo que en teoría ha estimulado las hipotecas.
-¿Echan de menos un PERTE específico para el sector de la construcción?
No es tan necesario un PERTE específico, sino que todo el dinero previsto llegue al sector, ya que el Plan de Recuperación requiere mucha construcción. Echamos de menos que el dinero comprometido en NextGenerationEU llegue a las empresas para ejecutar todo lo previsto en el plan.