‘Innspiradoras’ es una iniciativa social y empresarial que nació hace un año y medio con el impulso de REDIT, la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana, y el apoyo de la Conselleria de Innovación para promocionar y poner en valor el talento de mujeres referentes en innovación y emprendimiento en distintos ámbitos, más allá de la innovación tecnológica.
En Economía 3, a través de la Fundación Mujeres al Timón, estamos comprometidos en visibilizar a mujeres líderes, no por el hecho de ser mujeres, sino por su formación, experiencia y valía profesional.
Ambas iniciativas confluyen ahora en esta mesa de reflexión que celebramos en colaboración en el Club Deportivo Empresarial Alcatí, a orillas de L’Albufera.
La socia directora de Economía 3, Elisa Valero ha dado la bienvenida a las presentes a este espacio de encuentro y puesta en común de trayectorias: Mayte Carvajal, Susana Lluna, Clarisa Leiva, Isabel Pla, Mariola Alemany, Ana Serrano, Majo Gimeno y Begoña Vilata.
Valero ha recordado: «Proponemos un espacio propicio para compartir experiencias, construir redes y ser fuente de inspiración para las generaciones venideras. Es tan importante visibilizar a las mujeres líderes como recuperar talento sénior».
Desde REDIT, Begoña Vilata ha añadido que “la plataforma Innspiradoras nació para visibilizar experiencias de mujeres que han innovado en sus ámbitos de trabajo, no solo en el científico-tecnológico, que es el nuestro propio, sino en todos los ámbitos, mostrando la riqueza y diversidad de numerosos proyectos empresariales de nuestro territorio. Comenzamos la plataforma con 50 Innspiradoras que nos acercaban su experiencia, y en apenas año y medio sumamos ya un centenar».
«En Redit llevamos 20 años trabajando al lado de la innovación. En todo este tiempo, hemos aprendido que la innovación no tiene una única forma, ni una única voz… aquí hay siete historias innspiradoras de las muchas que estamos encontrando», ha manifestado Vilata.
¿Qué es para ti el éxito?
Licenciada en Derecho y MBA por Inede, Mayte Carvajal tras más de 25 años de experiencia profesional en las áreas de formación y RRHH, en compañías líderes como Hasbro, MB España o Grupo ENAGÁS –Regasificadora de Sagunto–; decidió abandonar la dirección de los recursos humanos y los servicios jurídicos de esta última empresa para mentorizar a emprendedoras y acompañarlas «en el difícil pero apasionante viaje hacia la creación de su propia empresa».
Admite Carvajal: «Mi objetivo profesional era ocupar una posición directiva, no por la vertiente de poder, sino porque quería estar donde se podían tomar las decisiones. Llegó un punto en el que entendí que mi objetivo profesional había tocado techo, no porque no tuviera más proyección, que la tenía, sino porque lo que me motivaba era otra cosa, quería ayudar a otras mujeres, aportar desde mi experiencia. Siempre tuve muy presente la frase de Steve Jobs: ‘Si no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos’ y un día decidí emprender en el mentoring de mujeres, revertiendo en la sociedad toda la fortuna de aprendizaje que yo había tenido».
Mayte Carvajal emprende con ellas el trayecto y les enseña a realizar esas labores indispensables para abordar un negocio –hablamos de definir el posicionamiento de un negocio, de diseñar una estrategia de comunicación y marketing, de poner unos precios y no otros, de la perspectiva jurídica y los RRHH, etc.–, de manera que, al final del proceso, se haya dado el aprendizaje y la experiencia.
Mentora de proyectos de emprendimiento en GIRA MUJERES, proyecto social de Coca-Cola también ha tenido la oportunidad de colaborar con mujeres emprendedoras en el ámbito rural: «esas historias realmente me inspiran a mí cada día».
Reinventarse constantemente
Periodista de formación, curtida en televisión de la mano de diferentes productoras, Susana Lluna tuvo que reinventarse después de la caída del tejido audiovisual valenciano.
En 2010, empieza a trabajar para agencias de comunicación digital y en 2017 coordina “Los nativos digitales no existen” un libro coral, publicado por Deusto. En él se refleja la inquietud de cómo los adolescentes se relacionan con la tecnología. A partir de ahí, empezará un proceso de divulgación y formación de las diferentes competencias digitales, y de manera natural, a vincularse con empresas para ayudarlas en su comunicación digital, también con profesionales que necesitan incorporar habilidades digitales en su día a día laboral.
Actualmente, Susana Lluna es consultora de comunicación estratégica para diferentes empresas del mundo de la industria, la tecnología, la arquitectura y también el pensamiento. Además, ejerce de profesora de habilidades digitales y es conductora y presentadora de eventos, la mayoría de ellos relacionados con la tecnología. Además, desde 2018 participa en la organización de las charlas TEDX en Valencia. «Estoy muy ilusionada con este proyecto porque aprendo, comparto y conozco a mucha gente interesante».
«En la vida me he ido enfrentando a nuevos retos y mi actitud siempre ha sido la misma, «si ahora no sé algo, lo sabré»; la pasión por seguir aprendiendo siempre me ha ayudado y tras un proceso de coaching emprendí por mi cuenta. Cuando hay una oportunidad, los hombres suelen dar el primer paso adelante; mientras las mujeres necesitamos creernos que podemos –porque creas lo que crees–. Es importante no tener miedo, desbloquearte y apoyarnos en una red que sepa valorar tus capacidades y tire de ti para no dejarte llevar por la mochila cultural que llevamos”.
¿Quién ha dicho que el bordado está pasado de moda?
Ana Serrano cuenta con más de 10 años de experiencia profesional en organización y producción de eventos, dirección de arte, creatividad y marketing; de hecho es directora creativa de Mercado de Tapineria; pero desde muy pequeña siempre cultivó una pasión, el bordar con su abuela y con su madre. Una afición que siempre ha mantenido y ha sido su refugio y su mejor estrategia para desconectar.
Sus bordados heredan el oficio, la tradición y el cariño de las mujeres que le enseñaron en casa; pero sus diseños son reflejo de su época, sus gustos y sus inquietudes. El resultado se plasma en la marca V de Vikinga.
«Cuando llegó la pandemia y empecé a compartirlos en redes sociales, me di cuenta de que la combinación de tradición y modernidad conectaba con un público que parecía estar esperándolos». Hoy, además de vender por internet sus creaciones y los kits de bordado que ella diseña, imparte talleres por toda España y los convierte en una vivencia totalmente recomendable gracias a su experiencia en el mundo de los eventos. «Para mi sorpresa todos los proyectos que tengo previstos para 2024, proceden de empresas o instituciones que me han buscado directamente para compartir con ellos mis creaciones».
Asegura Serrano que en otros países europeos está muy arraigada esa cultura del hecho a mano ‘handmade’ y que aquí está creciendo mucho el interés.
Almas que inspiran
Clarisa Leiva es propietaria de La Chata Ultramarinos. Antes de ser un restaurante, era un puesto en el mercado de Ruzafa especializado en producto artesano y vino. El proyecto cambió las formas, pero mantuvo la esencia: proximidad, artesanía y cariño.
Confiesa que detrás de la Chata hay una persona real, la abuela de Sergio, socio y marido de Clarisa. «Realmente hay una persona que ha inspirado el proyecto para poner el valor el producto tradicional; supone una vuelta a los orígenes, cuidando mucho la esencia del producto, la materia prima». De manera que sus clientes, ahora, además de seguir comprando todo lo que les ofrecía la tienda, pueden sentarse a la mesa y comérselo. Con esta evolución, suman un atributo más al concepto: cocina de raíces, que no es otra cosa que la cocina de su abuela.
Leiva siempre ha estado vinculada a la hostería y a la organización de bodas y eventos; con formación e interés asegura haberse convertido en una mujer orquesta. Ahora lleva la sala, la tienda, las redes sociales y la administración. “Si no sabes estar en todo, no hay forma de equilibrarlo”. «Pero es cierto que también quiero disfrutar de lo que es tener una familia».
Hacer de la especialización un reclamo
Croquetea es una tienda de croquetas, no tiene en su oferta otro producto que no sea croquetas. Esta apuesta por la especialización le ha permitido a Mariola Alemany innovar desde el principio. Hace 10 años que ella y su tía Pepa fueron las primeras en abrir en el barrio de Ruzafa la primera tienda de este tipo. Nacía Croquetea, una empresa familiar de mujeres que han hecho de la especialización un reclamo.
«No estaba ni en los planes de mi tía, ni en los míos, emprender, yo me había formado en ingeniería en diseño industrial y tenía fluidez con los idiomas; pero es verdad que todos los buenos momentos en mi familia giraban en torno a una mesa, y casi por casualidad, decidimos emprender en algo que nos hacía disfrutar, la cocina. Cuando piensas en emprender, y te pones a “mirar” cómo hacerlo, ya no hay vuelta atrás, ya no hay retorno».
Ofrecen todo tipo de croquetas –hasta 25 variedades diferentes–, todas caseras, hechas a mano, sin aditivos ni conservantes, pero lo más importante, según Alemany, en su trayectoria de éxito es haberse sabido «adaptar al medio».
Por ello incluyen variedades sin gluten, sin lactosa y veganas para que todo el mundo disfrute de sus croquetas. «Esta apuesta nace de la escucha del cliente. El proceso lógico para poder innovar es prestar atención a lo que nos rodea, aprender, comprender la situación y desde ahí, crear y modelar el proyecto a tu gusto. Es verdad que esta línea de negocio ya supone el 15% de la facturación, pero realmente nos sentimos muy satisfechas por lo que representa de vocación y servicio al cliente”.
El cariño mueve montañas
Asegura Majo Gimeno que siempre ha sido muy inquieta «me encanta aprender y explorar, nunca me canso». Es licenciada en Marketing y trabajó en una gran Fundación; aunque su trabajo pareciese idílico, sufrió una crisis personal y entró por casualidad en la iglesia de San Nicolás (Valencia). «Allí, un sacerdote me dijo: ‘La vida no se encuentra buscándola, sino dándola. Si quieres echar una mano, hay un niño de dos años que está ingresado solo’. Aquello me tocó, fuí y encontré a ese niño, pero no podía hacer nada como persona física. Tiempo después nacía Mamás en Acción, como ONG».
«Hemos pasado momentos muy duros, sin apenas formación para enfrentarnos al sufrimiento de esos niños, y sin recursos económicos. Muchas veces pensé en tirar la toalla, pero no dejaban de llamarnos de los hospitales porque estabamos cubriendo una carencia social muy importante».
Majo Gimeno ha conseguido que miles de personas dediquen parte de su vida a acompañar a niños que están enfermos y solos en los hospitales. Según una investigación científica sobre la labor de Mamás en Acción, realizada por el servicio de pediatría del Hospital La Fe de Valencia, en noviembre de 2018, se ha validado que esos niños se recuperan antes (su sistema inmune se refuerza y es más receptivo al tratamiento) y que los niños víctimas de maltrato doméstico, durante su recuperación hospitalaria, no han desarrollado los patrones agresivos adheridos a dicho maltrato (minimizando así el riesgo de que sean maltratadores en su madurez).
Gimeno, integrada en la estructura de la entidad, siendo además de fundadora, CEO, a pesar de solo contar con un 12% de financiación pública, ha conseguido escalar el proyecto a buena parte de España –con más de 3.000 voluntarios y presencia en 8 ciudades a las que se sumarán pronto dos más–; y ha creado programas y servicios bajo el modelo Mamás en Acción, para ofrecérselos a empresas, colegios, y otros colectivos… replicando el mismo impacto positivo.
«Somos capaces de trabajar como una empresa. Sabemos dónde queremos llegar y qué tenemos que hacer para generar esos recursos que nos permitan conseguirlo. Tenemos un plan de sostenibilidad y sacamos nuestros proyectos para transferirlos a la sociedad. Como objetivo para 2024: crear una estructura eficiente que me permita poder delegar para llegar a todo y gestionar el crecimiento de la manera más segura posible», ha subrayado.
Innovadora en sostenibilidad social
Isabel Pla es profesora adscrita al Departamento de Economía Aplicada de la Universitat de València y experta en economía feminista. Es coordinadora de la Unidad de Investigación de Economía Feminista y coordinadora del microcluster Género, Sostenibilidad, Sociedad y TICs.
“Si algo te apasiona no puedes ocultarlo, por ello desde mi parcela en la universidad, en muchas asignaturas relacionadas con aspectos económicos, he ido incorporando la perspectiva de género a los diversos estudios para conocer más en detalle la realidad; de no hacerlo nos perderíamos una gran parte del enfoque del problema y los indicadores no serían reales, por ejemplo, en el caso del mercado laboral, la brecha salarial…», ha sostenido Pla.
De este modo, en muchas áreas de estudio –globalización, cooperación, innovación, emprendimiento, sostenibilidad, economía circular…– ha incorporado la perspectiva de género a los indicadores. “Cuando pensamos en la innovación desde un punto de vista de género, encontramos nuevas dimensiones que estaban ocultas y que, además, no están legitimadas porque tendemos a pensar en referentes muy acotados y vinculados al género masculino”.
Es el caso de la innovación vinculada a la ética del cuidado: “Esta filosofía ahonda en el cuidado de las personas, a la vez que cuidamos del planeta; no podemos hablar de la sostenibilidad del planeta, si no son dignas las relaciones laborales, si no es posible avanzar en la corresponsabilidad…”, ha asegurado.
Esta visión ha sido reconocida recientemente con un premio a una herramienta para medir el valor del cuidado en la Comunidad Valenciana, que arroja que este valor equivale prácticamente a la mitad del PIB, al 48%, donde gran parte de esos cuidados están sostenidos por mujeres.
Admitieron las presentes que para conseguir resultados es importante la perseverancia, el esfuerzo y el trabajo. Y es bueno que los medios de comunicación aporten buenos refrentes.
«Si tú crees en ti y en lo que vas a hacer, y tu intención es sincera y eres coherente, no te puede frenar lo que se espera de ti, o cómo te vayan a juzgar los demás, porque no somos croquetas que vayamos a gustar a todos», ha insistido Gimeno.
«Hay un componente de valoración del éxito que me dio mi hija cuando dijo ‘yo quiero ser como mi madre’; cuando le preguntaron a qué me dedicaba, dijo ‘mi madre se ha inventado su trabajo’, es un ejemplo de innovación desde todas las perspectivas», ha resumido Susana Lluna.
Imágenes y vídeo Laura Guillot.
*Más información en Revista Diciembre*