El Banco de España prevé que la tasa de paro cierre 2020 en el 17 % después de augurar una caída de la economía en el cuarto trimestre del año del 0,8 %, en un escenario central en el que la pandemia no empeorará, aunque avisa de que estos datos están sometidos a un «elevado grado» de incertidumbre.
El Banco de España ratifica en su informe trimestral publicado este viernes los datos que proyectó hace una semana según los cuales el PIB habría retrocedido el 0,8 % en un escenario «central» y el 3 % en uno «severo«, mientras que en un escenario «suave» la economía habría crecido el 0,6 %, aunque esta posibilidad está prácticamente descartada.
«El endurecimiento de las medidas de contención de la pandemia durante el cuarto trimestre ha provocado una intensificación en la senda de desaceleración de la actividad«, reitera la entidad supervisora, que además señala que las horas trabajadas retroceden en el último trimestre del año después de la fuerte recuperación observada en el tercero.
En este sentido, espera que esta debilidad en la evolución del empleo eleve la tasa de paro desde el 16,3 % registrado en el tercer trimestre hasta el entorno del 17 % a final de año.
No obstante, el Banco de España proyecta una tasa media de paro en 2020 del 15,8 % en un escenario central y del 16,2 % en un escenario severo. Afirma que la recuperación del empleo se ha frenado en el cuarto trimestre, aunque de forma desigual por ramas productivas.
Según el informe, la caída en tasa intertrimestral del 0,8 % del PIB entre octubre y diciembre se habría producido por el retroceso del 0,1 % de la demanda interna y la bajada del 0,7 % de la demanda externa, al tiempo que la inflación habría descendido el 0,8 % a fecha de diciembre.
El Banco de España reitera que el crecimiento del PIB repuntará a lo largo de 2021, apoyado en los fondos europeos y por la mejora de la situación sanitaria y prevé un incremento del 6,8 % en 2021 en su escenario central. En este escenario se asume la inmunización de la población a lo largo del año, lo que permitiría un levantamiento gradual de las medidas de contención, que llevaría a una reducción de la incertidumbre.
«La duración del proceso de inmunización de la población será un determinante crucial de la magnitud de los posibles efectos de la pandemia más allá del corto plazo«, revela tras señalar que el avance en el desarrollo de varias vacunas contra la COVID-19 han «servido para acotar las incertidumbres previamente existentes acerca de los plazos en los que las vacunas estarían disponibles».
La vacuna como clave de las predicciones
Los escenarios centrales en los que muchas instituciones (incluido el Banco de España) han basado, hasta ahora, sus proyecciones de evolución de la actividad contemplaban que hacia la mitad del año próximo se dispondría de una vacuna efectiva. Por consiguiente, los desarrollos recientes estarían tendiendo incluso a acortar algo esos plazos.
Sin embargo, simultáneamente, avisa el Banco de España de que la incertidumbre sigue siendo elevada en cuanto al tiempo necesario para inmunizar a la población, por las dificultades que conllevan la fabricación y la distribución del número de dosis necesarias.
En cuanto al impacto de la pandemia en las cuentas públicas, indica que han seguido deteriorándose en los últimos meses, «si bien a un ritmo más moderado, lo que apuntaría a un cierre del año algo mejor de lo anticipado en septiembre».
«Los datos más recientes muestran una contracción menos acusada de los ingresos y una expansión más moderada de los gastos, cuya tasa de avance interanual se ha reducido desde el 13 % en el primer semestre hasta el 8 % en el tercer trimestre«, añade.
Esto se ha debido principalmente a los menores gastos en prestaciones sociales ligados a trabajadores en ERTE y a autónomos en cese de actividad