Trump castiga a la India con aranceles y sacude la estrategia contra China
Washington presiona a Nueva Delhi para romper lazos energéticos con Moscú y pone en riesgo la estrategia conjunta para contener a China.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25 % sobre importaciones clave procedentes de la India ha abierto una grieta en una de las alianzas más relevantes del tablero geopolítico asiático.
Aunque la Casa Blanca justifica la medida por un supuesto desequilibrio comercial, el propio Trump ha admitido que el verdadero motivo es castigar la negativa de Nueva Delhi a romper sus vínculos energéticos con Rusia.
El paquete anunciado por Washington grava productos estratégicos para la economía india, como acero, aluminio, componentes farmacéuticos y textiles. EE.UU. es el principal socio comercial de la India, y estas medidas podrían tener un efecto directo sobre miles de exportadores indios.
Más allá del argumento oficial —corregir el déficit comercial y responder a las barreras impuestas por Nueva Delhi— Trump ha vinculado abiertamente las sanciones a la estrecha relación de la India con Moscú. «La India y Rusia pueden hundir sus economías juntas», declaró el presidente, en una advertencia directa que deja claro el trasfondo político de los nuevos aranceles.
Un negocio que desafía las sanciones
Desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, la India se ha convertido en el mayor comprador de crudo ruso, adquiriendo petróleo con grandes descuentos. Este petróleo no solo cubre su demanda interna, sino que también es refinado y reexportado como productos derivados —diésel y gasolina— a mercados internacionales, incluidos países europeos.
Se trata de una maniobra legal que aprovecha las grietas de las sanciones occidentales y que, en la práctica, permite a Moscú seguir vendiendo su energía al mundo, mientras India consolida un comercio bilateral récord valorado en 65.700 millones de dólares.
Autonomía estratégica y nuevas alianzas
Lejos de mostrarse intimidada, Nueva Delhi ha reafirmado su estrategia de «autonomía estratégica»: mantener lazos con distintas potencias según su interés nacional. De hecho, en paralelo a este pulso con Washington, la India ha cerrado un histórico Tratado de Libre Comercio con el Reino Unido, como parte de su esfuerzo por diversificar sus socios comerciales.
En defensa, sin embargo, el país asiático ha seguido un camino diferente. Aunque mantiene su cooperación energética con Rusia, ha reducido la compra de armamento ruso y se ha acercado cada vez más a Occidente, convirtiéndose en cliente prioritario de Francia y Estados Unidos para sus sistemas de defensa.
Un golpe a la estrategia contra China
Más allá del impacto económico directo, este conflicto representa la prueba más dura para la política de «multialineamiento» que la India ha defendido durante años. Hasta ahora, la relación con EE.UU. se consideraba esencial para equilibrar el poder de China en Asia.
Los nuevos aranceles amenazan con enfriar esa cooperación estratégica en un momento clave. Y revelan hasta qué punto el tablero internacional, marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones energéticas, puede alterar alianzas que hasta hace poco parecían sólidas.
Borja RamírezGraduado en Periodismo por la Universidad de Valencia, está especializado en actualidad internacional y análisis geopolítico por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en las ediciones web de cabeceras como Eldiario.es o El País. Desde junio de 2022 es redactor en la edición digital de Economía 3, donde compagina el análisis económico e internacional.
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