La planta española de Celestica alcanzará 200 millones de dólares en 2024
La multinacional canadiense Celestica, es uno de los cinco mayores players en el mundo del contract manufacturing, esto es, de la fabricación para terceros, en este caso de componentes electrónicos. Con más de 40 plantas en el mundo, Celestica ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, pasando de unos ingresos sostenidos de 6.000 millones de dólares a más de 7.000 en 2022.
A principios de 2009, antes de saber que su planta española estaba a punto de atravesar uno de los peores momentos de su historia, este medio la visitaba en la Pobla de Vallbona (Valencia) donde tiene su sede. Hoy volvemos a hacerlo, señal de que «no hay mal que cien años dure», y de que «en las fortalezas se forja el carácter y en los desafíos, la valía», diríamos echando mano del refranero popular.
Lo recuerda su actual director general, José Mª Catalán «fue una época complicada, se nos cayeron grandes clientes y tuvimos un bache importante». Durante varios ejercicios la planta valenciana ha presentado pérdidas. Para 2024 prevé alcanzar «el mayor volumen que se ha visto en muchos años; de lejos». Serán 200 millones de dólares.
La compañía ofrece servicios en distintas áreas: electromedicina, gran consumo (servidores, discos de almacenamiento…), industria, renovables, automoción, aeroespacio o defensa. «Precisamente una de las fortalezas es la diversificación, todos los negocios son importantes, no hay un foco primordial y el resto complementarios; realmente la compañía intenta dar un buen nivel de servicio en todas las áreas y Valencia encaja muy bien en la estrategia».
Cubrir todos los servicios
– ¿Qué otros aspectos señalarías para lograr esa progresión de negocio?
Algo que, en cierto modo, nos ha hecho únicos en la multinacional, poder ofrecer a los clientes todo tipo de servicios: desde diseño de gran complejidad, a prototipado o fabricación. Pero también fabricamos equipos de test para comprobar que los productos cumplen los requerimientos, damos servicio posventa, reparamos, gestionamos la logística del cliente… Muchos vienen a Valencia porque somos capaces de hacerlo todo.
Vienen con la idea de llevar a mercado un producto y buscan a alguien que lo diseñe o mejore, haga el prototipo, lo fabrique y embarque… y eso es posible porque aquí tenemos el talento necesario para hacerlo, tenemos un pool de ingenieros importantísimo, gracias a la UPV.
Aumento de la facturación
– Antes de hablar del talento… ¿Cómo están respondiendo estas áreas?
En la parte de aeroespacio y defensa sufrimos con el coronavirus, nos erosionó un 30 % de nuestra facturación porque toda la parte de aviación comercial se paró. Sin embargo, ahora mismo se está recuperando el sector con un incremento de la demanda significativo, por lo que las líneas infrautilizadas han recuperado la actividad precovid.
Asimismo, vemos crecimiento en el área de electromedicina. Es un área donde veníamos trabajando desde hace muchos años, y reforzamos antes del coronavirus, pero con la pandemia la demanda se aceleró. Ahora tenemos dos grandes proyectos: un martillo quirúrgico para operaciones de cadera, cuyo diseño está concluyendo para entrar en producción en el último trimestre y un dispositivo de comunicación con los marcapasos. También estamos trabajando con una startup para ayudarle a llevar a mercado una báscula que monitorizará todos los parámetros.
Para el mayor cliente del área industrial fabricamos dispositivos que se integran en trenes y orientados al control de la red ferroviaria. En el campo de las energías renovables, estamos fabricando para un líder nacional piezas electrónicas que permiten a los paneles solares seguir la trayectoria del sol. Es un mercado que también se ve fuerte.
Adicionalmente, el año pasado tuvimos la oportunidad de poder participar en un desarrollo del segmento de automoción, un sector que, en el pasado, no se concebía en países de alto coste. Sin embargo, pudimos instalar una línea totalmente automatizada que ya se encuentra en producción. De hecho, este año y el próximo vendrá a representar entre un 38-40% de nuestros ingresos. Lo que reportará un crecimiento del 50% de la facturación este año.
Previsiones y competitividad
– ¿Cuáles son las previsiones?
Cerraremos con una facturación de entre 140 y 150 millones de dólares, casi un 70 % más que el año pasado, cuando nos situamos en unos 90 millones. Para 2024 estimamos 200 millones.
– ¿Cómo os ha beneficiado el que la industria busque asegurar el suministro con proveedores más próximos?
La situación geopolítica del mundo, el alineamiento China-Rusia y los cuellos de botella en Asia han empezado a cambiar cosas. Los clientes buscan cada vez más, fabricar el producto en geografías donde van a venderlo. Para nosotros ha supuesto una oportunidad.
– ¿Cómo se puede ser competitivo en un país que no es de bajo coste?
Con soluciones muy automatizadas que hoy en día permite la tecnología, como la línea de automoción que comentaba antes. Una línea de gran volumen (alrededor de un millón de unidades anuales) donde claramente están justificadas este tipo de inversiones.
Dos nuevas líneas
– No obstante, fabricáis más de mil productos diferentes, por lo que es inviable automatizarlo todo…
Hay muchas áreas con automatización funcional, desde los típicos robots que mueven el material del almacén a la línea de producción –una solución estandarizada a un coste razonable–; a soluciones que ayudan a la preparación de piezas con almacenes automáticos; o que ayudan al operario en las operaciones manuales (indican si las piezas se ensamblan correctamente o lanzan inspecciones automáticas para asegurar la calidad)…
Para los nuevos desarrollos de electromedicina, al menos pondremos en marcha dos nuevas líneas productivas de ensamblaje, con actividad manual y ayuda automatizada. Claramente la automatización y digitalización es clave para seguir siendo competitivos y el grupo nos apoya.
Futuro global
– ¿Son soluciones tecnológicas que adopta la compañía globalmente?
Hay una estrategia global de estandarización de los sistemas. Pero cuando hay una necesidad específica se intenta ver si existe algo parecido en otra geografía que pueda encajar o hay que ir a una solución específica que proponemos; pero siempre con esa bendición global, para asegurar que, luego podría seguir implementándose si se detectara la necesidad en otra parte del mundo.
– El crecimiento en automoción está ligado al coche eléctrico, ¿esperáis colaborar con la gigafactoria de Sagunto?
Estamos intentando ver qué oportunidades se generan y cómo podemos colaborar. Evidentemente, en una fábrica de baterías siempre hay electrónica relacionada. En el pasado hemos tenido experiencias relacionadas con electrónica para el control de la carga de las baterías, para su gestión, etc.
– ¿Y en el caso del PERTE Chip?
Directamente no fabricamos chips, pero sí que fabricamos los equipos que fabrican los chips, por un lado, y por otro, podríamos aportar nuestra experiencia de diseño porque cuando fabricamos producto utilizamos chips y entendemos perfectamente cómo deberían comportarse, qué requisitos son necesarios… pero la sensación que tenemos es que se ha desvanecido la idea de impulsar toda esa colaboración.
Lean Six Sigma
Las dinámicas de trabajo de la planta se centran desde hace años en la mejora continua…
Sí, para nosotros la metodología Lean Six Sigma es clave y ya forma parte de nuestra cultura. Es el canal por el que los profesionales tramitan sus inquietudes y facilitamos soluciones. Tenemos un equipo dedicado 100 % a trabajar en mejora continua en todas las áreas, con kaizen semanales y programas más extensos.
También tenemos un programa de ideas que funciona muy bien, en el que cualquier empleado, habitualmente personal de producción, detecta un problema y propone la solución, y semanalmente vamos implementando esas ideas. Cosas muy sencillas que mejoran el día a día del empleado y de la empresa.
Hablamos de aspectos relacionados con la calidad, la eficiencia, la ergonomía, la seguridad… y tenemos en marcha un sistema de reconocimiento donde se premian ideas y proyectos. Además se seleccionan las mejores, que compiten a escala internacional. Es una forma de motivar la canalización de mejoras.
Retener talento
– En cuestión de talento, ¿cuál es vuestra política?¿Es difícil retenerlo?
En nuestro caso nos estamos dando a conocer cada vez más, porque creo que es atractivo para muchos perfiles jóvenes empezar a trabajar en una multinacional, ya que da muchas oportunidades. A la hora de fidelizarlo, está claro que estamos en Valencia, pero cuidamos de las personas muy al estilo canadiense: desde el ambiente de trabajo, el desarrollo profesional, los beneficios…
No obstante, cuando llega ese momento de inquietud de los ingenieros más jóvenes, como multinacional, podemos ofrecerles oportunidades en otras geografías, bien en otras plantas, bien participando en proyectos internacionales que la compañía lidera. Estas posibilidades atraen y permiten a muchos talentos continuar su carrera en Celestica.
Además, hacemos un especial esfuerzo por integrar talento femenino, de hecho en el comité de dirección de esta planta hay más mujeres que hombres, obviamente por su valía, pero trabajamos muy de la mano de la UPV en el fomento de perfiles STEAM femeninos. De hecho, nuestra directora de negocio, Mónica Bragado, es la presidenta del Consejo Social de la UPV.
Crecimiento signficativo
– Seguís manteniendo el teletrabajo como aspecto de flexibilidad…
Sí, acordamos un modelo híbrido y opcionalmente, nuestros empleados pueden teletrabajar dos días a la semana, algo que resulta muy valorado.
– ¿Cómo ha evolucionado el empleo?
Somos unas 540-550 personas en Valencia, hemos crecido en unas 150 personas en los últimos 6 o 9 meses. Es cierto que vivimos una situación complicada con la covid-19 y tuvimos que ajustar la plantilla a unas 300 personas, pero hemos ido creciendo significativamente. Solo en diseño contamos con unos 40 ingenieros.
En general, tenemos perfiles de electrónica, industrial, mecánica, telecomunicaciones, aeroespacial…
Pronto llegarán nuevos vecinos
La fábrica de Celestica data de 1978, fue una de las plantas más exitosas y de mayor reputación de IBM. Sin embargo, la política de desinversiones del Grupo forzó su venta en 1995 a la compañía norteamericana MSL; y no fue hasta 2004 que pasó a manos de Celestica.
En la actualidad, explica Jose Mª Catalán, director de la factoría española, disponemos de unos 250.000 m2 que no vamos a necesitar en su totalidad, por lo que la compañía decidió hace años poner a la venta gran parte del terreno.
La firma cerró un acuerdo de más de 100.000 m2 con una empresa valenciana que «ejecutaremos en los próximos 6 o 9 meses». Catalán, sin dar muchos detalles de la operación ha añadido: «Se trata de una empresa potente valenciana que también fabrica, pero no electrónica; no tiene nada que ver con nosotros. En los próximos meses segregaremos esa parcela y crearemos algunos accesos nuevos según el acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento».
Hay otra porción que sigue a la venta, de unos 45.000 m2, mientras que la compañía se ha reservado para su operativa 50.000 m2 más, pero de momento solo ha edificado 12.000 m2, aunque prevé en breve aumentar capacidad de almacenamiento. Si bien, estima que una parte de esos 50.000 m2 nunca se llegarán a edificar, de hecho ha instalado algunos paneles solares en suelo que complementan a los de la cubierta de la fábrica.
Respecto a los 45.000 m2 restantes asegura que hay «algunos interesados». Preguntado si el interés es industrial o inmologístico, contesta que «puede haber de todo, es verdad que hay fondos de inversión que posteriormente quieren comercializarlo para uso logístico; pero también hay intereses productivos; multinacionales que buscan montar su propia fábrica en la zona».