La empresa Lup es un ejemplo de cómo la tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas. Fundada en el año 2021, esta compañía ha desarrollado distintas soluciones de lectura asistida orientadas a aportar autonomía y facilitar el día a día a personas con dificultades para leer.
Su producto estrella, la lupa de bolsillo inteligente, transforma mediante la tecnología un producto tradicional, como es una lupa de aumento, en una solución innovadora. Acercando este dispositivo al texto y pulsando solo un botón, esta lupa pasa el texto a voz en menos de 2 segundos, sin necesidad de conexión a Internet.
La empresa, capitaneada por Apurva San Juan y Eneko Calvo, busca ayudar a personas con dificultades de lectura, como niños con dislexia o personas mayores o que sufren algún tipo de patología o pérdida visual.
En una entrevista con Economía 3, el director técnico y cofundador de Lup, Eneko Calvo, explica que la parte más difícil de una empresa que busca un impacto social es hacer que su producto sea accesible desde su nacimiento. En su corta trayectoria, Lup ya ha conseguido diversos reconocimientos, entre ellos ser una de las empresas triunfadoras del campeonato Impact Social Cup, celebrado este pasado verano.
Usar la tecnología para ayudar
– ¿Alguna persona cercana a los fundadores tiene dificultades de lectura? ¿Fue eso lo que os llevó a crear la empresa?
Nosotros directamente no, pero sí conocíamos a gente con este tipo de realidades, por ejemplo, nuestros abuelos o personas cercanas con problemas de visión. Esto les condicionaba a la hora de leer y perdían esa autonomía para realizar acciones del día a día.
Vimos que la tecnología a día de hoy tenía la posibilidad de facilitar ese tipo de acciones. Entonces, la idea surge de ahí, de conocer la tecnología, conocer personas que tenían problemas para leer y buscar una solución mediante estos recursos tecnológicos para dar respuesta y, sobre todo, una solución a este problema de lectura.
Una empresa tecnológica y social
– ¿Cómo habéis desarrollado la tecnología?
Yo soy ingeniero informático de formación, así que he llevado el desarrollo relacionado con software. A la vez, siempre nos hemos estado apoyando en empresas profesionales o locales que nos han complementado con conocimientos que nosotros no teníamos. Es decir, para la parte de tecnología, nos hemos apoyado en empresas que ya tienen experiencia en el ámbito y conocen mucho más que nosotros y nos pueden ayudar.
Por otro lado, para la parte de los usuarios, nos hemos ido apoyando en asociaciones y, sobre todo, en afectados que nos han dado ese feedback una vez desarrollada la tecnología. Siempre hemos acudido a ellos para, de alguna forma, recibir sus peticiones y aplicarlas ql producto.
Comenzamos con el primer producto que era la lupa de bolsillo inteligente, pero este es un producto que ha requerido más de cuatro años de desarrollo. El proceso implicaba software, tecnología y también una parte industrial, por lo que se nos ha ido alargando bastante. Mientras íbamos haciendo ese producto físico, como la tecnología ya la teníamos desarrollada, la integramos en una aplicación móvil para empezar a darnos a conocer en el mundo de la accesibilidad.
De texto a voz en dos segundos
– ¿Cómo funcionan estas dos soluciones: la lupa inteligente de bolsillo, por un lado, y la aplicación de móvil, por otro?
Ambos productos tienen como objetivo ser lectores de bolsillo y que te los puedas llevar a cualquier lado y acceder a cualquier tipo de texto.
Por un lado, con la lupa de bolsillo lo que hemos conseguido es introducir tecnología e innovación en un producto tradicional, como es una lupa de aumento. Lo que logramos es que una persona sin habilidades tecnológicas o que no quiere hacer uso de un teléfono móvil, tenga un dispositivo exclusivamente diseñado y preparado para leer. No requiere ni conexión a Internet ni ningún tipo de habilidad tecnológica, ya que son tres botones y pulsando un botón se puede capturar texto y pasarlo a voz de manera instantánea y traducir más de 30 idiomas.
Por otro lado, la aplicación se instala en el teléfono móvil y también tiene la opción de capturar texto y pasarlo a voz. Además, incluye la opción de almacenar de textos y disponer de un pequeño historial. Es decir, son las mismas funcionalidades que la lupa, pero en otro formato y para otro público.
Dirigido a todas las personas con dificultades para leer
– En definitiva, cualquier persona con dificultades de lectura, por ejemplo, personas mayores o niños con dislexia pueden hacer uso de ambos.
Nosotros abarcamos todo tipo de realidades de personas que sufran dificultades para leer: desde niños que tienen dislexia o problemas de lectoescritura hasta personas de mediana edad con algún tipo de patología grave visual o mayores que han perdido la capacidad de leer con los años.
También pueden hacer uso personas que quizá no tienen una patología grave, como puede ser la hipermetropía, para leer cosas más pequeñitas o evitar que la vista se canse si están leyendo durante mucho tiempo.
El público, en el caso de la lupa de bolsillo, es bastante amplio. En el caso de la aplicación, el público se reduce a gente más joven o más familiarizada con las tecnologías.
Más de 600 dispositivos vendidos
– Comentabas que el desarrollo de la lupa de bolsillo había llevado unos cuatro años. ¿Cuándo habéis lanzado el producto al mercado y cuál ha sido la acogida?
Comenzamos con una preventa de dispositivos a principios de este año para ir captando gente interesada y hemos empezado a entregar dispositivos hace menos de un mes.
Este año hemos vendido más de 600 dispositivos y ya estamos en todos los centros de día del Grupo Social ONCE. De cara al próximo año empezaremos a distribuir a través de ópticas donde tendremos la posibilidad de mostrar el dispositivo en persona y disponer de un punto físico de venta. El próximo 2025 calculamos vender unos 2.000 dispositivos.
– En vuestro caso, como empresa conjugáis una parte tecnológica con una parte social muy importante. ¿Qué es lo más difícil de ese proceso?
Cuando eres una empresa social o lanzas un producto que pretende tener un impacto en las personas, lo más difícil es nacer accesible. Muchas veces los productos nacen y luego pasan a ser accesibles, pero nosotros lo que estamos haciendo, que es lo que más tiempo requiere, es que desde el inicio el producto sea accesible. Eso implica un trabajo de campo con las personas, recoger sus necesidades…, al final eso es lo más complicado y es lo que a nosotros nos ha costado más.