L. Cediel (Anaip): «El impuesto al plástico ha derivado en grandes gastos»
Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip) es la asociación que representa y agrupa a la industria española de la transformación de plásticos. Fundada en 1957, es la entidad reconocida como interlocutora del sector por las administraciones públicas y otros organismos nacionales, europeos e internacionales.
Además, es la representante de la industria con voz e influencia en los foros de interés e impulsa el desarrollo de la industria de los plásticos fomentando la Calidad y la Innovación.
Hablamos con Luis Cediel, director general de Anaip.
Una industria resiliente e innovadora
– ¿Qué balance puede hacernos de 2023? ¿Cuánto ha crecido la industria plástica este año? ¿Sigue siendo positivo?
La transformación de plásticos en España comprende a las empresas que se dedican a la fabricación de subproductos o productos de plástico para todo tipo de sectores. Se trata de una industria resiliente, innovadora y comprometida con el cuidado del entorno y la sostenibilidad económica, social y medioambiental.
La integran 3.400 empresas −lo que representa el 2 % del total de la industria manufacturera española−, en su mayoría pymes y micropymes, que emplean de forma directa a más de 82.700 personas y que alcanzó una cifra de negocio de 23.578 M€ en 2022 y que estimamos que roce los 22.000 M€ en 2023.
La inflación, una de las grandes preocupaciones de las empresas
– 2024 ha comenzado con una situación geopolítica compleja. ¿Cómo os está afectando cuestiones como la guerra de Ucrania, las tensiones en el Mar Rojo…?
Hace unos meses se reunieron los jefes de Estado y de Gobierno en la sede de la ONU. Dicho encuentro estuvo marcado por la actualidad y la situación actual no es muy halagüeña.
Desde 2019 se ha retrocedido en algunas áreas, sobre todo las relacionadas con el cambio climático y la pobreza, como consecuencia de las crisis que estamos enfrentando en los últimos años como la pandemia de la covid-19, la guerra de Ucrania o los últimos desastres naturales.
Los años 2022 y 2023 han sido complicados para la industria ya que entró en vigor el impuesto a los envases plásticos no reutilizables, con la invasión rusa de Ucrania como telón de fondo y con el que vivimos desabastecimiento de materias primas y falta de suministros básicos que se sumaban a la crisis económica derivada de la pandemia.
El precio de la energía y la subida de la inflación son otras de las grandes preocupaciones de las empresas. Esto provoca incertidumbre y desconfianza empresarial y va a traer un escenario de menor crecimiento.
Disminuyen los pedidos a las empresas
– En enero de 2023 entró en vigor el Impuesto al Plástico. Un año después, ¿qué balance puedes hacernos?
Desde la Asociación realizamos una encuesta hace unos meses en la que, una de las principales conclusiones que se reflejaba por parte de las empresas de transformación de plásticos es que su volumen de negocio y los pedidos habían disminuido considerablemente para más de un 80% de las empresas.
Por otro lado, se ha detectado que no hay controles de los envases y embalajes plásticos que entran de fuera con cada mercancía, y como consecuencia las declaraciones que se hacen no se verifican y esto perjudica a la producción en España. Esta es una de las tantas dificultades que desde la industria, y por ende, desde Anaip, habíamos alertado conociendo la dificultad que esto podía suponer. Algo que tenía que haberse previsto.
También destacamos que, la implantación del impuesto a los envases plásticos no reutilizables ha derivado en importantes gastos para un sector en España que está compuesto en un 98 % de pymes y micropymes, con un escaso poder de negociación con sus proveedores y clientes (grandes empresas envasadoras y de distribución).
Adaptaciones a la normativa
– ¿Habéis tenido que hacer inversiones para poder adaptaros a esta normativa?
Los principales recursos o inversiones que las empresas han tenido que realizar para implantar el impuesto son, por orden de mayor a menor esfuerzo, la modificación y/o desarrollo de los sistemas informáticos, el desarrollo de nuevos procedimientos de control, la formación a los empleados e información a sus clientes, nuevas certificaciones, inversiones en rediseño y contratación de personal.
Otro impacto, como consecuencia del impuesto, que hemos detectado es que hay empresas que han tenido dificultades en la gestión de su tesorería, dado que los primeros fabricantes son los que contribuyen con lo que corresponde del impuesto, en muchas ocasiones de forma mensual, y lo facturan a su cliente, pero como el pago de las facturas se puede demorar meses (seguimos sin tener un régimen sancionador para los incumplimientos de la forma de pago), hay un periodo de tiempo en que empresas pequeñas soportan este incremento de deuda, y para muchas de ellas esto puede suponer un gran problema. Y en el peor de los casos, si tienen impagados, al coste del producto hay que añadirle el cote del impuesto.
Y no sólo esto, por enumerar algunos otros ejemplos: el tratamiento fiscal es diferente para la fabricación en España, para la adquisición intracomunitaria y para la importación, siendo la más exigente la fabricación en España, mientras que la importación es sólo la declaración en los documentos de importación.
Igualmente, la trazabilidad es muy difícil de seguir. Cuando hay más de una transacción entre el fabricante y el exportador el procedimiento es muy difícil de completar correctamente. En estos casos, además si son cantidades no suficientemente altas como para que compense, terminan por no entrar en el procedimiento de solicitud de devolución al no pedirlo las empresas dada su dificultad.
Y otras situaciones y problemas que vamos encontrando por el camino que, a día de hoy, después de un año de su entrada en vigor, aún no están resueltas.
Todo esto sin mencionar los problemas a la hora de disponer de plástico reciclado, requisito indispensable para no pagar el impuesto; o la dificultad de transmitir la información relacionada con el impuesto, tanto dentro de la empresa como en las importaciones. Y no podemos dejar de mencionar el gran problema con el que se enfrentan las empresas como es la competencia desleal.
El 25% de las empresas nota una caída de demanda
– En esta misma línea, tú mismo has confirmado que el 80% de las empresas del sector han perdido ventas tras la implantación del impuesto.
Según esta encuesta que elaboramos para evaluar cómo afecta a las empresas de transformación de plásticos la aplicación del impuesto, extrajimos datos muy reveladores como que el 80% de las empresas del sector ha sufrido una caída en sus ventas tras la implantación del impuesto; más del 25% de ellas ha notado una caída en la demanda de envases plásticos de un solo uso; y cerca del 19 % de las empresas tiene problemas con los sistemas informáticos y la complejidad de los documentos contables. De hecho, muchas han tenido que contratar servicios externos para que les ayuden en la gestión administrativa.
Igualmente, la implantación del impuesto ha supuesto importantes inversiones. En concreto, y tal y como revela la encuesta, el 30% de las empresas encuestadas han gastado más de 50.000 euros en la implantación; el 37% ha invertido entre 10.000 y 50.000 euros; y el resto ha destinado hasta 10.000 euros.
Objetivo: reducir la generación de residuos
– ¿Ha conseguido los objetivos planteados como el incremento del empleo del plástico reciclado, forma de consumir el plástico por parte de los usuarios ya que se potenciaba la venta a granel…
Estos datos los desconocemos, pero como indicaba antes, las empresas sí nos trasladan problemas a la hora de disponer de plástico reciclado, requisito indispensable para no pagar el impuesto o la dificultad de transmitir la información relacionada con el impuesto, tanto dentro de la empresa como en las importaciones.
Reducir la generación de residuos y pasar del modelo de consumo actual a uno que utilice menos artículos de un solo uso y más los reutilizables es uno de los grandes objetivos.
La regulación recoge ambiciosos objetivos de reutilización y reciclaje que supondrán grandes cambios en los hábitos de los consumidores en los próximos años.
La industria ya lleva tiempo trabajando para adaptarse a estas novedades y potenciar la reutilización, un ámbito en el que los plásticos ofrecen grandes ventajas.
El sector está trabajando en el ecodiseño de sus productos, en normas y ensayos para poner en el mercado envases con todas las garantías para su reutilización, cumpliendo unos criterios que otros materiales están lejos de ofrecer, ya sea por la imposibilidad de superar un proceso de lavado o por el alto coste energético de su limpieza y transporte.
Incrementos de precios derivados del impuesto
– También se preveía un incremento de los precios de los alimentos del 2 %. ¿Ha sido así finalmente o esta subida se ha visto diluida por otros factores como la inflación…?
Todas las empresas tienen que repercutir sus costes en el precio de venta si quieren seguir siendo viables. En el caso del impuesto a los envases de plástico no reutilizables, el fabricante del envase no reutilizable, sujeto pasivo del impuesto, repercute jurídicamente el coste de este impuesto al primer adquiriente y, a partir de ahí, las empresas lo deben repercutir en sus precios de venta como harían con cualquier otro coste.
Pero además del coste del impuesto las empresas han tenido que repercutir los costes de gestión y de administración diarios de dicho impuesto y que son cuantiosos.
Hay ejemplos claros en hostelería que ofrecen servicio take away que ya incluyen el coste de los envases en la compra de manera específica y justificado por el impuesto a los envases plásticos no reutilizables según la Ley de residuos 7/2022.
Sin embargo, esto también puede confundir al usuario, pues da la impresión de que el resto de los envases no tienen coste, y nada más lejos, todos los envases tienen un coste que en todos los casos se repercute en la venta del producto.
Por otro lado, estos incrementos de precios derivados del impuesto se añaden a una situación de incrementos de costes de producción general. Es el motivo por el que en otros países no han considerado poner en marcha este tipo de impuesto, pues sabían que daña la competitividad de su industria.
Potenciar la reutilización
– Para conseguir estos objetivos es fundamental el ecodiseño. ¿Cómo lo están trabajando las empresas?
Como ya indicamos, la industria lleva tiempo trabajando para adaptarse a estas novedades y potenciar la reutilización, un ámbito en el que los plásticos ofrecen grandes ventajas. El sector está trabajando en el ecodiseño de sus productos, en normas y ensayos para poner en el mercado envases con todas las garantías para su reutilización, cumpliendo unos criterios que otros materiales están lejos de ofrecer, ya sea por la imposibilidad de superar un proceso de lavado o por el alto coste energético de su limpieza y transporte.
Por ejemplo, el Comité de Normalización 53 de Plásticos y Caucho ha desarrollado normas en este sentido como la de la vajilla reutilizable, bolsas reutilizables con contenido en material reciclado o la de cajas reutilizables para uso agrícola, comercial e industrial. La reutilización de envases domésticos está avanzando apoyada por las tendencias de consumo, las facilidades de la distribución y por la legislación.
Algunos ejemplos que ya están en el mercado son los envases rellenables para productos de limpieza, también para cosméticos e incluso proyectos de recipientes reutilizables para el circuito de envío de comida a domicilio.
Sin duda, queda mucho camino por delante. Pero si algo nos dice el método científico y el análisis de ciclo de vida es que los plásticos, gracias a su eficiencia y su versatilidad, siguen siendo la alternativa más adecuada para potenciar la reutilización en todas aquellas aplicaciones que lo permiten (excluyendo las aplicaciones médicas y sanitarias en las que el monouso es garantía de seguridad) pasando de un modelo de consumo con gran presencia de artículos de un solo uso a otro modelo basado en prolongar todo lo posible la vida útil de los productos y reducir al máximo la generación de residuos.
Apuesta por la energía renovable
– Otra cuestión fundamental, tal y como ha comentado, para conseguir los objetivos es contar con plástico reciclado para poder trabajar. ¿Las empresas se han podido abastecer?
Hoy España cuenta con un importante sector de recicladores que permite abastecer a las empresas transformadoras de sus necesidades de material reciclado y que día a día va en aumento. Son estas empresas recicladoras las que encuentran dificultad de suministro del residuo necesario teniendo que recurrir en muchos casos a comprarlo en el exterior de nuestras fronteras.
– Además, ¿qué esfuerzo e inversión están llevando a cabo las empresas para reducir su huella de carbono y conseguir la circularidad? De hecho, la industria europea del plástico se ha propuesto liderar la transición ecológica del plástico, un seguimiento que realiza Plastics Europe. ¿Cómo avanzamos en este sentido? ¿Cómo deberían apoyaros las diferentes administraciones para conseguirlo?
La mala imagen del plástico está haciendo que sus empresas estén realizando un esfuerzo muy loable para conseguir lo antes posible la circularidad de sus productos y la sostenibilidad de sus empresas, incluyendo la descarbonización de su industria.
Hoy, por ejemplo, ya tenemos empresas donde el 100% de su consumo de energía proviene de energías renovables. Una ayuda por parte de la Administración sería que consultara y apoyara a la propia industria antes de cualquier legislación y que nos plantee objetivos realistas y alcanzables en plazos adecuados. Si el impuesto al plástico hubiera sido finalista, tal y como se solicitó desde el sector, habría sido una buena ayuda.
Actualmente los Pertes de descarbonización y de economía circular, donde hay una partida de 100 M€ asignada a los plásticos también serán una ayuda.
Uso consciente de los recursos
– Por otra parte, ¿cómo os está afectando la llegada de granza a las costas gallegas?
Lamentamos profundamente las consecuencias medioambientales que ha tenido el vertido frente a las costas gallegas. La industria de plásticos es la más sensibilizada ante tal catástrofe.
También nos ha servido para darnos cuenta de la desinformación que hay sobre los plásticos y cómo se utiliza para volcar falsedades sobre estos materiales que tanto hacen por la sociedad.
La sostenibilidad y el cuidado del medioambiente son valores que la industria de los plásticos ha interiorizado hace tiempo y en cuyo desarrollo invierte tiempo y recursos.
Los plásticos son imprescindibles para múltiples aplicaciones en la sociedad actual como el transporte, el envasado, la medicina o la construcción. Desde la industria consideramos que cualquier aproximación al tema del uso de los plásticos y la gestión de su fin de vida debe hacerse desde una perspectiva realista y alcanzable.
Como sector, asumimos nuestra responsabilidad en el uso consciente de los recursos y en la gestión adecuada de los residuos para que puedan volver a introducirse en el ciclo productivo como nuevos recursos.
Por eso hemos puesto en marcha iniciativas voluntarias para promover mejoras en diversas áreas, pero también creemos que los grandes avances llegarán cuando haya una verdadera implicación y apoyo por parte de las autoridades y la sociedad civil.
Fruto de estos valores, hace ya varios años nació el proyecto OCS, Operation Clean Sweep®, una iniciativa voluntaria de la industria para evitar las emisiones involuntarias de granza al medioambiente que pueden darse en cualquier punto de la cadena de valor y suministro de los plásticos.
Originada en EE.UU., esta iniciativa llegó a España en 2016 de la mano de Anaip. Desde entonces, ha crecido y se ha expandido por Europa gracias a la colaboración de Plastics Europe. Desde los inicios del programa OCS en España, la industria ha contado con el respaldo del Ministerio, que se ha consolidado a lo largo de los años gracias a la labor institucional de Anaip y Plastics Europe.
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