La provincia de Castellón sólo cuenta actualmente con dos salas de cine operativas. Una en la capital y otra en la vecina Vila-real, la segunda ciudad más poblada. La crisis sanitaria ha agravado la de las exhibidoras derivada de la baja afluencia de espectadores y de la competencia de las plataformas audiovisuales. Crisis a la que no ha podido sobrevivir Neocine Azahar, en el Grau de Castellón, que cesa la actividad tras el paréntesis impuesto por la Covid 19. La situación guarda cierto paralelismo con la vivida en 1985 en la capital de la Plana cuando cuatro salas cerraron con pocos días de diferencia.
El futuro para los amantes del cine en la gran pantalla no es alentador, porque las medidas de distanciamiento interpersonales que obligan a los cines a prescindir de parte de su aforo, resta rentabilidad a los exhibidores, que acaban cerrando. La vuelta a la realidad tras el confinamiento permite constatar que el futuro de las grandes salas correrá la misma suerte que los centros comerciales que las acogen.
Y es que en Castellón estas salas forman parte de complejos como Estepark o Salera. En el primero de ellos está Ocine Estepark, que ha reabierto cumpliendo con el rígido protocolo impuesto por Sanitat. A apenas un kilómetro, en la Salera, Cinesa ha preferido esperar y evaluar la situación antes de abrir las salas. La misma medida que han tomado los gestores de los Cines Axión Costa Azahar, en Benicarló.
Una alternativa a la oferta de la capital es trasladarse a la vecina Vila-real, a los multicines Sucre, emplazados en un centro comercial, que retomaron la actividad el pasado 26 de junio.
Sea como fuere tras el paso del coronavirus no todo será igual y los cines son uno de los sectores que lo comprobarán. Sus gestores, como en el caso de Neocine Azahar han decidido poner punto y final a 16 años de actividad, por una decisión empresarial y acabar con una situación que se negaban a aceptar. Y es que los cines no son un negocio en la provincia.
El cierre de los Neocine Azahar deja un hueco en El Grao y en crisis una amplia zona comercial y de restauración surgida entorno al recinto portuario. Los propietarios del gran inmueble que alojaba los cines buscan nuevo operador. Y, mientras, la empresa Simetría que había iniciado el acondicionamiento de un inmueble próximo a los cines ha decidido posponer para 2021 el traslado de su sede.
El negocio del cine en la gran pantalla ya no es rentable como tampoco lo eran los cines, con una o dos salas, ubicados en el centro de las ciudades. La competencia de la la televisión y el vídeo, que penetraban fácilmente en los hogares acabó con estas salas. Y Castellón vio como hace 35 años cerraban cines emblemáticos como el Goya, Astoria, Avenida y el Saboya. Treinta y cinco años después plataformas como Netflix, sumado a la crisis sanitaria, dan la puntilla a otras salas.
Mientras tanto la necesidad de espacios abiertos para satisfacer el ocio ciudadano ha propiciado que Burriana recupere un espacio público, una zona próxima al camping, como autocine. Con un aforo para 80 vehículos, el autocine estará abierto hasta mediados de agosto. Una buena noticia en un panorama que amenaza con fundir a negro la gran pantalla.