La célula es un componente básico en todos los seres vivos. El cuerpo humano está compuesto por billones de células. Por esa razón, entender su comportamiento es clave para la prevención de multitud de patologías y para el desarrollo adecuado de los fármacos que las tratan.
Los microchips de silicio desarrollados por A4Cell penetran en las células y permiten monitorizar procesos fisiológicos intracelulares. Los datos extraídos son fundamentales para el descubrimiento de nuevos fármacos, los efectos de nuevos compuestos en las células y el diagnóstico precoz.
Entrevistamos a Elena Rivas, CEO de A4Cell y vicepresidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio).
Un ojo dentro de las células
– ¿Cómo surgió la idea de poner en marcha la startup? ¿Por qué elegir el campo de la biomedicina?
La empresa surgió en 2018 gracias a que se licenció una patente en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona (CSIC) con la ayuda del fondo de capital riesgo BeAble .
Todo comenzó con el desarrolló de unos nanodispositivos de silicio que tenían la particularidad de que se podían funcionalizar en superficies. Estos chips se pueden emplear en diferentes moléculas y las células lo internalizan en el interior de su citoplasma sin alterarlas. Esto permite tener un ojo dentro de la célula viva, monitorizando cualquier proceso que pase dentro de ella a tiempo real.
– ¿El producto ya está en el mercado o todavía no lo habéis acabado de desarrollar?
En este último año hemos liderado un beta tester. Hemos convocado a 15 usuarios finales de varias partes del mundo que han testado el producto y que han cumplimentado unos informes que nos van a permitir tener un dossier técnico de los reactivos que queremos poner en el mercado. Está pensado empezar a lanzar el producto en este año 2022.
Cómo se monitorizan las células
– ¿A quién está dirigida la venta de los microchips?
El mercado al que vamos dirigidos es el de las empresas farmacéuticas y biotecnológicas. En definitiva, todos las empresas que desarrollan fármacos, puesto que estos reactivos son muy demandados en las primeras fases de desarrollo de un nuevo medicamento. Precisamente, en estas fases tienen lugar los ensayos de metabolismo celular y toxicología.
«El mercado al que vamos dirigidos es el de las empresas farmacéuticas y biotecnológicas»
– ¿Cómo funciona? ¿Cómo se monitorizan los procesos fisiológicos de las células?
Son unos chips de silicio que en superficie tienen pegadas unas sondas fluorescentes y que dejamos en un medio de cultivo con las células. Las células los van adoptando como un proceso natural suyo. Después de las primeras 24 horas, ya tienen internalizado el chip.
A partir de ahí, se externalizan las imágenes y se mide la fluorescencia que emiten, con eso se monitoriza y cuantifica la presencia de cambios. Con los dos primeros estudios estamos estudiando cambios de ph y de calcio en las células. Los primeros son indicativos de que algún proceso celular no va bien o que simplemente está analizando la interacción de un fármaco con una célula. Igualmente pasa con el calcio, que está implicado en las rutas metabólicas. Por ejemplo, cuando se entra en un proceso de muerte celular.
Tecnología e investigación
– ¿En un futuro se podrían usar los chips en un cuerpo humano directamente?
En un futuro se podrá hacer. Pero, para eso hace falta mucha investigación porque al final estás metiendo algo exógeno dentro del cuerpo. No obstante, ahora mismo no es el foco de la compañía. Nosotros nos basamos únicamente en los ensayos in vitro de investigación ahora mismo.
– ¿Qué supone para el avance de ciertas enfermedades? ¿Qué tipo de enfermedades o patologías podría prevenir?
Inicialmente, el primer nicho de mercado que vamos a atacar son los ensayos in vitro. No estamos analizando ninguna enfermedad, sino los procesos que ocurren dentro de las células cuando se está probando un fármaco nuevo. Pero, es cierto que la tecnología tiene aplicación en muchas áreas.
«Acabamos de recibir un proyecto europeo para desarrollar vacunas»
De hecho, acabamos de recibir un proyecto europeo para desarrollar vacunas. Vamos a utilizar la potencialidad que tiene nuestro chip de entrar dentro de la célula para activar la respuesta inmune intracelular. Es superbuena en todos los procesos de infección por patologías intracelulares. También tendría aplicación en terapia celular porque podrías ver cuanto de efectivo está siendo el tratamiento midiendo la dispersión celular dentro del órgano.
– Ha habido un gran revuelo en los últimos meses con la escasez de microchips. ¿Os ha afectado de alguna manera esta situación?
En principio, no. A día de hoy, tenemos firmado un acuerdo con un proveedor que nos abastece de obleas de silicio y, actualmente, no tenemos ninguna deficiencia en la cadena de suministro. Es cierto que todavía no estamos plenamente en el mercado y no abarcamos tantas necesidades de producción.
La investigación en España
– Sé que contáis con inversores privadores y que hace poco habéis tenido una inyección de capital importante. Pero, ¿recibís también apoyo de las instituciones públicas?
Como empresa de investigación optamos a estas ayudas públicas. Dentro de nuestro ‘cap table’ de inversores participa e invierte el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Con lo cual sí recibimos el apoyo de las instituciones públicas.
«A España le falta creer en su I+D»
– ¿Qué le falta a España para ser líder en investigación médica?
Le falta creer en su I+D. Tenemos muy buenas empresas, grupos de investigación y, afortunadamente, con toda la inversión que viene ahora de Europa, vamos incentivar justamente la transferencia de la tecnología de los centros públicos a las empresas. Vamos a intentar instaurar un flujo de conocimiento y que cada eslabón de la cadena haga lo que sabe hacer.
Hoy por hoy, se ha hecho evidente que es factible acercar la ciencia a la sociedad y generar dinero. Estamos en un momento fantástico para empezar a creer en nosotros y hacer de España un país que pueda suministrarse a sí mismo los productos que necesitamos y no estar siempre dependiendo de terceros.
– ¿Cómo se podría evitar esa fuga de cerebros de investigadores españoles a otros países?
Siendo conscientes de que hace falta una política incentivadora para atraer talento y retenerlo. Es tan importante el poder atraerlo como el saber retenerlo. Es cierto que económicamente hablando no podemos competir con grandes corporaciones a nivel salarial, pero tenemos otras muchas herramientas para poder retener ese talento.
Yo me baso sobre todo en tener un programa de desarrollo de las personas y de las instituciones que les permitan actualizarse a lo largo del tiempo, desarrollando una carrera profesional y pudiendo tener una recompensa económica que les permita tener una vida familiar y que pueda sostenerse económicamente. A día de hoy, no está reconocida la labor de un investigador desde ese punto de vista. Falta seguridad en el desarrollo profesional en el sector.