Martes, 30 de Abril de 2024
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Proava, 30 años de promoción del vino y alimentos artesanales

Proava, 30 años de promoción del vino y alimentos artesanales

La Mostra de Vinos y ahora el Celler centran la actividad de Proava, en apoyo de la calidad de los alimentos artesanales -vinos, cervezas y alimentos- elaborados en la Comunitat Valenciana.

La promoción bien entendida empieza por uno mismo. Cuando hace 30 años Els Bodeguers, tiendas especializadas en vinos, desarrolló y puso en marcha la Mostra de Vinos, el objetivo era que los propios valencianos conocieran y valoraran la calidad de los caldos que aquí se estaban produciendo.

En 1987 tuvo lugar esta primera experiencia, arropada por 16 bodegas y cooperativas deseosas de dar a conocer sus vinos y recibir las opiniones del público. Una primera Mostra casi heroica, ya que se vio deslucida por un temporal de lluvias.

Sin embargo, los promotores, encabezados por Eduardo Mestre, decidieron mantener la convocatoria, aunque se dieron un poco de tiempo para organizarla.

La segunda edición se celebró en abril de 1989 y un año más tarde la Mostra se ampliaría con alimentos artesanos, definiendo así lo que sería en las próximas tres décadas su personalidad, con la colaboración de Unión Gremial y la Conselleria de Agricultura.

Tres años más tarde, en 1993, la normativa fiscal recomendó constituir una asociación que sería la encargada a partir de entonces de la organización de la Mostra y, en lo sucesivo, de ampliar la gama de actividades, siempre con una meta: potenciar el consumo de las bebidas y alimentos de calidad producidos en la Comunitat Valenciana.

Así nace Proava, hoy en día el principal vehículo de promoción de vinos y productos alimenticios artesanales producidos en nuestra comunidad.

Producto artesanal de calidad
Con el tiempo, el objeto de Proava se ha ido ampliando, como es la pujante incorporación de las cervezas artesanas, en las que la Comunitat Valenciana tiene un verdadero filón. Los embutidos, quesos, dulces, turrones y licores son productos que también se han ido sumando a la oferta de calidad de la Asociación.

La introducción de los alimentos artesanos fue una evolución lógica, para evitar beber con el estómago vacío. Pero los organizadores tampoco querían desvirtuar el origen de la Mostra, así que se dirigieron a fabricantes de embutidos y quesos artesanos para complementar la oferta.

Hace una década aproximadamente se incorporó a la Mostra la primera cerveza artesana: Altura de Vuelo, que pronto vio como la seguían otras cervezas de producción reducida.

En la actualidad, Proava cuenta con más de 150 socios, entre los que se encuentran bodegas, las tres denominaciones de origen (Utiel-Requena, Valencia y Alicante, además de la IGP Castellón), aceites, dulces, chocolate, mermeladas, panes, embutidos, quesos… y aunque el producto perecedero no entra dentro del marco de acción de Proava, la asociación mantiene una estrecha relación con pequeños productores, como los que forman parte de la Tira de Contar, que suelen participar en la Mostra.

Una participación que se salda con éxito, ya que el cliente habitual de Proava tiene una especial sensibilidad hacia los productos de proximidad y de cultivo biológico.

Con el trigésimo cumpleaños de la Mostra, Proava definió el pasado año un plan estratégico que se plantea mantener el foco en la promoción de los productos agroalimentarios artesanos de la Comunitat Valenciana, pero aumentando y diversificando las actividades que desarrolla.

Al margen de la Mostra, uno de los logros que ha alcanzado Proava es convertirse en una marca de calidad territorial para los productos artesanos. No se trata de una certificación oficial, pero sí de una garantía de calidad. Los consumidores saben que los productos con la enseña Proava disponen de la mayor calidad y su origen artesanal está asegurado.

En esta evolución, la Asociación se ha convertido en el altavoz de productos y oficios que estaban en peligro de extinción. La puesta en valor de las pequeñas producciones cuidadas, hechas con mimo y de calidad han permitido dar a conocer algunos artículos de alta calidad que permanecían prácticamente en el anonimato, más allá de los límites de las comarcas de elaboración.

Más allá de la promoción en el propio terreno, Proava mantiene relaciones de colaboración con entidades que también ponen el foco en los productos autóctonos, como son las rutas turísticas gastronómicas y vitivinícolas: Ruta del Vino de Utiel-Requena o la Asociación Utiel Gastronómica.

El descubrimiento del Celler
Uno de los hitos en la trayectoria de Proava tiene su origen en el descubrimiento y recuperación del Celler de la calle Baja de València. Hallado cuando se realizaba la construcción de un grupo de viviendas de promoción pública, el Celler es la bodega más antigua de la capital de la que se tiene noticia.

Datada en el siglo XIII, pertenecía a una casa señorial fuera del recinto amurallado de la ciudad. Una vivienda rodeada de cultivos de vid, olivo y cereal. En este recinto se pisaba la uva, desde donde el mosto corría hacia las tinajas de barro.

Además de lo que propiamente era la bodega, la construcción incluye algunas estancias más que debieron utilizarse como despensa y almacén de alimentos.

Con el crecimiento de la ciudad, la bodega acabó dando a lo que hoy conocemos como calle Baja y se convirtió en el siglo XV en un establecimiento abierto al público.

El paso del tiempo y las inundaciones enterraron la bodega hasta su reciente descubrimiento. Este hecho incentivó a Proava a trasladar su sede a su actual ubicación, ocupando uno de los bajos de los nuevos edificios. Tras la consolidación de las ruinas, encargó a la arqueóloga Carmen Marín los trabajos para que el Celler sea el escenario que protagonice las actividades de la entidad hasta 2040, año que revertirá a la Generalitat.

Así, el Celler se ha convertido en el centro en el que se celebran experiencias enológicas como catas o presentación de nuevos vinos o añadas, en un entorno único.

De esta forma, las actividades que tienen lugar en el Celler presentan un factor diferencial, un vínculo a través de los siglos de la cultura del vino y la historia de la ciudad.

El Celler se inauguró a finales del pasado año y desde entonces se ha convertido en un punto de encuentro de los amantes del vino y los gastrónomos.

Goza, además, de una amplia superficie, la plaza del Centenar de la Ploma, desde donde se accede a las ruinas conservadas ahora bajo un suelo de vidrio. También puede observarse la antigua bodega desde la planta de calle, donde Proava realiza buena parte de sus actividades de promoción.

Ampliar las actividades de promoción

Para la segunda mitad del año, Proava plantea una noche de vino y música que, en principio, tendrá lugar en el Umbracle de la Ciudad de las Artes y las Ciencias a finales de septiembre o principios de octubre, justo al término de la vendimia. Asimismo participará en las actividades previstas en Bonica Fest, el programa de promoción de los mercados municipales. En este caso, la presencia se centrará en el Mercado del Grao.

También se estudia la participación en diversas ferias comarcales de gran raigambre o acontecimientos gastronómicos especializados en productos que entran dentro del catálogo de Proava, como son los quesos o los embutidos.


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