El año 2023 ha sido testigo de un mundo en transformación con desafíos y oportunidades que han sacudido el funcionamiento de las universidades españolas. Las consecuencias de la pandemia de la covid-19 siguen visibles, las universidades se han mantenido en alerta y han integrado parte de los cambios que se vieron obligadas a adoptar por la pandemia.
En el ámbito de la formación, la enseñanza a distancia y la modalidad híbrida se han convertido en prácticas habituales, que han obligado a reevaluar los modelos tradicionales. Asimismo, con la paulatina desaparición de la crisis sanitaria, las universidades han reanudado la movilidad, revitalizando su atractivo internacional.
También la actividad investigadora ha capitalizado las lecciones aprendidas durante la pandemia, promoviendo la investigación interdisciplinaria y aprovechando las inversiones realizadas en tecnologías de la comunicación.
Pero, sin duda, la gran revolución ha sido -y es todavía- la irrupción de la inteligencia artificial generativa. Este es, a día de hoy, según el Informe CYD 2023, el mayor desafío que la universidad ha afrontado en 2023. Un año en el que la institución ha integrado la enseñanza a distancia y la modalidad híbrida como prácticas habituales y en el que se ha reanudado la movilidad y se ha fomentado la investigación interdisciplinaria.
Prioridades de la universidad española
Analizamos las prioridades estratégicas de la universidad española, analizando la situación actual y sus retos de futuro. El informe divide estas prioridades en siete.
Más inversión
Una de las demandas más recurrentes de las universidades españolas. Según el informe Education at a Glance 2023 de la OCDE, el gasto en las instituciones de educación superior españolas es de 14.361 dólares por alumno, un 20,7% inferior al promedio de la OCDE.
También difiere la distribución entre fuentes públicas y privadas, con más participación del sector privado en el gasto en la educación superior: 32,5% en España, 29,9% en la OCDE y 20,2% en la UE. En los últimos años, España ha aumentado el peso de la inversión en I+D sobre el PIB: ha pasado de un 1,19% en 2016 al 1,44% en 2021, siendo las empresas e instituciones privadas las que más han impulsado este crecimiento.
Tal y como señala el Informe CYD 2023, una mayor inversión debería ir acompañada de la máxima confianza que dicha asignación de recursos es meditada, basada en un sistema de justificación de impacto y ajustada a las necesidades estratégicas de cada institución.
Atracción de talento y relevo generacional
La universidad necesita retener y atraer talento, asegurar el relevo generacional del personal docente e investigador y tener más autonomía en la contratación para permitir políticas más flexibles de atracción, retención y estabilización del personal docente.
En la última década la universidad pública ha visto disminuir su personal funcionario. En el curso 2021-2022, hay 7.924 funcionarios menos respecto al 2010-2011. A la vez que ha aumentado el profesorado contratado en 12.506 personas, de las cuales, 6.080 son profesores asociados. El 19,4% de la plantilla, alrededor de 21.400 profesores, se jubilará en los próximos 10 años, un porcentaje que aumenta si se tiene en cuenta únicamente al PDI funcionario (32,8%) y al cuerpo de catedráticos (49,7%).
Mejorar la empleabilidad
Los graduados superiores españoles presentan en 2022 la segunda tasa de empleo más baja de los 27 países de la Unión Europea (83% respecto al 87,4% de la UE) y la segunda tasa de desempleo más alta (7,1% frente al 3,5% de la UE).
Según datos de Eurostat de 2022, en nuestro país se registra el mayor porcentaje de ocupados de 20 a 64 años con educación superior que trabaja en ocupaciones de baja cualificación (35,9%), siendo el dato de la UE del 22,2%. Además de la sobrecualificación, se da otro desajuste entre la demanda de estudios y las oportunidades de empleo: el porcentaje de titulados en STEM en España (18,8%) es inferior al de la Unión Europea (25,1%), mientras que en nuestro país hay, en proporción, el doble de egresados en el ámbito de la educación.
El informe subraya la necesidad de reducir los desajustes entre la oferta formativa y el mercado laboral, mejorando la orientación e informando sobre las perspectivas laborales.
Aumentar la relevancia del conocimiento para la sociedad
Las universidades españolas generan el 77,5% de las publicaciones científicas, pero hay poca interacción con otros actores del ecosistema de ciencia e innovación. Este hecho puede llevar a que el conocimiento generado no sea accesible y, consecuentemente, no se aproveche y valorice.
Las universidades no son socios preferentes del sistema productivo para la compra de I+D, aunque en 2021 aumentaron los ingresos por la colaboración en I+D con terceros: ingresaron 672 millones de euros, un 5,16% más que en 2020. El informe destaca la importancia de aumentar la relevancia del conocimiento generado por las universidades, tendiendo puentes estables con el sistema productivo.
Fomentar la internacionalización
España recibe más alumnos de los que envía fuera. En el curso 2021-2022 había 135.474 estudiantes internacionales en el sistema universitario presencial y 54.163 alumnos españoles estaban matriculados en programas de movilidad. Las universidades públicas acogen a más estudiantes extranjeros (91.985), pero en términos relativos, hay mayor proporción de estudiantes internacionales en las privadas (18,82%) que en las públicas (7,85%).
La oferta de titulaciones en otro idioma es limitada, un 12%, un porcentaje bajo teniendo en cuenta que España se sitúa en la posición 25 de los 34 países europeos analizados por el EF English Proficiency Index 2032.
Mejorar acceso y equidad
Las mujeres son mayoría entre los titulados de grado y máster (60,5% y 57,2% respectivamente, curso 2021-2022). Sin embargo, a medida que aumenta el nivel de estudios y la carrera académica su presencia mengua: solo el 26,3% son catedráticas y el 25% rectoras.
Su presencia está ligada a ámbitos de estudio como educación (77,7% de los matriculados en grado son mujeres), salud y servicios sociales (72,2%) y su presencia es menor en ingeniería, industria y construcción (30,3%) e informática (14,9%).
Transformación digital
La inteligencia artificial ha acelerado la transformación digital en la universidad. Según se indica, debe contemplarse desde tres perspectivas:
- Aprender con ella (utilizando herramientas).
- Aprender sobre ella (cómo funciona).
- Prepararse para ella (entender sus repercusiones en la vida humana y en sus actividades).
El uso de la inteligencia artificial es a la vez prometedor y complejo, pues introduce tanto desafíos éticos, como la necesidad de formar a los profesionales e invertir en tecnología, retos que deben abordarse con planificación, gestión y recursos.
La aplicación de la IA en la universidad debería centrarse, a futuro, prioritariamente en articular modelos viables de coexistencia, en los que la IA mejore la calidad y el alcance de la información y contribuya a la automatización de tareas administrativas y repetitivas, permitiendo que el PDI se centre en aquello en lo que puede aportar valor: impulsar la investigación de vanguardia e inspirar, guiar y cultivar el pensamiento crítico de los estudiantes.