Jansen, Fedea: «Se sabe desde hace 30 años que subir el SMI no destruye empleo»
En la arena política, social y mediática de muchos países, el debate sobre el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha sido durante mucho tiempo un punto de controversia, siendo utilizado a menudo como arma arrojadiza. Si bien todavía existen considerables reticencias, las voces a favor de elevar los salarios se han intensificado en los últimos años, pese a la división evidente entre economistas, la patronal y los sindicatos.
Ante el repunte de la inflación en el mes de septiembre, que ha vuelto a traer a debate la posibilidad de seguir aumentado el SMI, el Consejo General de Economistas de España (CGE) y Economistas Asesores Laborales (EAL), han celebrado un coloquio en el que dos de los mayores expertos en la materia –el director de Investigación del área laboral de FEDEA, Marcel Jansen, y el coordinador del Gabinete Económico de la Confederación Sindical de CCOO, Luis Zarapuz,– han analizado la evolución que ha tenido el SMI en España en los últimos años y su efecto; si existe aún un margen de subida, y qué incidencia podría tener esta en el empleo.
El acto se enmarca en los «Encuentros sobre el empleo en España», dirigidos por Valentín Pich y Roberto Pereira, presidente del CGE y presidente de EAL-CGE, respectivamente.
«Subir el SMI no destruye empleo»
Para el profesor titular en la Universidad Autónoma de Madrid y Doctor en Economía por el Instituto Universitario Europeo de Florencia, Marcel Jansen, «que el salario mínimo destruye empleo es una falsedad, hace 30 años que se sabe que eso no es así». El problema, asegura, es que muchas veces no se cuenta con los datos para evaluar de forma exhaustiva este tipo de políticas.
«Principalmente porque necesitamos un contrafactual, saber qué ocurriría en caso de no subir el SMI. Además, existen muchas otras variables sucediendo a la vez. El mercado laboral durante los últimos años está comportándose de una forma rara en la que las economías crecen poco, pero crean muchos puestos de trabajo. Están pasando muchas cosas y unos eventuales malos datos a la subida del SMI es empujar las líneas de la causalidad», explica el economista.
Los datos parecen converger en que la medida no ha tenido negativos significativos sobre el empleo. Para Jansen, la incógnita a despejar ahora consiste en hallar el límite. «El límite lo pone la oferta. Tenemos ejemplos como el estadounidense, un país con un nivel de desigualdad enorme que, sin embargo, la ha reducido porque los salarios de los trabajadores que cobraban los sueldos más bajos están creciendo mucho más rápido que el de aquellos que cobraban más», asegura.
¿Cuál ha sido el impacto de la subida?
Según Luis Zarapuz, coordinador del Gabinete Económico de la Confederación Sindical de CCOO, la positiva evolución del empleo en los últimos años a pesar del encadenamiento de impactos negativos –pandemia, recesión, guerra e inflación– lleva a descartar completamente el apocalipsis laboral que se predice ante cada subida del SMI en estos últimos años.
«El impacto negativo sobre el empleo, de haber existido, ha sido muy pequeño, y centrado en una creación de empleo algo menos intensa de la esperada. Los diversos estudios publicados por el Banco de España o la OCDE sobre el impacto del SMI en el empleo han ido progresivamente matizando y reduciendo el posible impacto negativo sobre el empleo, y limitándolo en todo caso a una afección reducida sobre la intensidad en la creación de empleo», mantiene el coordinador.
De entre los aspectos positivos que desde los sindicatos afirman que ha traído la subida, destaca la reducción de la desigualdad y el riesgo de pobreza al elevar en mayor medida los ingresos de los hogares ubicados en los deciles inferiores. La subida del SMI achica el espacio competitivo de aquellos proyectos empresariales que no son capaces de generar el suficiente valor añadido y ofrecer unos salarios dignos y suficientes, y da más cancha de acción a las empresas que sí generan mayor valor añadido y pueden ofrecer mejores condiciones laborales a sus trabajadores.
¿Se puede seguir subiendo el SMI?
«Yo pediría cautela» –ha dicho Marcel Jansen–, para después pasar a añadir que «existe cierto consenso entre los expertos en que los efectos adversos del SMI son menores de lo que se solía considerar, y que el SMI tiene una utilidad mayor en el actual entorno que dificulta el crecimiento de los salarios más bajos».
«Además, al inicio de la legislatura anterior existía un amplio margen por el bajo nivel del SMI, tanto en términos absolutos como relativos. Sin embargo, tras las últimas subidas el SMI se acerca al 60% del salario medio, lo que nos sitúa entre los países europeos con el SMI más alto. A partir de ahora deben evitarse más saltos en el SMI. La mejor estrategia es acordar una senda gradual para el SMI con los interlocutores sociales que permite mantener el poder adquisitivo del SMI y evaluar, a continuación, sus impactos en el mercado laboral», ha asegurado.
Estas evaluaciones deberían servir también para identificar posibles mejorar en el diseño del SMI. En este sentido conviene recordar que España es uno de los pocos países donde el SMI es universal e igual para todos los mayores de 16 años.
¿A quién ha beneficiado la subida?
La subida del SMI en 1.080 euros ha beneficiado potencialmente al 13,7% de los trabajadores a jornada completa (1,93 millones) y extrapolando ese porcentaje al tiempo parcial serían un total de casi 2,3 millones de personas beneficiadas.
- Por sexo, ha beneficiado con mayor intensidad a las mujeres: un 18,2% de las mujeres (1,1 millones) y al 10,3% de los hombres (0,82 millones).
- Por edad, ha beneficiado con mayor intensidad a la población más joven: al 32% de las personas de 16 a 24 años, al 19,2% de las de 25 a 34 años, al 12% de las 35 a 44 años, al 11,3% de las de 45 a 55 años y al 10,3% de los de 55 y más años.
- Por tipo de contrato, ha beneficiado con mayor intensidad a la población con contrato temporal (21,6%) que a la que tiene contrato indefinido (11,5%).
- Por sectores, la mayor incidencia la ha tenido entre los trabajadores de la agricultura (46,9%), servicios (14,5%), industria (7,6%) y la menor en la construcción (3,8%). En el sector servicios trabajan el 77% de las personas beneficiadas por la subida del SMI.
- Las comunidades con un mayor porcentaje de su población asalariada beneficiada por la subida son Extremadura (22,4%), Murcia (22,2%), Canarias (20,6%) y Andalucía (18,8%). En términos absolutos, Cataluña, Andalucía y Madrid concentran la mitad de la población beneficiada por la subida del SMI.