Pelican, un viaje contemporáneo desde Alicante a la cocina japonesa

Alexander Sheroziya llevaba tiempo con una idea en mente: abrir un restaurante diferente, donde la música, el ambiente y la experiencia pesaran tanto como la comida. Aunque su trayectoria estaba más ligada al ocio nocturno, la pandemia supuso un antes y un después para él. Con siete locales cerrados por la COVID-19, tuvo que vender uno para sobrevivir. En lugar de usar ese dinero solo para resistir, decidió reinvertirlo y apostar por algo nuevo. Vio la oportunidad en un local contiguo a uno de sus clubes en Playa de San Juan (Alicante) y, de esta forma, nació Pelican.

El restaurante, que propone un viaje contemporáneo a través de la cocina japonesa, suma ahora un segundo local en el número 3 de la calle Gabriel Miró, en pleno corazón de Alicante. La carta lleva la firma del chef Pablo Berenguer Solbes, con formación y trayectoria internacional en destinos asiáticos como Okinawa y Osaka.

Una gastronomía japonesa creativa, una coctelería de autor y un ambiente desenfadado son los tres pilares sobre los que se sustenta Pelican. Entre sus platos imprescindibles destacan el Black Cod glaseado, los nigiris de autor, el Rock Shrimp y los torreznos reinventados, siempre acompañados de cócteles con guiños asiáticos que completan la experiencia.

Segunda apertura en Alicante

Tras el buen funcionamiento del primer restaurante en Playa de San Juan, Sheroziya, propietario de Pelican y al frente del Grupo Concerto, decidió que era el momento de crecer. «Alicante centro y San Juan tienen públicos y dinámicas muy distintas. San Juan es más estacional, mientras que Alicante mantiene una actividad más estable durante todo el año, con más público extranjero y residente local», explica.

Antes de dar el salto a otra ciudad, el grupo ha querido consolidar la marca en Alicante. Por eso, el paso lógico fue replicar el concepto en un entorno distinto. «No queríamos modificar nada: la carta, la calidad y el estándar de atención son los mismos en ambos locales», subraya.

El mayor reto de esta segunda apertura ha sido crear un equipo sólido, especialmente ahora que encontrar talento en el sector de la restauración se ha vuelto tan complicado. Para afrontarlo, reforzaron el equipo del primer restaurante, formaron a los nuevos empleados y, durante el arranque del nuevo local en el centro, cerraron temporalmente el de la playa para garantizar el éxito de la apertura.

Gastronomía, coctelería y ambiente

Gastronomía, coctelería y ambiente: los tres pilares de Pelican se reflejan en uno de sus símbolos más representativos, el sakura, el cerezo japonés. Esta flor, efímera y delicada, simboliza el presente, que debe disfrutarse al máximo antes de desvanecerse. «Para nosotros, lo más importante es que el cliente disfrute, y ese disfrute puede venir de muchas formas: con una buena cena, una botella de vino, un cóctel o incluso viviendo una experiencia más animada», explica Sheroziya.

Siguiendo esa filosofía, Pelican ofrece distintos ambientes que coexisten en armonía, pero que también funcionan de forma independiente. «Una persona puede venir a cenar tranquilamente, pasar luego a la zona de coctelería con otro ambiente y, si le apetece, terminar en la zona más festiva, en la discoteca», apunta.

Para Sheroziya, no se trata solo de comer bien, sino de crear un recuerdo: un bocado capaz de provocar una emoción. «Y si logramos que en esos pocos minutos que el cliente tiene de tiempo libre disfrute, se olvide del estrés diario y sonría, entonces hemos cumplido nuestro objetivo».

Una propuesta basada en la experiencia personal

La propuesta gastronómica de Pelican se basa en la experiencia personal de Sheroziya y del chef Pablo Berenguer, forjada a través de sus viajes y de los restaurantes que más les han influido. Se trata de un concepto de cocina fusión. «La idea no es complacer al público local con platos adaptados a su gusto, sino crear un producto en el que creemos, con nuestro toque personal», indica.

Uno de los platos más emblemáticos, el Black Cod, está inspirado en algunos de los restaurantes favoritos del propietario de Pelican. «Al final, lo que queremos es que nuestra filosofía se note en cada plato. Es una fusión de inspiración internacional con personalidad propia. Lo que ofrecemos no es cocina local adaptada, sino una propuesta honesta y creativa que esperamos que el público aprecie», destaca.

El sello del chef Pablo Berenguer

En cuanto al producto, se abastecen tanto de proveedores locales como internacionales, aunque siempre priorizan aquellos de Alicante, con el objetivo de apoyar la economía local. Algunos ingredientes solo se encuentran en otras partes del mundo, como el Wagyu, que traen de Japón, o el Black Cod, procedente de Alaska. «Pero si hay un producto de alta calidad con sello local, lo elegimos sin dudarlo. Sabemos que trabajar con calidad cuesta más, pero lo asumimos porque es lo que define nuestra propuesta», agrega.

El concepto de Pelican lleva el sello del chef alicantino Pablo Berenguer, quien es el alma gastronómica del establecimiento. Entre él y Sheroziya surgió una conexión casi natural. Cuando se conocieron, Sheroziya ya tenía definidos los platos que quería para su restaurante. Al comentárselo, Pablo respondió: «¿Pero tú has visto mi currículum? Eso es exactamente el tipo de cocina en la que he trabajado».

El chef cuenta con una dilatada experiencia en Japón y en cocina moderna y de fusión. «Es un chef que podría trabajar en cualquier parte del mundo, y tenerlo en Alicante es un lujo», destaca.

A por la expansión de Pelican

La idea ahora es seguir creciendo, pero «de forma controlada y lógica». «Abrir un segundo local después de tres años ya indica que vamos bien», comenta el empresario. El objetivo en este momento es consolidar el sistema de trabajo, la gestión y los procesos antes de dar el siguiente paso. «Si somos capaces de mantener la calidad en dos locales, abriremos el tercero. No nos vamos a quedar quietos», agrega.

En este punto, adelanta que ese tercer local probablemente estará en otra ciudad o provincia.

Este año, el Grupo Concerto cumple 22 años, y a medio y largo plazo, su CEO desea que la empresa siga creciendo, ya sea con nuevos conceptos o ampliando la marca Pelican a otras ciudades.

Actualmente, el grupo cuenta con seis locales en Alicante, cada uno con su propio concepto. «Esto nos permite llegar a distintos públicos. Siempre trabajamos cada propuesta de forma individual, con su propia estrategia, analizando el target y ubicación de cada uno», detalla.

Para Sheroziya, Pelican no existiría sin la experiencia acumulada con Havana Castaños, Concerto o Havana Barrio, algunos de sus otros locales. «Todo está conectado y cada local cumple un propósito dentro de nuestra visión global», concluye.