El espacio donde la empresa y el medio ambiente reman en la misma dirección
El Club Alcatí, impulsado por Economía 3, se ha convertido en un espacio de referencia para el networking empresarial, sin dejar de cuidar el ecosistema en el que se ubica: el Parque Natural de La Albufera
Hace cuatro años, Economía 3 puso en marcha el Club Deportivo Empresarial Alcatí con una doble misión: crear un espacio singular de encuentro para empresarios y directivos, y, al mismo tiempo –quizás lo más importante–, contribuir a la protección de uno de los entornos naturales más emblemáticos de la Comunitat Valenciana: el Parque Natural de la Albufera.
Quienes visitan este paraje suelen marcharse con la estampa de los arrozales o con la imagen de un atardecer que se refleja en el lago. Pero hay quienes nunca se van: las aves, los peces y todos esos habitantes que dan vida al ecosistema y que, en el fondo, son los verdaderos dueños del lugar.
La laguna es un pequeño universo siempre en movimiento, refugio de aves migratorias que cruzan continentes, de peces que solo existen en sus aguas y de árboles centenarios que dan forma a este paisaje.
En este entorno, el Club Alcatí tiene como propósito proteger y preservar el hábitat que alberga una fauna tan singular, garantizando que este rincón mantenga su altísimo valor ecológico.
Más de 300 especies de aves
Entre todas las formas de vida que pueblan la Albufera, las aves son el emblema del humedal. Se han identificado cerca de 350 especies a lo largo del año, y alrededor de 90 de ellas crían regularmente en la marisma. Durante el invierno, el parque se llena de miles de gaviotas, garzas como la garceta grande, limícolas y, sobre todo, anátidas —entre 20.000 y 40.000 ejemplares—. Destacan algunas especies curiosas como el pato colorado, que puede superar los 10.000 individuos, el cuchara común, el ánade azulón, la cerceta común y los porrones europeos.

Es durante la época de cría cuando el Parque Natural de la Albufera muestra su importancia ecológica. Las colonias de ardeidas (garzas) pueden superar las 6.000 parejas y se localizan principalmente en las matas del lago. La garcilla bueyera es la más abundante, aunque también destacan especies más escasas y valiosas como la garcilla cangrejera y la garza imperial.
En cuanto a las larolimícolas (gaviotas y limícolas), las colonias del parque sitúan a La Albufera como el segundo enclave más importante del Mediterráneo ibérico para este tipo de aves. Más de 5.000 parejas de charrán común y charrán patinegro anidan cada año, junto a la gaviota cabecinegra, la gaviota picofina, la avoceta y la cigüeñuela.
Entre los patos, el ánade azulón es el principal nidificante, seguido por el porrón europeo y el pato colorado. Cabe destacar la presencia de la cerceta pardilla, una especie en peligro de extinción, de la que apenas se registran entre dos y cuatro parejas cada año.
La anguila, un misterio biológico
Entre las especies de peces que habitan en la Albufera —además de la llisa, la carpa, la trucha o el barbo—, la auténtica protagonista es la anguila. Para los antiguos griegos, este animal tenía algo casi mágico, ya que creían que surgía de las entrañas de la Tierra. Y no es de extrañar, ya que durante siglos su ciclo vital fue uno de los grandes enigmas de la naturaleza.
Hoy sabemos que la anguila europea protagoniza una de las migraciones más curiosas del reino animal. Recorre alrededor de 6.400 kilómetros hasta llegar al único lugar del planeta donde se reproduce: el Mar de los Sargazos, en el Atlántico.

Cuando las crías —con apenas dos centímetros de longitud— nacen en los Sargazos, emprenden un largo viaje que las lleva a través del Atlántico y el Mediterráneo hasta los ríos y lagunas de Europa, donde pasan entre cinco y veinte años creciendo y adaptándose. Al alcanzar la madurez, sufren una transformación y emprenden el viaje de regreso al océano para desovar en el mismo lugar donde nacieron.
En la Albufera de Valencia, la anguila es un símbolo de biodiversidad, pero también un ingrediente importante de su gastronomía. Es la base del célebre all i pebre de anguila, un plato típico elaborado con ajo, pimentón y guindilla.
La conservación a través de la iniciativa empresarial
El Club Alcatí es el ejemplo de cómo la actividad empresarial puede desarrollarse en consonancia con el entorno en el que se establece. Su filosofía se apoya en tres pilares: la protección de la arquitectura tradicional, la puesta en valor de la gastronomía local y la preservación de la vela latina.
El Club Alcatí es también un punto de encuentro para empresarios y directivos que buscan compartir experiencias y generar sinergias. Para ello, cuenta con tres espacios dentro del Parque Natural: la Casa y Motor del Tancat de l’Alcatí, la Barraca de Fang i Pallús y la Barraca del Tío Aranda, situada en El Palmar y reconocida como la más antigua de la Comunitat Valenciana.
Laura SanfélixGraduada en Periodismo por la Universitat de València, con un máster en Periodismo Político Internacional y otro en Comunicación y Marketing Político. He desarrollado mi trayectoria profesional en medios como Europa Press, así como en el ámbito de las agencias de comunicación. En la actualidad, escribo sobre información económica y empresarial en la web y la revista de Economía 3.
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Redacción E3








