La historia de la Unión Europea, hasta la crisis económica de 2008, fue una historia de optimismo. Los programas de reajuste centrados en la austeridad primero y los sucesivos desafíos socioeconómicos tensaron las relaciones entre los socios los años posteriores. Pese a ello, los desafíos se han prolongado hasta la fecha, encontrando siempre una respuesta de unidad. En la actualidad, los europeos se enfrentan a un nuevo reto existencial: la necesidad de una autonomía europea en materia de Defensa. La respuesta puede ser el resurgir de un sector industrial fuerte.
Bajo el título «La defensa europea: una necesidad y una oportunidad industrial», Pedro Fuster González, director de Estrategia de Defensa de Indra; Francisco Javier Sánchez Segura, vicepresidente ejecutivo de Airbus España; y Oliver Cusworth, Senior Expert on Defense de Banco Europeo de Inversiones (BEI), han debatido sobre el futuro de la industria de Defensa en Europa.
El Foro La Toja-Vínculo Atlántico reúne en Sevilla a expertos y directivos de empresa para reflexionar sobre los desafíos a los que se enfrenta Europa, como la guerra de Ucrania y la defensa colectiva o la transición energética.
La autonomía europea en defensa: una necesidad ineludible
La discusión arrancó con Pablo García-Berdoy, Líder de Asuntos Públicos para Europa de LLyC, quien subrayó la necesidad de una política de defensa europea unificada, citando a Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad: «si no estamos en la mesa, somos parte del menú».
García-Berdoy recalcó la importancia de una coordinación no solo operativa, sino también industrial a nivel europeo, destacando el papel histórico de España en la consolidación de estructuras como Airbus.
Precisamente desde la compañía aeronáutica, Francisco Javier Sánchez, vicepresidente ejecutivo de la firma, enfatizó la urgencia de que Europa decida su papel en el ámbito de defensa, comparando esta situación con la de sus propios hijos decidiendo su futuro.
«Debemos decidirlo nosotros o vendrá Trump en noviembre y lo decidirá él», afirmó Sánchez, resaltando la importancia de un modelo industrial europeo cohesionado para superar la fragmentación actual.
El papel del Banco Europeo de Inversiones
Oliver Cusworth, Senior Expert on Defense del Banco Europeo de Inversión, abordó el papel de la entidad en la financiación de la industria de defensa, una novedad en su historial enfocado tradicionalmente en infraestructura e innovación. Cusworth detalló un plan de acción de cuatro pilares para impulsar el gasto en defensa hasta los 8 billones de euros para 2027, destacando la necesidad de superar barreras como la mala prensa que afecta al sector.
Cusworth explicó que el BEI está adaptando sus normas para apoyar proyectos de defensa, reuniendo instrumentos de financiación y formando alianzas estratégicas para compensar su falta de experiencia en el sector. Subrayó la importancia de una financiación adecuada y estable para asegurar la viabilidad de los proyectos de defensa europeos.
La fragmentación industrial y la necesidad de consolidación
Sánchez y Fuster coincidieron en la necesidad de consolidar la industria de defensa europea. Para el vicepresidente ejecutivo de Airbus el éxito del programa Eurofighter marca el camino, ya que supone un ejemplo de retorno industrial tangible y de la necesidad de una visión estratégica para financiar tecnologías clave que garanticen la soberanía tecnológica de Europa.
El directivo destacaba que Airbus es un modelo de éxito en la Unión Europea que, a su juicio, puede ser el «modelo a futuro» para la industria. En este sentido, ha apuntado que Estados Unidos compra el 100 % de su material de defensa dentro de su territorio, mientras que Europa solo lo hace en un 25 %, ya que el 75 % lo hace fuera y, sobre todo, en EEUU, por lo que ha defendido identificar las tecnologías que «faltan e invertir para tener autonomía estratégica».
Por su parte, Pedro Fuster abogó por alianzas estratégicas entre empresas europeas, señalando que la consolidación excesiva, como en el caso estadounidense, podría ser contraproducente. Ambos enfatizaron que, aunque la competencia es necesaria, también lo es dirigir adecuadamente las inversiones para evitar que gran parte de los recursos se desvíen fuera de Europa.
Los grandes actores, un papel integrador
En opinión del directivo de Indra, la firma se constituyó precisamente con la vocación de ejercer un papel integrador de los sistemas nacionales. «Lideramos también muchos de los programas que están haciendo realidad la integración de la industria europea. Al margen de todo ello, lo normal en este sector, además de competir, es tejer alianzas. Esto lo hacemos, no solo a través de los grandes programas, sino mediante una serie de pilares con grandes asociaciones de distintas empresas que trabajan en un mismo sector. Esto es esencial».
Y es que las grandes empresas como Indra o Airbus se constituyen como centros de decisión estrictamente nacionales, con unos sistemas críticos para la operatividad de las fuerzas armadas, y que se proyectan a través de alianzas. De no ser así, coinciden los ejecutivos, no se producirá una consolidación a nivel corporativo. Para transitar hacia una Defensa europea, será necesario establecer alianzas basadas en la reciprocidad y la participación cruzada en estos proyectos.
«No va a ser fácil lograr esa confluencia, porque nuestros portfolios de productos se solapan, pero estas alianzas son las que marcarán la diferencia. No es solo importante invertir, sino que es necesario dirigir esa inversión», aseguró Fuster.
Por parte de Airbus, Francisco Javier Sánchez aseguraba que no veían factible una consolidación corporativa en el corto y medio plazo. «Lo que acabe siendo, concluía, lo dictará el mercado. Es cierto que hay mercados más cautivos y el de defensa tiende a serlo. En un mundo de tecnologías duales el mercado dictará mucho la consolidación», concluyó.