Todos hemos visto estos días las imágenes de los pueblos de l’Horta Sud de Valencia, convertidos tras la DANA en la zona cero de un conflicto. Mucho menos se han visto, sin embargo, los estragos que el temporal ha causado en sus campos de cultivo, que dan nombre a la zona, y cuyas pérdidas se cuentan por millones. A las vidas perdidas y los incontables daños materiales, se suman los inmuebles y el suelo agrícola que el agua -y todo cuanto arrastraba- dejó inservibles.
Según los datos del Colegio de Registradores de España, los estragos que la tromba dejó a su paso se traducen en un total de 134.418 fincas afectadas en el conjunto del país, resultando dañadas un total de 54.312 hectáreas de área afectada. Han anunciado además que continúan los trabajos de localización de fincas siniestradas, por lo que las cifras pueden aumentar.
A las viviendas afectadas se suman las más de 48.000 empresas, 18.000 de las cuales son pequeños comercios, hostelería y transportes. El daño a uno de los pulmones económicos de la provincia de Valencia, es muy significativo.
L’Horta se queda sin huerta
A falta de recibir el grueso de las declaraciones de siniestro –que se remiten de forma gradual, por su elevado número como por la situación en la zona–, Agroseguro estima que la superficie agrícola y ganadera siniestrada puede superar las 20.000 hectáreas, principalmente en cítricos, caqui, viñedo y hortalizas.
El capital asegurado impactado por la DANA se estima en torno a los 160 millones de euros, aunque aún se desconoce el grado de afectación, que con seguridad será muy variable, de acuerdo con la fuente. Estas cifras, según Agroseguro confirmarían que se trata «del fenómeno tormentoso más destructivo en los 44 años de historia del seguro agrario».
Agroseguro ha subrayado su compromiso de evaluar los daños con «la máxima celeridad posible para agilizar el pago de las indemnizaciones y dotar así de liquidez a los agricultores y ganaderos afectados» que tengan contratados seguros.
Bares y restaurantes, muy afectados
Desde la Federación de Hostelería de Valencia sitúan en 996 el número de establecimientos afectados, la mayoría de restauración. Así, hay 447 cafeterías censadas y 399 restaurantes en los municipios en los que el agua se ha llevado por delante viviendas e infraestructuras y más de 200 vidas humanas.
También hay registrados más de 62 alojamientos, 31 negocios de ocio y 12 empresas de restauración colectiva.
Según el listado de empresas registradas en la base de datos Horeca de septiembre, el municipio con más oferta de hostelería afectada ha sido Aldaia (113), seguido de Alfafar (91) y Catarroja (89).
Los hosteleros, a la espera de los ERTE
El secretario general de la Federación de Hostelería de Valencia, Rafael Herrando, explicaba estos días a EFE que «lo primero» a lo que se han dedicado, aparte de a trasladar su apoyo, ha sido a asesorar con la gestiones «más inmediatas», como la de evaluar daños para que puedan pedir sus indemnizaciones al Consorcio.
«Entendemos que debería de ser rápido, porque normalmente en este tipo de cuestiones entre 20 días y un mes deberían de estar ya en las indemnizaciones concedidas y abonadas»; si bien, en este caso, cree que «se debería de acelerar lo máximo posible» y, «si puede ser, en dos semanas».
«Lo más urgente ha sido que se pusieran en contacto a través de sus compañías aseguradoras para poder hacer esta gestión y estar ya preparados para que haya una visita de peritaje», ha subrayado. El perito tarda en pasar una «serie de días», por eso, ha explicado, es «importante» hacer fotografías y vídeos «del estado» en el que se encuentra el establecimiento, ha aconsejado.
A partir de ahí, ha dicho, esperan que se habiliten otras medidas como los Expedientes de Regulación de Empleo Temporales, los ERTE. Y que haya una celeridad en cuanto al tema de las ayudas, porque «el consorcio cubrirá una serie de daños, pero hay muchos negocios que después tienen que continuar» y van a necesitar ayuda económica y material, con los conocidos como planes Renove de maquinaria.
Sobre exenciones y bonificaciones de impuestos, ha aplaudido que ya se hayan aplazado algunos y, a nivel bancario, ha reclamado «flexibilidad», porque «muchas de esas empresas vienen todavía arrastrando créditos de la pandemia».
Y en cuanto a la supervivencia y evolución del sector en la zona afectada, ha recurrido a un término, el de la resiliencia, que se «demostró durante la pandemia» y que ahora quieren volver a exhibir en un sector que es clave en toda España y, también, en la zona afectada.