El crecimiento económico de EE.UU. impulsa la fortaleza del dólar frente al euro
El sólido crecimiento de la economía estadounidense, la fortaleza de su mercado laboral y unas políticas monetarias divergentes entre el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) podrían llevar al euro y al dólar a la paridad en 2025.
Desde principios de año, el valor del euro frente al dólar ha oscilado entre el 1,03 y el 1,04. «El dólar, gracias a la fortaleza de la economía americana y a las menores expectativas de bajada de tipos en Estados Unidos se ha fortalecido no solo con respecto al euro, sino con respecto a las principales divisas que mundiales», especifica Juan José Fernández-Figares, director de Gestión IICs en Link Securities.
En concreto, esta fortaleza del dólar está indicando que la economía de Estados Unidos crece con mucha fuerza, que su inflación no ha bajado todo lo que se esperaba y que los tipos de interés van a permanecer más altos de lo que se creía en un principio.
Ante esta tesitura, ¿es posible la paridad euro-dólar? Diversos analistas tanto nacionales como internacionales vaticinan que podría darse esta situación en el primer semestre de este año. Nuestro analista de referencia lo considera «factible» que el euro llegue o esa paridad o incluso que caiga por debajo, pero «tendría que debilitarse mucho la economía europea y el Banco Central Europeo debería bajar mucho los tipos de interés para que eso ocurriera«, incide Fernández Figares.
¿Qué puede afectar a la paridad euro-dólar?
Entre las variables que pone sobre la mesa el experto de Link Securities que podrían conducir al euro a esta situación se encuentran las políticas monetarias que se prevé que apliquen en 2025 tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE). En concreto, informa Fernández-Figares, «se prevé que el banco central americano baje menos los tipos que el europeo por que la inflación en Estados Unidos sigue más alta que en la Unión Europea y la economía americana y el mercado laboral siguen muy sólidos».
Con lo cual, aclara que «la Fed no tiene tanta prisa o tanta necesidad de bajar los tipos como sí que ocurre en la eurozona donde la economía de dos grandes potencias, como Alemania y Francia, se está debilitando y van a necesitar de ciertas políticas monetarias para retomar la senda del crecimiento».
Otra cuestión que podría evitar la paridad del euro frente al dólar es la evolución de la inflación en la eurozona. Fernández-Figares apunta que «en los últimos dos meses la inflación en la eurozona ha repuntado. De hecho, el dato de la inflación preliminar de Alemania repuntó hasta el 2,6% en diciembre, situándose 6 décimas porcentuales por encima del objetivo del BCE».
Pero no solo es eso, -destaca el analista de Link Securities- «estamos viendo que tanto en Alemania como en el resto de la eurozona los precios de los servicios siguen altos, alrededor del 4%. Todo ello, también está impulsado por el crecimiento de los salarios, que están subiendo más de lo que al Banco Central Europeo le gustaría». En esta misma línea, las empresas, si suben los salarios, también se ven abocadas a subir los precios de sus servicios/productos. En este caso, el BCE podría revisar a la baja sus expectativas de bajada de tipos, lo que podría servir para sostener el euro.
Igualmente, se espera también que el BCE baje los tipos de interés algo más de un punto y que la Fed lo haga solo en medio punto, «una hipótesis que ya está trabajando el mercado», recalca.
«Este desfase entre ambas entidades es lo que utilizan los analistas para decir que el euro se va a debilitar más aún con respecto al dólar», corrobora Fernández-Figares.
Pero para valorar esta depreciación entre ambas divisas, -advierte Fernández-Figares- «hay que tener en cuenta otros aspectos como la evolución de la inflación en ambos lados y el crecimiento económico para ver qué van a hacer los bancos centrales y cómo determina el cambio dólar-euro«.
«Lo normal, teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento qué está demostrando la economía norteamericana y lo que está pasando en eurozona, que estamos entre la estanflación y la recesión, es que el dólar siga fortaleciéndose», vaticina Fernández-Figares. Todo ello está muy ligado a la evolución de los tipos de interés.
No debemos olvidarnos tampoco del impacto que puedan tener las políticas de la nueva administración americana que ha amenazado con imponer nuevas tarifas arancelarias a las importaciones del 10% a casi todos los países y del 60% a los productos que lleguen desde China.
Esta medida encarecería los productos, pero «está por ver la postura de las empresas, si lo asimilan o lo trasladan a precios», subraya.
De todas formas, aclara Fernández-Figares «habrá que ver si esas tarifas se aplican de verdad». Existen otras teorías que hablan de que estas tarifas arancelarias se impondrán a todos los países pero a productos concretos y no de forma generalizada.
Con lo cual, dependiendo del impacto que tengan estas medidas, afectarán, de una manera o de otra a la inflación americana y por lo tanto a las políticas monetarias del banco central americano. «Si la inflación no baja, puede ser que la Fed no baje los tipos de interés este año, con lo que el dólar seguirá fortaleciéndose«. «Esta posición, -aclara Fernández-Figares- tampoco le interesa a la Administración Trump, porque aumenta el precio de sus exportaciones y estas serían menos competitivas».
En definitiva, confirma Fernández-Figares, «bajarían las importaciones, pero tampoco se incrementarían las exportaciones».
Beneficia o perjudica a la UE
¿Beneficia o perjudica tanto a España como al resto de la Unión Europea la paridad euro-dólar? En principio, -prosigue el analista de Link Securities- «si el euro continúa debilitándose tendrá un efecto positivo porque los productos europeos serán más competitivos».
En concreto, reconoce que «esa debilidad de la divisa y esa mayor competitividad compensaría las tarifas que pretende imponer Trump».
Sin embargo, todo no es positivo, advierte. «Hay que tener en cuenta que todas las importaciones, sobre todas las energéticas y las materias primas, están nominadas en dólares y si el euro vale menos, estas serán más caras, una situación que impulsaría al alza la inflación de la eurozona». Con lo cual, «condicionaría la actuación del Banco Central Europeo que no podría bajar los tipos tanto como quisiera, consiguiendo mantener el cambio euro-dólar».
En esta misma línea, China está debilitando su moneda ante las posibles tarifas americanas a sus productos y «de esta forma compensaría en parte la caída del valor de su divisa», añade.