El aumento de los casos de coronavirus comienza a afectar a la economía de Vietnam, una de las pocas que hasta el momento había evitado una contracción económica desde que estalló la pandemia. El crecimiento del PIB vietnamita, que logró mantener una tasa del 2,9 % en el último ejercicio, se aceleró en el primer semestre de 2021 impulsado por las exportaciones. Estas crecieron un 28% gracias a la demanda de productos electrónicos y textiles de China, Estados Unidos y la Unión Europea.
Un informe elaborado por Crédito y Caución prevé que Vietnam crezca al 6,6 % y al 7,8 % en 2021 y 2022, respectivamente. Sin embargo, indican también que estas cifras afrontan el riesgo a la baja de que la pandemia se siga extendiendo.
¿Qué ha ocurrido para que el buen ritmo de Vietnam se pare?
A lo largo de la pandemia, Vietnam ha tenido mucho éxito en la contención con el rastreo de contactos, el aislamiento y la cuarentena. Sin embargo, desde mayo los casos diarios han aumentado significativamente. Este hecho ha obligado a imponer cierres y restricciones de circulación en cerca de un tercio de las ciudades y provincias del país.
En línea con esto, la producción industrial se ha ralentizado notablemente desde junio. Las medidas de distanciamiento social, los cierres temporales de fábricas y las interrupciones en la cadena de suministro son las principales culpables.
¿Cuáles son las principales consecuencias?
En el ámbito nacional, un aumento importante de los casos de coronavirus podría afectar gravemente a la demanda interna y provocar un aumento de las perturbaciones de la producción manufacturera. Mientras que en el global, una propagación de nuevas variantes del virus supondría un importante riesgo a la baja para los resultados económicos de esta economía. Cabe recordar que el país asiático depende en gran medida del comercio exterior y del turismo.
Además, la adopción de posibles medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos contra el propio Vietnam podría perjudicar a la economía, según indica el informe.
Por otra parte, se estima que la tasa de morosidad bancaria en Vietnam es bastante elevada, entre el 5 % y el 10 %. El aumento de la cartera de préstamos a los hogares ha hecho que los bancos sean más vulnerables a una caída del mercado inmobiliario. Para sostener el rendimiento económico durante la pandemia, el Banco Central bajó el tipo de interés de referencia tres veces en 2020, del 6 % al 4 %. De esta manera, se pretende apoyar a los bancos y facilitar los préstamos.
En 2020, el Gobierno puso en marcha exenciones fiscales para las empresas. Así como, transferencias de efectivo a los hogares más pobres. El déficit fiscal aumentó un 4,6 % en 2020. Por su parte, la deuda pública ascendió al 47 % del PIB. Atendiendo a los datos del estudio, en 2021, el déficit fiscal ascenderá a cerca del 4 % del PIB.
Vietnam, una apuesta económica de futuro
Su mano de obra numerosa y cualificada sumado a unos costes salariales bajos hacen de Vietnam una de las economías de más rápido crecimiento de la región de Asia-Pacífico. Otro punto a su favor es que cuenta con una sólida infraestructura de carreteras, ferrocarriles y puertos. El país es la principal alternativa regional de bajo coste a China para la fabricación orientada a la exportación. La producción textil, la fabricación de bienes de consumo y productos TIC se está desplazando cada vez más de China a Vietnam.
La fuerte promoción de la inversión y la existencia de zonas económicas especiales lo convierten en muy atractivo para las empresas que buscan iniciar nuevos centros de producción o ampliar los ya existentes. No hay que olvidar además que Vietnam participa de varios tratados de libre comercio en Asia-Pacífico, ni el acuerdo con la Unión Europea, que acabará eliminando los aranceles sobre el 99 % de los bienes comercializados entre ambas partes.