Sam Bankman-Fried -conocido como SBF– llegó a ser considerado uno de los gurús más populares del mundo de las criptomonedas, cuando su fortuna se cifraba en 26.000 millones de dólares. La depreciación a finales del año pasado de las criptodivisas y la quiebra de FTX, uno de los mayores casas de cambio de divisas digitales del mercado, provocó una debacle que se cobró el 96% de su fortuna en cuestión de pocos días.
El colapso dejó a su paso todo un reguero de sospechas y críticas de mala gestión de FTX por parte de Bankman-Fried. A medida que las piezas de dominó caían una tras otra, se sucedían las acusaciones de actuaciones irregulares, traiciones e incluso de abuso de sustancias.
SBF se enfrenta ahora a una posible condena a 110 años de prisión y un proceso penal que ha arrancado esta semana en el tribunal federal de Nueva York. Esta primera fase consistirá en la selección de jurado y la presentación de los testigos potenciales, que incluyen a los padres del propio Bankman-Fried. También están citados los antiguos ejecutivos de Alameda Research –firma socia de FTX-: Caroline Ellison -expareja del acusado, ahora vuelta contra él- y Sam Trabucco.
¿Cómo arranca el juicio?
El juicio contra el fundador de la plataforma FTX comenzó el pasado miércoles con los argumentos de apertura, en los que la Fiscalía norteamericana pintó al acusado como un defraudador que pretendía hacerse con el dinero de miles de víctimas. Su defensa, sin embargo, asegura que SBF era tan sólo un «nerd» que actuó «de buena fe».
Una vez elegido el panel de 12 jurados y 6 suplentes, concluido este miércoles cerca del mediodía, el juez Lewis Kaplan dio paso a los argumentos orales, en los que, como era de esperar, ambas partes ofrecieron descripciones contrapuestas de SBF, una joven promesa del sector de las criptomonedas luego caído en desgracia.
La Fiscalía describió la vida de lujo que el entonces empresario multimillonario llevaba en las Bahamas hace solo un año y aseguró que era una fachada «construida sobre mentiras» mediante la utilización de FTX «para cometer fraude a gran escala» y gracias al robo de «miles de millones de dólares de miles de víctimas».
Un «empollón» que «actuó de buena fe»
Por su parte, la defensa ofreció una imagen más amable de SBF, la de un «nerd (empollón) de las matemáticas que no bebía ni se iba de fiesta» y que actuó «de buena fe», y disparó contra Ellison: el acusado confió en ella para manejar Alameda Research y establecer «protecciones» en los fondos pero ella no lo hizo, recoge el tabloide británico The Guardian.
De hecho, fue precisamente el detectar una cantidad anormalmente alta de tokens FTT -la criptodivisa que poseía FTX– en posesión de Alameda Research, lo que hizo saltar las alarmas en noviembre pasado.
Estas revelaciones provocaron que la plataforma Binance anunciase su intención de deshacerse de todos sus tokens FTT. Esto hizo cundir el pánico y esfumarse la confianza en la empresa, la cual vio cómo una avalancha de inversores trataba de deshacerse de sus criptodivisas. En cuestión días la compañía tuvo que hacer frente a una retirada masiva de fondos por valor de más de 6.000 millones de dólares.
El resto de su vida entre rejas
El proceso, que durará unas seis semanas, pasó luego al interrogatorio de testigos, comenzando con un inversor que vio evaporar su inversión con la caída de la plataforma -que se estima perdió unos 8.000 millones de dólares en total- y relató cómo intentó sacar sin éxito su depósito de 100.000 dólares (95.190 euros) en criptomonedas, según The New York Times.
Uno de los aparentes apoyos del acusado es otro joven de historia similar que asistió al juicio hoy: Martin Shkreli, un ejecutivo farmacéutico apodado «Pharma Bro», que pasó de figurar en la lista Forbes a ser juzgado por fraude y pasar cinco años en la cárcel por, entre otras cosas, inflar el precio de varios medicamentos.
Bankman-Fried -de 31 años- podría pasar el resto de su vida entre rejas si es declarado culpable de los siete cargos de fraude a los que se enfrenta. Además, tiene pendiente otro juicio impulsado por la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. que podría costarle multas millonarias.