Puig anuncia una Estrategia de regadíos con 1.200 millones en 20 años
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha anunciado que la nueva Estrategia Valenciana de Regadíos estará dotada con 1.200 millones de euros en los próximos 20 años para garantizar el uso sostenible del agua y la rentabilidad del campo valenciano.
Durante su participación por videoconferencia en la jornada organizada con motivo del Día Mundial del Agua por la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana y Cajamar, Puig ha destacado que el grueso del plan, 1.065 millones, se dirigen a la modernización del regadío, aunque también hay 132 millones para fomentar el uso de energías renovables en la estructura de riego.
Según ha explicado Puig, el plan posibilitará acometer una «segunda revolución agraria» del campo valenciano y se desarrollará durante las dos próximas décadas.
En concreto, permitirá «gestionar con inteligencia la escasez hídrica», algo que forma parte de la idiosincrasia valenciana, dado que el agua ha sido desde siempre «una necesidad y un desafío», ha señalado el president, quien ha destacado que los regantes valencianos han sabido como nadie «extraer el máximo provecho» de los recursos hídricos.
Durante su intervención, ha destacado que la Comunitat Valenciana está «decidida» a modernizar su modelo productivo, aprovechando la oportunidad que supone para ello los fondos europeos.
Puig se ha referido al «inaplazable» objetivo de mejorar la rentabilidad, dado que el futuro de la agricultura pasa por «reducir costes y frenar el abandono de la actividad», ha añadido.
El president ha asegurado que el cultivo es la «palanca que activa industrias como la transformación alimentaria, el transporte, la logística o las exportaciones», y contribuye a «frenar el deterioro del planeta, evitar la despoblación rural, y garantizar la autonomía estratégica alimentaria».
Por todo ello, se ha referido a la necesidad de no depender de la producción de países lejanos porque «puede ser más barato, pero también es una enorme debilidad», y ha insistido en que «igual que necesitamos ser autónomos en la producción de mascarillas o de respiradores, también necesitamos asegurar y hacer viable la producción local de alimentos».
«Un sector moderno, rentable y competitivo»
El president ha asegurado que para lograrlo es necesario un sector «moderno, rentable y competitivo que garantice su suministro», y ha apelado a las autoridades europeas a tener en cuenta estos aspectos «a la hora de diseñar sus políticas».
Por otro lado, Puig ha instado al sector agrario a «dar un paso adelante en la búsqueda de nuevas fórmulas asociativas que permitan mejorar la rentabilidad sin vender», a través de explotaciones «con más tamaño y más músculo para acometer la modernización necesaria».
También ha referido a los problemas a los que se enfrenta el campo, como precios a la baja, cuencas hídricas deficitarias o problemas inherentes al minifundismo, y ha realizado un llamamiento al campo a «pasar a una gestión inteligente» y «aprovechar instrumentos tan innovadores como la reciente Ley de Estructuras Agrarias«.
Asimismo, ha recordado que en los últimos 30 años se han perdido 163.000 hectáreas de cultivo, es decir el 21 % del total existente en la Comunitat Valenciana, lo que supone «un drama ecológico y etnológico» que requiere «poner todos los medios a nuestro alcance para revertir esa tendencia».
Por su parte, la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, ha definido al regadío valenciano como «aliado estratégico y determinante para la descarbonización de la economía valenciana».
Una iniciativa que suma a la transición energética, un significativo ahorro económico para las personas regantes y una reducción del consumo de agua de 175 hm3 al año, el consumo anual de 3,4 millones de valencianos y valencianas.