Cuando en el último artículo reflexionaba sobre la maravilla que es viajar por la India en alguno de los trenes de lujo turísticos que hay, caí en la cuenta de lo poco que se habla de los trenes similares que tenemos en España.
Todos tenemos en la mente el famoso Orient Express, el primer tren de larga distancia que cubría la ruta París-Estambul y considerado uno de los trenes más lujosos, un verdadero icono, seguramente acrecentado por la novela de la escritora británica Agatha Christie en 1934 Asesinato en el Orient Express.
Pero, mientras aquel tren transportaba pasajeros desde una ciudad a otra, los trenes de los que voy a hablar realizan rutas que nos permiten adentrarnos en territorios de España. Se trata de verdaderos cruceros sobre ruedas, que combinan perfectamente la función de hotel con la de ruta turística.
El itinerario del Al Ándalus
En España hemos creado nuestros propios itinerarios con unos trenes que tienen prestigio internacional. Utilizando vagones de época, utilizados por la monarquía inglesa en sus viajes a Francia, se puso en marcha el tren Al Ándalus, un producto de lujo para recorrer una parte de Andalucía y que está integrado por 14 coches vagones para un máximo de 74 personas.
El recorrido, el servicio, la gastronomía, la conexión en cada parada con la posibilidad de disfrutar de lo auténticamente local, las visitas, la comodidad de llevar el equipaje contigo cambiando de ciudad en ciudad sin tener que deshacer maletas… Un sinfín de detalles, todos ellos muy cuidados.
De ellos, siete vagones están destinados a las habitaciones, y de ellos cinco son originales de Wagon-Lits, del año 1929 y que han sido totalmente renovados. El itinerario muy estudiado, hasta el último detalle: desde Sevilla a Jerez, disfrutando de la ciudad, visitando Cádiz, disfrutando de las bodegas del vino de Jerez, de los caballos andaluces, de ahí a Ronda, uno de los preciosos pueblos de la ruta de los Pueblos Blancos, luego a Córdoba, su mezquita, las ciudades de Úbeda y Baeza, Granada, su Alhambra y, finalmente Málaga. Un recorrido entrañable, con una cuidada gastronomía y visitas significativas.
Transcantábrico
Algo similar ocurre en el norte, desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela, con el tren Transcantábrico. Se trata del primer tren turístico del país, y que siempre ha estado entre los mejores del mundo, porque es una auténtica joya. Hay que ver como sus históricos vagones han sido transformados en un hotel de lujo, cuidando todos los detalles. De hecho, es considerado un tren de gran lujo, con 14 magníficas suites, una atención muy personalizada y alta cocina.
Como veis, los pasajeros son pocos, se trata de un viaje muy exclusivo, íntimo, reducido. Cuatro vagones están convertidos en salones, el Salón de Té, el coche panorama y el salón de entretenimiento. Todo a vuestra disposición, pensado para que disfrutéis del entretenimiento a bordo o de la belleza del paisaje.
Por supuesto, hay un vagón restaurante, elegante y con una cuidada gastronomía. Y la ruta por la cornisa cantábrica es una verdadera delicia empezando por San Sebastián, Bilbao, visitando el sorprendente museo Guggenheim, Santander, incluso con la posibilidad de asistir al Gran Casino, la localidad de Unquera, Potes, Comillas y Cabezón de la Sal.
La visita a Santillana del Mar nos traslada a un casco histórico medieval muy bien conservado, las cuevas de Altamira, y luego entrar en tierras de Asturias por Llanes. El corazón del parque nacional de los Picos de Europa, el santuario de Covadonga, Oviedo, Gijón, Luarca… y entraremos en tierras gallegas por Ribadeo, con visitas bordeando la costa de Lugo, como la preciosa Playa de las Catedrales. Al final, A Coruña y Santiago de Compostela.
Tren Costa Verde Express
Y el tercer tren es el Tren Costa Verde Express, más moderno, pero con una elegancia tradicional, también hace su recorrido por el norte y un itinerario que permite adentrarse en lo más auténtico del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia.
Tiene más capacidad que el Transcantábrico, 23 habitaciones Gran Clase, aunque no llega al lujo de este, cuatro coches convertidos en elegantes salones para disfrutar del viaje, y las habitaciones son magníficas, íntimas, acogedoras, muy bien decoradas y totalmente revestidas por madera. Y, por las noches, el tren permanece estacionado para facilitar un mejor descanso.
La forma en que estos trenes han sabido combinar el turismo, la gastronomía, lo local y la calidad del servicio es brillante.