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Crecimiento débil e inflación persistente: una economía mundial muy tensionada

Publicado a 28/12/2023 20:15

La economía mundial se enfrenta a desafíos cada vez mayores. El crecimiento ha perdido impulso, la alta inflación está demostrando ser persistente, la confianza se ha debilitado y la incertidumbre es alta. La guerra de Ucrania ha hecho subir sustancialmente los precios, especialmente de la energía y las commodities, lo que se suma a las presiones inflacionistas en un momento en que el coste de la vida ya estaba aumentando rápidamente en todo el mundo. Así lo expone el informe Perspectivas de la Economía Mundial 2024 del Instituto Estudios Bursátiles (IEB).

Las condiciones financieras mundiales se han endurecido significativamente, lo que ha pesado sobre el gasto sensible a los intereses y se ha sumado a las presiones que enfrentan muchas economías de mercados emergentes.

Crecimiento débil e inflación persistente: una economía mundial muy tensionada

En general, el mercado laboral se ha mostrado resiliente en muchas economías avanzadas, pero los aumentos salariales no han seguido el ritmo de la inflación de precios, lo que ha debilitado los ingresos reales a pesar de las medidas adoptadas por los gobiernos para amortiguar el impacto del aumento de los precios de los alimentos y la energía en los hogares y las empresas.

El estudio apunta a que el impulso que ha venido proporcionando la política fiscal comenzará a retirarse en 2024, en sincronía con el ciclo de endurecimiento monetario. La reducción del ritmo inflacionario no ha terminado de alcanzar el grado deseado en términos tanto de tasa presente como de inflación esperada, superando en ambos momentos el objetivo marcado por los diferentes bancos centrales y constatando que la política económica aún debe de ejercer un contrapeso frente a multitud de factores coyunturales y a diferentes grados de sensibilidad a los tipos de interés, así como a factores estructurales que surgieron a raíz de la pandemia, como son la transición energética, la desglobalización, la escasez relativa de mano de obra, el proteccionismo de recursos y el mayor protagonismo de esa política fiscal.

La economía global en 2024

La economía mundial se enfrenta a un período de crecimiento débil e inflación persistente, con elevados riesgos a la baja. Desde el IEB se explica que la política monetaria se mantiene en los niveles actuales al menos hasta la segunda mitad de 2024 en los países desarrollados, y sigue paulatinamente relajándose en los países emergentes, aunque atendiendo a las dinámicas internas de equilibrio entre actividad y precios.

Para finales de 2023, se espera que la economía mundial tenga un producto interno bruto de 105 billones de dólares, lo que supone 5 billones de dólares más que el año pasado. En términos nominales, esto es un aumento del 5,3% en el PIB mundial. En términos ajustados por la inflación, se alcanzaría un aumento del 3%.

economia-mundial

Si se quiere resumir con una sola palabra lo que le espera a la economía mundial en 2024, bien podría ser volatilidad. Una de las principales fuentes de esta volatilidad será la geopolítica. El temor a una recesión mundial está disminuyendo, pero aumenta la preocupación por la economía china. Las cuestiones geopolíticas y de política interior son otros factores inquietantes. La geopolítica creará volatilidad económica en el próximo año, así como también las políticas nacionales también podría avivar la volatilidad económica.

Con relación a las perspectivas 2024, el entorno actual de debilidad económica se debería mantener en los próximos tres o cuatro trimestres. Escenario que ya se viene anticipando por los indicadores adelantados denominados PMI, que siguen manteniendo una pendiente negativa tanto para la curva del sector manufacturero como en la de servicios.

Por lo tanto, para 2024 y a la espera de la evolución de los acontecimientos, las perspectivas económicas globales siguen mostrando síntomas de enfriamiento y debilidad.

Entorno cambiante

Los factores de seguimiento para tener en cuenta en 2024 y que pueden alterar estas previsiones serían los siguiente:

  • Evolución de los precios. Impacto en la inflación de los precios de la energía, petróleo y alimentos.
  • Posibles efectos de segunda vuelta sobre la inflación vía márgenes y/o salarios.
  • Evolución de la actividad económica global y, en especial, en China, Alemania, Reino Unido y países emergentes.
  • Transmisión e impacto del endurecimiento de la política monetaria.
  • Posibles tensiones geopolíticas.
  • Ritmo de ejecución de los fondos Next Generation.
  • Evolución de las cuentas públicas.

¿Crecimiento? de la economía global

En relación con la zona euro, el entorno es diferente. Lastrada por el impacto de sus altos tipos de interés y por su dependencia exterior de la energía, petróleo y materias primas y por el descenso del consumo e inversión, las perspectivas para el crecimiento 2023 se sitúan en un 0,5% y de un 0,8% en el 2024.

Niveles insuficientes, según se expresa en el informe, para alcanzar el equilibrio, estando todo muy influenciado por la negativa evolución de países como Alemania, Austria, Países Bajos o Italia. La situación de la inflación no es muy positiva, esperándose que se mantenga en el 5,6% en 2023 para bajar al 3,2% en el 2024.

En cuanto a los escenarios regionales, desde IEB recogen en el informe que, los mercados emergentes y economías en desarrollo enfrentan una combinación de factores mundiales predominantemente negativos. Se prevé que el crecimiento aumentará en 2023 en Asia oriental y el Pacífico, a medida que la reapertura de China genere una recuperación y que mejoren las perspectivas de crecimiento en las grandes economías. 2024 también verá lastrado su crecimiento.

En cambio, se prevé un crecimiento moderado en todas las demás regiones dada la escasa demanda externa, las severas condiciones financieras mundiales y la alta inflación, que frenarán la actividad.

Previsiones por regiones

Se prevé que el próximo año el crecimiento aumentará en la mayoría de las regiones a medida que los factores adversos se reduzcan.

Los riesgos de deterioro en las perspectivas regionales incluyen posibles tensiones financieras mundiales y una inflación local más persistente. Las tensiones geopolíticas, los conflictos y los disturbios sociales, también plantean riesgos de deterioro.

  • Europa y Asia central. Se espera que en 2023 el crecimiento se eleve ligeramente al 1,4% antes de aumentar al 2,7% en 2024.
  • América Latina y el Caribe. Se prevé que el crecimiento se reducirá al 1,5% en 2023 y luego se recuperará hasta alcanzar el 2% en 2024.
  • Oriente Medio y Norte de África. Se prevé que el crecimiento disminuirá al 2,2% en 2023 y luego rebotará al 3,3% en 2024.
  • Asia meridional. Se espera que el crecimiento disminuya ligeramente al 5,9% en 2023 y al 5,1% en 2024.
  • África subsahariana. Se prevé que el crecimiento se desacelerará al 3,2% en 2023 y aumentará al 3,9% en 2024.

¿Y la economía española?

La previsión de crecimiento de la economía española se sitúa en un 2,3% para 2023 y 1,5% para 2024. Eso sí, las políticas públicas adoptadas en respuesta a la crisis energética y al repunte de la inflación, que serán retiradas al término de 2023 contribuiría negativamente al avance del PIB en 2024.

En sentido contrario, otros factores, como la paulatina disminución de las presiones inflacionistas, la recuperación gradual de la confianza de los agentes, la resiliencia del mercado laboral y la intensificación prevista en el despliegue de los proyectos acogidos al mecanismo de recuperación y resiliencia aportarían un vigor creciente a la economía española en 2024.

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