«Cada día que abrimos la gasolinera nos puede costar alrededor de 500 o 600 euros», subraya Juan José Sánchez, presidente de la Federación Mediterránea de Estaciones de Servicio (Fedmes). Añade también que a esta cantidad hay que sumar el coste laboral de tres trabajadores como mínimo, teniendo en cuenta que hay que dar servicio fines de semana y dos turnos.
Por ello, desde la Federación han reclamado al Ministerio de Industria servicios mínimos para asegurar el suministro al transporte, a emergencias, fuerzas y cuerpos de seguridad… «porque para vender un 10% de la facturación real que teníamos antes de que se declarara el estado de alarma consideramos que es una tontería que muchas empresas se vean abocadas al cierre de sus empresas».
De hecho, Juan José Sánchez nos confirma que «hay días que haces una caja entre 100 y 120 euros en turnos de 16 horas».
El presidente de Fedmes considera que «al final nos tocará cerrar y enviar a los empleados a casa y por lo menos nos ahorramos los gastos de abrir todos los días». A su juicio, «es lo que nos está pidiendo el Gobierno, ya que no atiende a la demanda de poner servicios mínimos, una petición que consideramos muy justa».
Para Juan José Sánchez, «si el Gobierno quisiera podría poner en marcha los servicios mínimos sin ningún problema porque ya los tienen establecidos de cuándo se producen jornadas de huelga en el país». De todas formas, y si no fuera así, explica que ya les han ofrecido toda su colaboración.
El máximo representante de Fedmes confirma también que desde el Gobierno «no contestan a nada. Nos hemos dirigido a Industria y a Delegación de Gobierno entre otras entidades para que atiendan nuestras reivindicaciones pero no les preocupa, porque su bolsillo no está padeciendo».
Por ello, continúa Sánchez, «consideramos que tienen poca sensibilidad empresarial, mientras que nosotros hemos demostrado responsabilidad atendiendo a ambulancias, policías, personal sanitario, transporte… que sí que nos necesitan«.
Desde la Federación también proponen que «si el Gobierno se hiciera cargo de la Seguridad Social y los sueldos y de las pérdidas que registra el sector, así, sí que seguimos dando servicio a todo el mundo. Si el Gobierno lo paga, no habría discusión», sentencia.
Sobre la venta de pan, dulces, periódicos, etc., Sánchez señala que pueden venderlos «para llevar» pero esto solo se produce cuando el cliente entra dentro de la gasolinera. Sin embargo, «ahora estamos evitando que los clientes entren y estamos atendiéndolos por la ventanilla. Con lo cual, el consumo es prácticamente cero, salvándose algún café que otro».
Juan José Sánchez considera que «son el saco de los palos de todos porque solamente se ha hablado mal de nosotros, cuanto estamos haciendo todo lo posible por dar un buen servicio». «Deberíamos haber hecho lo contrario, haber cerrado y al día siguiente hubieran atendido nuestras reclamaciones pero no lo hemos hecho porque somos responsables con la ciudadanía y con la situación que vivimos».
Por último, el presidente de Fedmes considera que si esta situación se prolonga «es posible que en un futuro las empresas cierren un turno por lo menos».
En cuanto a los datos del sector, en la Comunitat Valenciana hay 1.176 gasolineras en las que trabajan cerca de 5.000 personas. Aproximadamente, el 30% de ellas las gestionan directamente las petroleras (Repsol, BP, Cepsa…), y otro 10% son de su propiedad pero las gestionan franquiciados. El 60% restante corresponde a pymes y autónomos que gestionan sus propias estaciones (con abanderamiento de Repsol, BP, Cepsa… o bajo su propia marca), cooperativas y otras (supermercados…). Fedmes representa aproximadamente a cerca de un 45% del total de gasolineras de la Comunitat Valenciana.