En 2009, Ángela Pérez fundó Imegen, su segunda inciativa empresarial. Una empresa instalada en el Parc Científic de la Universitat de València que actualmente cuenta con 67 trabajadores, opera en 24 países y factura 7,5 millones de euros. Ofrece servicios y productos de diagnóstico genético en el sector biomédico, evaluando enfermedades raras o determinando el mejor tratamiento de quimioterapia para pacientes oncológicos.
– Desde hace dos años trabajáis en el campo de la oncología diagnosticando mutaciones para determinar qué tratamiento es mejor para los pacientes con cáncer, ¿por qué está apuesta por el análisis oncogenómico?
– El mercado del diagnóstico genético está en auge y crece entre un 15 y un 20% en España. Lo que pasa es que muchos hospitales ya utilizan está tecnología internamente. Consideramos que es un negocio maduro y que los márgenes se van a ir estrechando. Por eso, aunque seguimos ofreciendo nuestros servicios de diagnóstico genético, buscamos nuevos nichos donde la tecnología de ADN y nuestros conocimientos tengan más valor.
Y por ello la oncogenómica. Aportamos nuestro expertise en genética poniendo a disposición de los oncólogos nuestra tecnología para que puedan ofrecer el mejor tratamiento contra el cáncer a cualquier individuo de forma personalizada.
Llevamos dos años sin parar, intentando poner a España al mismo nivel que Estados Unidos en este campo. Ahora ya es posible después de un enorme trabajo en investigación y desarrollo. Es donde Imegen quiere posicionarse y tener la misma fama, prestigio y recorrido que ha tenido con el diagnóstico genético de enfermedades raras.
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