El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba ayer las líneas generales de la desescalada que comenzará el 4 de mayo y que concluirá a finales de junio para el conjunto del territorio nacional. El Ejecutivo ha propuesto cuatro fases diferenciadas que durarán dos semanas cada una y que se irán implantando de forma asimétrica entre las distintas provincias del país. Analiza las medidas adoptadas por Gobierno de España el decano de de la Facultat de Economia de la Universitat de València e investigador del Ivie, José Manuel Pastor.
-¿Qué valoración hace del plan de desescalada anunciado ayer por el Gobierno de Pedro Sánchez?
-Las premisas para las cuales ha dicho el presidente que va a llevarse está desescalada: gradualidad, asimetría, coordinación y adaptabilidad, son acordes al riesgo que se nos viene encima. Estamos en una situación que trata de compatibilizar el estado de salud de los ciudadanos con el desastre económico que tenemos. Por tanto, la precipitación no es buena consejera porque puede acarrear una crisis sanitaria posterior y por tanto una caída económica todavía más alta.
Creo que son unas medidas prudentes. Algunos esperábamos que fueran un poquito más arriesgadas. Yo confiaba en que iba a ser más rápida la desescalada, no en torno a 6-8 semanas. En todo caso, me parece bien que se haya optado por un escenario de prudencia.
Entiendo que esta prudencia que ha tomado el presidente del Gobierno en las medidas habrá tenido en cuenta que no parece que tengamos todas las pruebas de diagnóstico disponibles en tiempo y forma para que puedan ser bien distribuidas entre los territorios. Si no se hace la prueba de diagnóstico de forma ordenada y bajo un estudio no se sabrá qué territorios activar antes, dénde activarlos y sobre todo, cómo actuar ante cualquier rebrote.
Estas pruebas de diagnostico nos tendrán que decir el riesgo de que la emergencia sanitaria salte en algún territorio. Es fundamental disponer de información suficiente y pruebas de diagnóstico. Por tanto, esta decisión de un escenario como el planteado, yo creo que prolongado de forma más prudente que en otros países, es debido a estos factores de que no se dispone de pruebas de diagnóstico.
-Este plan de transición que durará de 6 a 8 semanas, ¿es asumible para los comercios valencianos?
-Es inasumible, pero yo no barajo toda la información que supongo que habrá analizado el Gobierno. Desde mi punto de vista, la sociedad valenciana con un sector tan importante como la hostelería, a mi se me genera la duda de si los bares van a abrir. No todos los bares van a poder estar soportando hacer los pagos de locales, de alquileres, de prestamos, de las nóminas de los empleados, del agua, de la luz… muchos bares se van a quedar por el camino.
Tenemos en cuenta que el sector de hostelería mueve en torno a 125.000 millones de euros de facturación y pesa más de un 6 % del PIB. Y quien dice la hostelería, dice el comercio. Yo creo que el comercio sí que se podía haber habilitado. Si algo hemos aprendido en este periodo es que la sociedad española y valenciana se ha comportado muy bien, y por tanto, si dejas a los padres y a los niños pasear una hora al día y dejas ir a los supermercados porque no debes de dejar ir a las familias a comprar a una tienda de ropa o a una ferretería.
Yo esperaba que fuera más rápida la apertura de los comercios. Vamos a tener un grave problema económico en el futuro y que será mucho más complicado de solventar cuanto más tiempo pase. Cada día que pasa es importante.
-En el escenario que nos ha planteado el presidente, ¿Cómo encarar la crisis?
-Se habla mucho de la unidad, de la lealtad de los partidos políticos. Yo creo que sería conveniente que todos los partidos políticos se pusieran de acuerdo, sobre todo para garantizar que se toman medidas con eficacia y celeridad. Las medidas tardías muchas veces no valen para nada. El que haya un pacto de todos los partidos políticos para consensuar una salida de la crisis sería muy importante.
No hay recetas universales pero la Unión Europea ya parece que ha reaccionado, al principio con un poco de lentitud, pero ahora ya parece que hay una hoja de ruta común de salida de la crisis. Lo que está claro es que lo que dicen los organismos internacionales es catastrófico, con previsiones de hasta una caída del PIB español hasta el 22 %. No me fío del todo de estas previsiones ya que estamos en un escenario tan incierto que no se pueden acotar los riesgos. Esto que estamos catalogando de tan catastrófico podría cambiar de la noche a la mañana si tuviéramos los test suficientes, o si tuviéramos la vacuna. Si apareciera la vacuna estas previsiones económicas desaparecerían.
-Por último, ¿está la economía valenciana preparada para la crisis?
-Estábamos sacando la cabeza. Había determinados sectores que tenían los huevos en la cesta de las fallas, otro tipo de salida de balón de oxígeno era la Semana Santa. Ya veremos si vamos a tener campaña de verano. La Comunitat Valenciana estaba sacando la cabeza de la anterior crisis.
Esta crisis va a afectar en mayor medida a la economía valenciana que a la economía española. Porque tenemos un tejido empresarial no ya de pequeñas empresas, sino de micro empresas que son las más azotadas por la crisis y tenemos una gran dependencia del sector del turismo. Aunque si algo también caracteriza a la economía valenciana es que salimos más rápido de las crisis.