Las inversiones son una parte importante de nuestro futuro financiero. Y una buena estrategia de inversión es la hoja de ruta que nos ayudará a llegar a donde queremos ir. En pocas palabras, las estrategias de inversión, son herramientas indispensables para no perder de vista el panorama general, establecer objetivos y medir nuestro progreso hacia ellos.
¿Qué son las estrategias de inversión?
Las estrategias de inversión son un conjunto de reglas que nos ayudan a invertir bien nuestro dinero. Son técnicas que contribuyen a tomar decisiones informadas sobre dónde y cómo invertir. Es decir, que pueden utilizarse para aumentar las posibilidades de éxito o para definir el riesgo que se desea asumir para alcanzar nuestros objetivos financieros. El objetivo de las estrategias de inversión es maximizar el rendimiento mediante la selección de inversiones que se espera que generen los beneficios más altos posibles.
Tipos de estrategias de inversión
Existen diferentes tipos de estrategias de inversión. Entre las más comunes podemos mencionar:
- Estrategias según el grado de involucramiento del inversor.
- Según el valor o el crecimiento de la inversión.
- Estrategias de inversión según el tipo de análisis utilizado para seleccionar las inversiones.
Estrategias de inversión según el grado de involucración
Estas estrategias se basan en la selección de inversiones que se espera que sean rentables. Pero, que no siempre requieren que el inversor se involucre activamente en la gestión de sus inversiones. Pueden ser:
Activa: cuando la participación del inversor es dinámica y tiene como objetivo superar el rendimiento del índice de referencia. La inversión activa tiene como objetivo superar el rendimiento de su índice de referencia a medio plazo. Para lograrlo, se toman decisiones de inversión mediante el análisis de las compañías que son elegibles para formar parte de la cartera y la selección de aquellas con las mejores perspectivas de revalorización. El gestor también determina el peso y la duración de las inversiones de cada activo de la cartera. Este tipo de gestión es muy dinámica y requiere un análisis continuo y una revisión constante de la valoración de los activos, las expectativas sobre su evolución futura y la estrategia de inversión en sí, con el objetivo de superar al índice de referencia.
Pasiva o indexa: en los casos en que la participación del inversor es totalmente pasiva y no ejecuta estrategias activas con el fin de mejorar los resultados de su cartera de inversión. En lugar de intentar superar el rendimiento de un índice o cartera de referencia mediante la selección individual de valores, los inversores pasivos buscan obtener el mismo rendimiento que el índice o cartera de referencia mediante la compra de una cartera de activos que sea similar a éste. Esta estrategia suele implicar menos tiempo y esfuerzo en la selección de valores y menos costos de transacción, pero también conlleva un rendimiento menor que el índice o cartera de referencia en el mejor de los casos, y en el peor de los casos puede generar un rendimiento similar al de la referencia.
Mixta: en los casos en que se combinan las dos estrategias anteriores. En este caso, se busca escoger una u otra estrategia según el comportamiento del mercado.
Value investing: La inversión en valor es una estrategia en la que los inversores buscan compañías que estén cotizando por debajo de su valor subyacente. El inversor entonces comprará acciones de la compañía cuando el precio de las acciones esté por debajo de su estimación de su valor, esperando que el precio eventualmente converja con el valor subyacente.
Growth investing: La inversión en crecimiento es una estrategia que busca invertir en compañías con un alto potencial de crecimiento en sus beneficios. El precio de las acciones puede estar estrechamente alineado con el valor subyacente, pero se espera que el valor aumente debido al crecimiento del negocio de la compañía. Estas suelen ser compañías pequeñas y jóvenes que operan en mercados de alto crecimiento o sectores disruptivos. La inversión en crecimiento requiere un alto nivel de tolerancia al riesgo.
Inversión bajo criterios GARP: La inversión en crecimiento a un precio razonable (GARP) es una estrategia que se encuentra en algún lugar entre la inversión en valor y la inversión en crecimiento. Busca seleccionar activos que estén en aumento pero a un precio moderado, no muy elevado pero tampoco con un excesivo descuento, lo cual sería un indicador de escasa capacidad de crecimiento.
Estrategias de inversión según el valor o crecimiento
Las estrategias de inversión de valor se centran en la selección de inversiones que se espera que sean subvaluadas por el mercado. Estas inversiones se pueden comprar a un precio inferior al valor intrínseco de la inversión, lo que permite que el inversor obtenga un rendimiento superior al del mercado en general cuando el precio de la inversión se revalúa.
Las estrategias de inversión de crecimiento se centran en la selección de inversiones que se espera que generen un rendimiento superior al del mercado en general debido al crecimiento de los ingresos y/o los beneficios de la empresa. Las estrategias de inversión de crecimiento pueden ser más arriesgadas que las estrategias de inversión de valor, ya que el rendimiento de la inversión depende del éxito de la empresa en el futuro.
Estrategias de inversión según el tipo de análisis
Entre este tipo de estrategias podemos distinguir, dos tipos:
Las estrategias de inversión basadas en el análisis técnico se centran en el estudio de los movimientos de los precios de las inversiones en el pasado para predecir el comportamiento futuro de los precios. El objetivo de este enfoque es seleccionar inversiones que se espera que se revalúen en el futuro.
Las estrategias de inversión basadas en el análisis fundamental se centran en el estudio de diversos factores como la situación financiera de la empresa, el entorno económico o el grado de endeudamiento, antes de iniciar una inversión.
¿Por qué es importante tener una estrategia para invertir?
Podemos decir que una estrategia de inversión es una forma de navegar por el mundo financiero. Es una hoja de ruta sobre cómo vamos a enfocar nuestras inversiones. Sin ella, podríamos acabar tomando decisiones basadas en la emoción y no en la lógica, y eso rara vez conduce al éxito.
En resumen, tener una estrategia de inversión es importante porque ayuda a los inversores a seleccionar y administrar sus inversiones de manera eficiente. Por ello, las estrategias de inversión contribuyen a aumentar el rendimiento, reducir el riesgo y ahorrar tiempo y esfuerzo en las inversiones.