La Suavina Calduch, una historia de éxito a bajo coste
Ciento treinta y ocho años después, la Suavina está de moda. Este bálsamo labial es un clásico en Castellón y la Comunitat Valenciana que ahora se abre paso en España, toda vez que la aparición en la revista Vogue lo internacionalizó. La familia Calduch, que tiene la fórmula magistral con la que se fabrica esta pomada, convertida en objeto del deseo por efecto de la globalización, asiste con cierta perplejidad a este fenómeno que hace que les lluevan pedidos desde toda la geografía nacional.
De un año a esta parte, la Suavina ha entrado de lleno en el mercado de los bálsamos con pedigrí, aunque no tiene tras de sí a artistas o modelos rutilantes que lo usen. Sin embargo, ya tiene sus “fans”. Ellos valoran lo distinto, lo artesanal que le hace diferente y, sobre todo, la fidelidad. Son quienes se encargan de hacer proselitismo de un producto hasta ahora muy conocido entre los castellonenses y valencianos, pero que ya traspasa barreras geográficas.
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