La compañía Skoda Transportation, subsidiaria del grupo dedicada a la fabricación de vehículos de transporte, podría estar ultimando una oferta para entrar en el accionariado de Talgo. Según trascendía a última hora del lunes, el consejo de administración de la compañía de fabricación de trenes se reunía de urgencia para valorar lo que por el momento es tan solo «una muestra de interés no vinculante».
Así lo confirmaban fuentes de Talgo este martes, las cuales detallaban también que la propuesta del grupo checo Skoda consiste – por el momento- en una combinación de negocios y de integración industrial. De igual forma, desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se precisaba que la propuesta «no contiene una oferta económica».
Por el momento el contacto se encontraría en una primera fase muy temprana. El fabricante ferroviario español ha solicitado a la checa información detallada y que indique si implica el ofrecimiento a los accionistas de una contraprestación superior a la ofrecida por la húngara GanzMavag (Magyar Vagon) en la opa anunciada el pasado 7 de marzo y si ésta se satisfaría en efectivo.
Asimismo, Talgo habría pedido a Skoda que explique sus actuales capacidades industriales y financieras a fin de poder valorar los siguientes pasos.
Frenar la opa de Magyar
La propuesta de la histórica firma checa buscaría contrarrestar la opa que el consorcio húngaro GanzMaVag lanzó sobre Talgo el pasado mes de marzo. La oferta de 619 millones de euros por el control total sobre la compañía -cinco euros por acción- no gusta al Ejecutivo español, que estaría sondeando distintas alternativas con socios industriales y capital español.
El pasado 15 de abril, Magyar Vagon entregó a la CNMV, dentro del plazo estipulado de siete días hábiles desde la solicitud, el aval de un banco húngaro de 619,3 millones de euros de la opa sobre el fabricante de material rodante español. Como parte de esta oferta, el grupo húngaro solicitó en marzo al Gobierno español la autorización del Consejo de Ministros a esta entrada de capital extranjero.
Se trata de una operación que, en principio, no cuenta con el respaldo del Gobierno porque entiende que Talgo es un operador estratégico, con una tecnología única en el mundo, y que desempeña un papel fundamental en el transporte ferroviario.
De hecho, en varias ocasiones el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha apuntado que el Ejecutivo «observa la opa con máximo cuidado y a la espera de otros actores en el juego, inversores y otros fabricantes».
El oferente es una sociedad húngara formada por Ganz-Mavag (55 %) y Corvinus (45 %), participada esta última por el Estado húngaro a través del Ministerio de Economía. A su vez, Ganz-Mavag está íntegramente participada por Magyar Vagon, propiedad de un fondo de capital riesgo (Solva II), cuyo principal accionista, con el 50 %, es el ciudadano húngaro Csaba Töro.
Detrás de este consorcio -que se ha consolidado en el sector ferroviario a través de privatizaciones en el país centroeuropeo- están DJJ y András Tombor, que fue consejero de asuntos de seguridad nacional del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante su primer Ejecutivo, entre 1998 y 2002.
Las acciones de Talgo se mueven en la actualidad en 4,01 euros y en lo que va de año se han devaluado un 8,6 % en la bolsa española.
Skoda Transportation, presencia local e internacional
El grupo de ingeniería Skoda Transportation, con sede en Pilsen, está especializado en desarrollar y fabricar vehículos ferroviarios eléctricos para el transporte urbano y ferroviario. Aunque comparten nombre, Skoda Transportation no forma parte de la automovilística Skoda Auto, del grupo Volkswagen.
Además, posee total o parcialmente otras empresas activas en el campo del desarrollo y la fabricación de material rodante, motores eléctricos y productos relacionados en varios países europeos.
Las regiones de negocio clave del grupo son la República Checa, Finlandia, Alemania, los países bálticos, Polonia y Eslovaquia. El grupo de ingeniería desarrolla una gama completa de soluciones de transporte público para trenes, tranvías, metro, trolebuses y varios tipos de autobuses, acompañadas de un servicio y mantenimiento integrales.
El grupo de empresas Škoda Transportation es uno de los mayores fabricantes mundiales de tranvías y unidades de propulsión para trolebuses y un importante productor regional de vehículos ferroviarios.
La de GanzMavag no ha sido la única opa sobre Talgo
Desde el comienzo del nuevo milenio, Talgo, la emblemática compañía ferroviaria española, ha estado en el centro de múltiples intentos de adquisición y ofertas de colaboración por parte de grupos ferroviarios extranjeros. Esta serie de propuestas refleja no solo la robustez tecnológica y la reputación de Talgo, sino también su carácter estratégico en la industria ferroviaria global.
En el año 2000, el conglomerado francés Alstom mostró interés en una alianza estratégica con Talgo, buscando combinar su tecnología de trenes de alta velocidad con el innovador sistema de rodadura desplazable de la empresa española. Aunque las conversaciones no fructificaron en una adquisición, sí marcaron el inicio de un interés sostenido por parte de gigantes ferroviarios europeos .
Si bien no sería hasta cinco años más tarde, en 2005, cuando la canadiense Bombardier Transportation lanzó una opa por Talgo, valorada en aproximadamente 700 millones de euros. Esta propuesta, sin embargo, fue rechazada debido a preocupaciones sobre la pérdida de control español sobre una empresa considerada estratégica para la infraestructura de transporte del país. La resistencia tanto del gobierno español como de los directivos de Talgo subrayó la importancia de mantener la independencia tecnológica y operativa de la compañía .
La puja de Siemens y el interés asiático
En 2012, Siemens, el gigante alemán, hizo un intento significativo para adquirir Talgo, ofreciendo una suma sustancial que se estimó en más de 1.200 millones de euros. Siemens veía en Talgo una oportunidad para fortalecer su posición en el mercado de trenes de alta velocidad y aprovechar su tecnología. No obstante, la oferta fue de nuevo vista con escepticismo por el gobierno español y finalmente fue rechazada, con argumentos centrados en la preservación del liderazgo tecnológico y la autonomía de la compañía .
Más recientemente, en 2019, CRRC, el mayor fabricante de material rodante de China, expresó su interés en adquirir una participación mayoritaria en Talgo. La oferta, que se especuló estaba en el rango de 1.500 millones de euros, buscaba expandir la presencia de CRRC en Europa y combinar la tecnología de Talgo con su propia capacidad de producción a gran escala. Esta propuesta, sin embargo, volvió a despertar preocupaciones sobre el control extranjero y la influencia sobre una empresa clave para la infraestructura y la seguridad nacional .
El carácter estratégico de Talgo en la economía y la infraestructura española ha sido un factor determinante en la resistencia a las ofertas de adquisición. La empresa no solo representa un activo tecnológico avanzado, sino también un símbolo de la capacidad industrial y de innovación de España. La reticencia a vender a grupos extranjeros ha sido impulsada por una visión de proteger la soberanía tecnológica y asegurar que las decisiones críticas sobre el transporte ferroviario se mantengan bajo control nacional.